Priscila Enríquez Fiallo nació en Quito, pero a los tres años se mudó con toda su familia a Ibarra, la ciudad natal de su padre. Culminó su formación secundaria y regresó a la capital para estudiar medicina en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Tiene 34 años, está casada y vive en Madrid desde hace siete años. Hoy es una empresaria y emprendedora que abrió su propia clínica para revolucionar la medicina estética.
Auténtica, carismática y extrovertida. Nos conectamos de manera virtual y Enríquez estaba en su clínica ZQIN, uno de los proyectos más importantes de su vida. Es médico cirujano, con una especialización en medicina estética y antienvejecimiento por la Universidad Complutense de Madrid. Además, cuenta con otro máster en nutrición y alimentación humana por la Universidad de las Islas Baleares. Desde muy pequeña estuvo vinculada al mundo estético porque su padre es arquitecto y su madre y su hermano son diseñadores. Sin embargo, nunca pensó que lo iba a aplicar en el área de la salud y el bienestar.
“A los 16 años fui traductora para unos médicos americanos que llegaron a Ibarra para realizar operaciones gratuitas de labio leporino, paladar hendido y algunas quemaduras. Muchos doctores ecuatorianos no hablaban inglés y estuve en el quirófano, haciendo estas traducciones. Ahí descubrí una de mis mayores pasiones. Conjugué el lado estético, que siempre tuve en mi familia, con la ciencia. Pude descubrir cómo una persona podía transformar la vida de alguien y me encaminé hacia lo plástico y lo estético”.
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Buscó en el extranjero la posibilidad de especializarse y España fue el país escogido. En ese entonces, su objetivo era regresar a Ecuador para montar su propia clínica, pero los planes cambiaron drásticamente. Nunca ejerció en nuestras fronteras. Se mudó junto a su novio René Romero, que también es médico y hoy es su esposo. Apenas culminó sus estudios recibió su primera propuesta de trabajo en las Islas Baleares.
“Estaba de vacaciones y conocí a un empresario alemán que tenía una clínica y buscaba un médico para que sea la cabeza. Solo habían pasado dos semanas desde mi graduación y me pidió que dirija esta clínica de medicina estética”. Era un lugar, de acuerdo con Enríquez, enfocado a un público extranjero, con alto poder adquisitivo, como los dueños de IKEA. Permaneció en este puesto cerca de ocho meses.
Regresó a Madrid por temas de su visa y comenzó a estudiar su segundo máster. “La directora me dijo: 'en estos 25 años nunca he propuesto a nadie que trabaje en nuestra clínica, pero quiero que tú formes parte del equipo'. Fue una segunda oportunidad brutal porque la Clínica Gaztambide es una de las más reconocidas en España. Los dueños son una eminencia y pude formarme con ellos”. Enríquez comenta que atendían a varias actrices, entre ellas, Penélope Cruz.
A la par, esta quiteña recibió una tercera propuesta que, sin duda, cambió su camino. “Camilo Esquivel, un médico colombiano superconocido y muy famoso en España, me invitó a ser parte del Team Esquivel. Fueron seis años que estuve con ellos, viajando por todo el país”. Aquí el target eran pacientes de lujo como James Rodríguez, Karim Benzema, esposas de futbolistas del Real Madrid y de otros clubes. Esta ecuatoriana siempre ha trabajado con un target exclusivo de pacientes.
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Además del conocimiento compartido, estos mentores hicieron que Enríquez decida radicarse de forma permanente en Madrid. A Ecuador le tiene mucho agradecimiento por su formación académica y por todas las experiencias vividas. Es una representante que —con mucho orgullo— porta su bandera de nacimiento. “La gente piensa que tenemos limitantes por ser de un país en desarrollo, pero yo he tenido unas excelentes bases y siempre me he destacado”. Así fue directora médica de 70 clínicas en España de la franquicia Centros Ideal.
Durante casi seis años trabajó paralelamente en la clínica Gaztambide, en la clínica Esquivel y en los Centros Ideal. Sus jefes le decían, con frecuencia, que estaba lista para volar. Conversó con su esposo y hace dos años abrió su propio consultorio, donde tenía una asistente e iba una vez a la semana para consultas privadas. Luego iba dos veces por semana, luego tres y luego tuvo que buscar un espacio más grande para atender a la gran cantidad de personas que llegaban en busca de su ayuda.
En agosto de 2023 decidió crear su propia clínica. Encontró un lugar ideal, realizó una reforma completa, creando un concepto diferente con una filosofía wabi sabi y un estilo muy mediterráneo. ZQIN abrió sus puertas en enero de 2024, con una inversión de 210.000 euros en equipo de vanguardia, otros 250.000 euros en el tema arquitectónico y unos 30.000 euros en la compra de materiales para los tratamientos.
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Su objetivo es cerrar este año con un millón de euros de facturación, el siguiente espera duplicar esta cifra y en 2026 busca abrir entre tres y cuatro clínicas, considerando que tendrán 2.5 millones de euros anuales de ganancia. Enríquez espera que una de estas clínicas esté en Ecuador. Entre risas, comenta que su factura 001 fue de 2.500 euros y ahora va por mucho más.
ZQIN atiende, aproximadamente, a 16 pacientes por día, de lunes a viernes. 15 % llega del extranjero (Dubái, México, Canadá, Venezuela, Francia, Rusia…) y muchos desde Ecuador. Entre los procedimientos que realiza están todo lo relacionado con ácido hialurónico, hilos tensores y estimuladores de colágeno; tratamientos para perder peso, reducir medidas, reafirmar y combatir las celulitis; tratamientos para las cicatrices de acné y para eliminar manchas, pigmentos y rojeces. Además, cuenta con un departamento capilar, otro de procedimientos no invasivos para la reducción de medidas con láser. Este año también amplió sus servicios hacia la cirugía vascular, la ecografía en medicina estética y la fisioterapia.
Enríquez ha puesto mucho esfuerzo, dedicación y sacrificio. En la entrevista confiesa que siempre quiso ser una empresaria joven y empezar con lo suyo. De pequeña vendía productos de catálogo. Ahora su nombre resuena en el extranjero y ha logrado abrirse camino en una ciudad donde la competencia es incalculable. Su lista de espera es grande y salir de su zona de confort ha determinado quién es Priscila Enríquez.
Su faceta como médico es igual de fascinante que su faceta como empresaria. Nunca deja de pensar qué vendrá en el futuro y tampoco deja de motivar a la gente, sobre todo a los soñadores. Es profesora en la Universidad Complutense de Madrid y está desarrollando la idea de una academia médica. Todos los días se sigue preparando y siempre está un paso más allá. (I)