Carolina Pozo es una emprendedora social que apoya a comunidades rurales del Ecuador y sabe que un mejor futuro se logra con un trabajo colaborativo y sostenible. En esta tarea lleva más de una década y ya tiene resultados.

Ella creó la fundación Avanti y fundó Muze Chocolate. Ahora promueve Cacao EcoVillage, un centro de innovación neutro en carbono, basado en la sostenibilidad y enfocado en la economía circular de la industria del cacao.

Avanti se creó en 2009 para impulsar proyectos de desarrollo sustentable en zonas rurales. La actividad empezó en Chimborazo y luego se movió a Manabí, hace unos ocho años.

En la provincia de la sierra centro la labor de Avanti se enfocó en cuatro aristas: educación, salud, agricultura y turismo. “Este trabajo permitió una reactivación turística que se apuntaló con los paseos en ferrocarril en el trayecto de la Nariz del Diablo. Capacitamos a la comunidad y dimos insumos  para proyectos participativos  gracias al apoyo de aliados públicos y privados. Siempre generando impacto social”.

Luego Pozo cruzó la cordillera y puso la atención en Pedernales, Manabí, hace unos ocho años. “Había aprendizaje y aliados que nos hacían pensar en apoyar en temas productivos y vimos potencial en el trabajo de los agricultores de cacao, con capacitación para mejorar su productividad”.

Era 2016 y Avanti  pensó en una empresa que valore precios justos, mejore la cadena de valor y conecte con mercados. El 12 de abril de 2016, Pozo con su equipo fueron a Pedernales para dar inicio al proyecto en el que cerca de 360 agricultores eran el pilar. Pero cuatro días después ocurrió el terremoto en Manabí y Esmeraldas y los planes se alteraron.

Ella no se detuvo. Con los aliados de Avanti montaron un campamento donde se dio asistencia social a más de 4.000 personas afectadas. “Era la manera de ser responsable con la gente con la que estábamos trabajando”.

Para Pozo, Pedernales es una zona con muchas carencias, pero también ofrece mucho en agricultura, pesca y turismo. Por ejemplo, menciona que en Pedernales trabajan cerca de 3.500 agricultores de cacao que viven en su mayoría de intermediación, “sin precios justos, poco acceso a tecnología, están desconectados del sistema financiero”.

Con el cacao de estos agricultores nació Muze Chocolate, que hoy en día llega a cerca de 100 tiendas en Ecuador y Estados Unidos. “Estamos por entrar a grandes cadenas con este producto de cacao fino de aroma, respetando la trazabilidad e innovando en la parte sustentable”.

Pozo explica que cuando se cosecha cacao solo el 20% se aprovecha y el 80% se desperdicia. Se desechan elementos como la mazorca, la baba y otros. “Nos hemos enfocado en el cacao como materia prima de chocolate y no hemos visto que el desperdicio puede terminar en productos para así generar nuevas fuentes de ingreso y tener nuevos emprendedores”.

Por eso Pozo ideó CacaoVillage, un espacio físico donde alrededor del cacao participen investigadores, productores, fabricantes, emprendedores, etc. “La idea es que allí pueda elaborarse cueros, materiales de construcción, cosméticos, medicinas? es un abrir los ojos aprovechando este fruto del que Ecuador es una potencia mundial”.

El lugar, cuya construcción empezará este año con una inversión de US$ 15 millones y ocupará cerca de seis hectáreas,  tendrá un espacio para investigadores, un centro de convenciones, hospedaje, huertos propios, un restaurante. “Todo será sustentable, con paneles solares, recolección de agua lluvia, aprovechando los desperdicios de cacao”.

¿Cómo se financiará el proyecto? Pozo responde con confianza: “estamos hablando con varios aliados dentro y fuera del país. La idea es repensar la productividad y el turismo. Inspirar y generar impacto social”. (I)