La tierra indígena del Valle del Yaraví contempla cerca de 85.444 km², que equivalen al tamaño total de Austria. Este territorio amazónico, ubicado en la frontera de Perú y Brasil, acoge a la mayor cantidad de pueblos indígenas en aislamiento voluntario. Se registran unas 3.000 personas de diferentes etnias. Cifras de Natura Sustainability revelan que cerca del 40 % de los ecosistemas intactos que aún sobreviven en nuestro planeta deben su preservación a los pueblos originarios.
El apoyo a las nacionalidades de esta zona es uno de los proyectos emblemáticos de la organización no gubernamental (ONG) Nia Tero. "Nuestra misión es apoyar directamente a los pueblos indígenas que mantienen sus territorios y sus culturas, y reconocer que apoyarles es esencial para asegurar la salud de nuestro planeta". Para la quiteña Margarita Mora, directora general de Asociaciones en Nia Tero, la clave de su trabajo reside en esta idea.
Los territorios indígenas cubren cerca de una cuarta parte de toda la superficie terrestre fuera de la Antártida y, a menudo, muestran menores niveles de deforestación, degradación y emisiones de carbono en comparación con áreas no protegidas y áreas protegidas. Un análisis del World Resources Institute revela que los bosques gestionados por los pueblos indígenas de la Amazonía entre 2001 y 2021 eliminaron colectivamente 340 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera cada año, lo que equivale a las emisiones anuales de combustibles fósiles del Reino Unido.
Mora lo explica de otra manera: "Todos estamos sintiendo los efectos del cambio climático. Yo sé que en Ecuador ahora está la cosa complicada con todo el tema del acceso a energía. Debemos tener la apertura para asegurarnos de que los pueblos indígenas puedan seguir manteniendo sus territorios y sus culturas porque ese es uno de los caminos para lograr un futuro en un planeta vivible para todos".
Nia Tero apoya a organizaciones indígenas y aliados de 271 pueblos indígenas en todo el mundo, con especial atención en tres regiones clave: Amazonía, América del Norte y las islas del Pacífico. Estas personas protegen 128 millones de hectáreas, un área cuatro veces y medio más grande que el Ecuador, y que captura la misma cantidad de carbono que 5.400 millones de vehículos, es decir 24,4 gigatoneladas de carbono.
Tal como revela el Censo de Población y Vivienda de 2022, en Ecuador 7,7 % de la población se autoidentifica como indígena, según su cultura y costumbres. El 4,8 % se percibe como afroecuatoriano y el 7,7 % como montuvio. En el país, Nia Tero apoya a proyectos de pueblos originarios de la Amazonía a través de organizaciones como Alianza Ceibo, que reúne a cuatro nacionalidades: A'i Kofan, Siekopai, Siona y Waorani. También financian las acciones de Amazon Frontlines.
Desde 2017, Nia Tero ha otorgado US$ 85 millones en subvenciones. Hace siete años Margarita Mora formó parte del proceso de creación de esta organización, donde actualmente maneja todos los proyectos y programas de la región. Los temas ambientales y sociales siempre resonaron en su vida.
Desde pequeña salió de la burbuja citadina de Quito. Sus padres la llevaban a las áreas rurales periódicamente para que disfrutara del campo. En el inicio de su vida como joven adulta, una pasantía se convirtió en el trabajo de toda una vida por preservar a los pueblos originarios y a los territorios que protegen. Mientras estudiaba Geografía en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, empezó sus prácticas en la Fundación EcoCiencia, donde tuvo su primer acercamiento al trabajar en catastro, titulación y registro de territorios colectivos de pueblos indígenas chachis y de comunidades afrodescendientes.
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