Andrés Yépez luce pantalón y chaqueta de jean, unos tenis y su cabello largo. Este ecuatoriano vive de la música en Hollywood, donde se relaciona con productores y otros artistas que, como él, son parte de una industria que mueve casi US$ 90.000 millones al año. Él estuvo en las oficinas de Forbes Ecuador para contar cómo llegó a Los Ángeles y, luego, a Hollywood.
Yépez estudió en 2003 en la Universidad San Francisco de Quito una licenciatura en Marketing con una subespecialización en música. Siempre tuvo un lado artístico y eso lo ayudó a ingresar a Los Angeles College of Music con una beca para estudiar música. Era 2011 cuando se mudó a Los Ángeles con la maleta llena de sueños y su guitarra.
En esa institución conoció a profesores que trabajaban con artistas como Cristina Aguilera, Ray Charles, Stevie Wonder, Joe Satriani, Backstreet Boys, entre otros. Yépez supo que estaba en una suerte de vitrina en dónde tenía que estudiar, pero también mostrar que él era diferente.
Los puntos de su destino empezaban a conectarse. Mientras estudiaba en Los Ángeles College of Music conoció a otros músicos de Brasil e Italia con los que tocaba por diversión hasta que formaron una banda. “Fue como una especie de bola de nieve, empezó a rodar, rodar y rodar”.
Con la banda nació la carrera artística de este ecuatoriano. Los contactos, como el de un productor de la película Rango o el baterista de Goo Goo Dolls, fueron abriendo puertas a Yépez, quien seguía estudiando.
Después de graduarse, cuenta que un compositor de Disney buscaba un guitarrista y tras una audición la magia estuvo de su lado: se convirtió en parte de la banda sonora de la película Lucky Duck. Esta fue la primera producción de largometraje para niños en la que participó junto al compositor William V. Malpede.
Por aquellos tiempos, Martin Tillman, chelista que había participado en bandas sonoras de películas como Piratas del Caribe o Batman Begins, necesitaba un guitarrista. Malpede recomendó a Yépez. El ecuatoriano se emociona al recordar cómo trabajó con Tillman. “Fui a su estudio en Los Ángeles, tocamos juntos y al final me dijo: 'me encantó, me gustó mucho la conexión que tuvimos' y yo en ese entonces creo que no me daba cuenta el nivel de músico con el que estaba trabajando, entonces eso me ayudó”.
Empezaron a trabajar en varios shows y el que marcó un antes y un después fue Superhuman, en 2015, que está dedicado a Eva, esposa de Tillman a quién le habían diagnosticado esclerosis múltiple, lo que inspiró al chelista a crear el álbum.
Superhuman entró en pausa después de cuatro shows y el 23 de marzo se relanzará a escenarios. El guitarrista ecuatoriano, junto a 18 músicos, serán los protagonistas del evento que tendrá una inversión de US $75.000 en la ciudad de Los Ángeles.
Con la experiencia acumulada en los escenarios y las grandes producciones, Yépez desarrolló nuevos planes. En 2022 lanzó su propio disco ´Season of chaos´ junto a artistas como Felipe Staiti, guitarrista de la banda de los Enanitos Verdes y el tecladista Derek Sherinian.
Tras 13 años de vivir en la ciudad de las estrellas, se siente orgulloso de sus raíces y lleva en alto la bandera tricolor. Él considera a Ecuador como un lugar de oportunidades más que de problemas. “Así mañana me den la nacionalidad americana, eso no cambia. Ecuador es lo que yo soy y siempre va a ser así, con lo bueno y con lo malo. Cuando vuelvo siempre paso ocupado lo más que pueda porque me gusta, me siento cómodo porque es mi país”. (I)