Tatiana Guevara inició su negocio de sábila en 2014. Esta mujer emprendedora, literalmente, vendía las hojas de sábila que cultiva en García Moreno, una pequeña población cerca de Cotacachi, en Imbabura. Con el tiempo decidió elaborar productos a partir de esta planta.
El panorama se aclaró para esta emprendedora en el 2019, luego de que escuchara en un programa de radio sobre el programa AWE o Academy for Women Entrepreneurs. Guevara aplicó para ser aceptada, fue aceptada y dio un giro a su emprendimiento que se llama El Savilar. Esta mujer recuerda que aprendió sobre marketing y vetas. "También nos sirvió para formalizarnos, pero lo más importante fue que las mujeres que asistimos al programa nos empoderamos".
Con esa energía el negocio de Guevara escaló. El emprendimiento empezó a elaborar productos a base de sábila, la facturación pasó de US$ 5.000 a cerca de US$ 15.000 al mes, se levantó una planta con recursos propios y créditos bancarios y ahora cuenta con 10 agricultores como proveedores y genera cerca de 20 empleos, con prioridad para mujeres en condiciones de riesgo y madres solteras.
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Esta emprendedora reconoce que AWE ofrece las herramientas necesarias para emprender y avanzar. Maribel Vásquez, Oficial de Diplomacia Pública de la Embajada de EE.UU., en Quito, explica que AWE es un programa del Departamento de Estado que se enfoca en apoyar a la mujer emprendedora a escala mundial. "La meta es fortalecer y ayudar a empresas de mujeres, que prosperen".
El programa arrancó en 2017 en Ecuador con un presupuesto de US$ 262.500. La vocera explica que en el país se desarrolló un programa piloto. "Fue tan exitoso que ahora está presente en 80 países". Para Vásquez, la mujer ecuatoriana es un ejemplo y referente a escala mundial. Añade que desde el inicio de AWE hasta la fecha se cuentan cerca de 1.700 exbecarias de 62 escuelas AWE en todo el país. "Son emprendedoras que recibieron capacitación y ahora son mentoras de otras emprendedoras". En todo este trabajo AWE cuenta con apoyo del sector privado. "Trabajamos con la Cámara de Comercio de Quito, ellos nos ayudan a implementar el programa".
Otro ejemplo es Domitex, un emprendimiento enfocado en productos textiles de belleza y cuidado personal para mujeres. Su fundadora es María del Carmen Guzmán, quien arrancó en el 2020 elaborando mascarillas reusables y que con el tiempo apostó por otros productos amigables con el ambiente. Uno de los artículos que ofrece es un exfoliante natural elaborado con luffa, una planta del oriente "que se utiliza para hacer esponjas naturales para el baño, ideal para el sauna".
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Guzmán se enteró de AWE por redes sociales. "Lo que más me ayudó fue la parte de finanzas, entender el punto de equilibrio, detalles que son importantes. También aprendimos sobre el manejo de la imagen de los productos. Es una red para crecer juntos", dice esta emprendedora que vende sus productos en tiendas sostenibles de Quito.
Según un comuncado, después del programa, el 56% de las participantes de AWE ha creado empleos; el 90 % de los negocios de las alumnas están activos, y el 56% ha creado empleos después del programa. Además, el 64 % de las mujeres AWE son jefas de hogar, y el 50% depende de sus negocios como fuente principal de ingresos. Otro dato señala que el 70 % de las mujeres vende dentro de sus propias provincias, el 16 % a escala nacional y el 14% a otros países.
La vocera de la Embajada de EE.UU. añade que las mujeres que son parte de este proyecto están en sectores como turismo, cosmético, coaching, etc. Agrega que un programa puede durar unos tres meses, según los temas que se aborden. "Tenemos un bootcamp para dar seguimiento, para hablar de habilidades blandas y otros temas que son necesarios para que ellas crezcan", dice Vásquez y añade que el principal requisito es tener ganas de ir para adelante. "Es querer mejorar". (I)