Cada vez que Andrea Garzón iba a un patio de comida en un centro comercial se le quitaba el hambre y salía frustrada por los miles de cubiertos y platos de plástico que desechaban. Esta realidad le llevó a crear un servicio de entrega, recogida y lavado de vajillas. El camino no ha sido fácil. Tocó varias puertas y la respuesta por meses fue un ´no´.
Pero ella no desmayó y en 2017 creó Huella Verde con el enfoque de ser proveedor de los patios de comida de los centros comerciales. La idea ha crecido desde entonces y este año convirtió a los patios de comidas de seis centros comerciales en espacios libres de vajilla desechable.
En su casa de Cumbayá, rodeados de plantas y árboles, nos comentó que estos meses de intenso trabajo han valido la pena, porque hay resultados. El primer escalón fue ser uno de los siete emprendimientos más destacados del programa de aceleramiento de Endeavor Ecuador, por lo que tuvo la oportunidad de presentar sus pitches ante fondos de inversión e inversionistas ángeles. Nuestra valoración es de US$ 2 millones y aspiramos conseguir fondos por US$ 500.000. Siento que hay mucho interés por el formato de nuestro proyecto, nos hicieron varias preguntas. Estamos en conversaciones y avanzando en el proceso.
Garzón cuenta con un Bachelor of Science en manejo de recursos naturales en la Universidad San Francisco de Quito. El reciclaje ha sido parte de su vida y recuerda que en su casa siempre se separaba la basura y si algo le sacaba de quicio a su padre, era ver cómo las personas botaban basura en la calle sin inmutarse.
En 2001 se embarcó en un avión y recorrió 9.942 kilómetros para aterrizar en Alemania. En la Universidad de Freiburg obtuvo su MBA en Sustainable Forestry and Landuse Management. En 2003 se mudó a España, donde trabajó de guía turística porque no encontró nada en su área. Y finales de 2005 retornó a Quito.
El segundo escalón empezó en 2021. En ese año fue contactada por la cadena de centros comerciales Mallplaza, de Chile, y empezaron un programa de asesorías y por un fee mensual de US$ 600 utilizan su aplicación. Nos ha ido muy bien, al principio fue difícil. Empezamos con dos restaurantes. En el primer trimestre de 2024 abriremos operaciones, ya tenemos la persona que se encargará del manejo de Huella Verde en ese país. Al principio nos tocará viajar constantemente hasta que funcione casi automáticamente. El grupo chileno cuenta con más de una decena de centros comerciales en ese país. La inversión en cada patio de comidas será de unos US$ 60.000. La apertura es paulatina. Conocen el sistema porque les hemos dado asesorías el último año.
A esta emprendedora, el uso de espuma flex en los centros comerciales es algo que le quitaba el sueño, porque se demora en degradar dependiendo del tamaño y los componentes hasta 500 años. Hoy siente que su vida está empezando a hacer una diferencia en el mundo.
Tercer escalón: En 2025 arrancará con asesorías en centros comerciales de Perú y Colombia. Nuestro sistema de trabajo ha impactado y el boca a boca ha sido fundamental, sobre todo por la limpieza y el orden en el proceso de lavado y limpieza. Con la firma de un acuerdo de confidencialidad, utilizarán nuestra aplicación por un fee mensual. Tenemos que saber aprovechar las oportunidades y esto es un empujón para ser los mejores y abrir nuevas puertas.
¿Cómo ha sido el camino? Al principio nadie le paraba bola. Le decían que estaba loca. Con su esposo Sebastián León estaban a punto de sucumbir cuando vieron la luz al final del túnel. Obtuvieron un ´Si ´por respuesta y manos a la obra. El modelo lo tenían claro: el centro comercial les daba un espacio de lavado y almacenaje de vajilla y la facilidad para poder competir con el presupuesto que los restaurantes destinaban para desechables. La primera inversión fue de US$ 28.000 y seis restaurantes. Entre risas recuerda que hacían de todo, desde lavar los platos y cubiertos hasta separar la basura. Hoy cuentan con un equipo de 58 personas y están listos para la internacionalización.
Siguieron tocando puertas y estas empezaron abrirse. Hoy seis centros comerciales han convertido sus patios de comidas en lugares con cero residuos y tres más están en camino. Operan en Quito, Guayaquil y Ambato. La inversión por lugar es de aproximadamente US$ 50.000. En 2018 gastamos el doble de lo que facturamos, la familia nos dijo que éramos un desastre, que busquemos algo más, éramos ineficientes. En 2019 facturamos US$ 120.000. Llegó la pandemia, los centros comerciales cerraron, nosotros colapsamos, pero logramos sobrevivir. Ahora atendemos como 80 restaurantes. En 2022 la facturación fue de US$ 500.000 y este año esperamos cerrar en US$ 800.000.
Garzón siempre supo que debía hacer algo por un mejor planeta. En 2022 Huella Verde evitó el uso de 8.702.432 desechables, 470 toneladas de residuos recuperados y lavaron un poco más de 20 millones de items entre vasos, cubiertos y platos.
Por su apuesta a una economía circular ganaron el premio Ecuador Circula. Además, crearon puntos para reciclar botellas retornables. Seis embotelladoras le apuestan a este emprendimiento.
Viendo hacia atrás Garzón asegura sentirse feliz y realizada, posiblemente en sus anteriores trabajos ganaba más, pero estaba frustrada al ver que todo lo que se analizaba y preparaba se quedaban en documentos guardados en un cajón. Hoy siente que por fin está dejando una huella hacia un futuro más verde y consciente. (I)