Forbes Ecuador
Mónica Méndez
Movimiento Inspirador
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¿Qué tan complicado puede ser migrar y tener éxito profesional en un país lejano? ¿Cuál es la receta para ser resiliente y abrirse camino lejos de la familia? Mónica Méndez, abogada y con estudios en negocios, lo cuenta.

8 Agosto de 2023 12.11

La cuencana Mónica Méndez vive en Melbourne desde 2007, donde ha mostrado su talento, su liderazgo y un pensamiento estratégico en distintos sectores. Hoy en día es Chief Delivery Officer de Secos Group, una firma del sector de bioplásticos, y es parte de la directiva de Alabc, el Consejo de negocios de Australia y Latinoamérica. Madre, esposa, hija, esta abogada ofrece un testimonio sobre la capacidad de crecer como persona y como profesional fuera de la tierra natal.

El sol empieza a salir en Melbourne y Mónica Méndez se conecta a un link de Zoom. Los rayos de luz se reflejan en su rostro mientras cuenta lo liberador que fue para ella lanzarse y buscar su destino fuera del Ecuador, fuera de Cuenca, su ciudad natal. Al otro lado del planeta, en Quito, el reloj marca las 18:00 y las luces de la ciudad se van encendiendo al final de una tarde soleada.

Esta abogada, que también tiene estudios en negocios, vive en Melbourne, Australia, desde el 2007. Ella migró con su esposo pensando en un mejor futuro profesional y con la idea de alcanzar algo diferente, en un país lejano, pero que ofrece oportunidades.

En este 'viaje' Méndez primero vivió en Chile donde su esposo tuvo una oportunidad laboral en el mundo de la hotelería. Ella empezó a probar sus capacidades y se desempeñó como manager del área comercial de un resort. Era 2005 y la aventura de esta ecuatoriana por el mundo empezaba. “Queríamos lanzarnos  y pudimos salir. En ese entonces aplicamos para programas para establecernos en Canadá y Australia”. El destino llevó al país más grade de Oceanía, al que llegó en 2007 con su esposo.

Allá empezó desde cero. Conseguir trabajo no fue complicado porque llegó con todos sus papeles en regla, sin embargo abrir las puertas fue un proceso. El primer trabajo de esta profesional fue como asistente en exportaciones en SDI Limited una empresa de productos dentales. “Empecé a probar mi resiliencia”. En el camino también emprendió y empezó a comercializar artesanías ecuatorianas en Melbourne, una aventura que no prosperó, pero que tampoco desanimó a Méndez. 

Esa capacidad para reinventarse y aprovechar oportunidades le fue llevando a nuevos retos y en 2009 llegó a Securency empresa que fue parte de una alianza entre la Reserva Federal de Australia y una empresa inglesa, para reemplazar los billetes de papel por billetes de polímeros. Securency luego pasó a llamarse CCL Secure Pty; allí la cuencana empezó como Senior Advisor, también fue Head Planing y terminó como Gerente General. Ella lideró varios proyectos en países que se movieron a esta tecnología.

Esa fue una experiencia tan enriquecedora como demandante y coincidió con la época en la que Méndez se convirtió en mamá. Ella estuvo de CCL Secure Pty hasta 2020, año de pandemia y cambios para todos. Tras 11 años en los que aprendió sobre la innovación en la impresión de billetes de varios países cambió de orilla y llegó Secos Group, una firma del sector de bioplásticos. Allí se desempeña como Chief Delivery Officer y entiende de la A la Z la importancia de la sostenibilidad.

Su crecimiento profesional no se detiene. Por su experiencia es, desde el año pasado, parte de la directiva de Alabc, el Consejo de Negocios de Australia y Latinoamérica, una organización que promueve las relaciones comerciales entre el país-isla y la región.

¿Cómo te defines?

Soy una soñadora, que lucha por enfrentar contra los paradigmas con los que crecí. Tengo una lucha interna de la niña buena, contra la mujer profesional, decisiva y asertiva. Me veo como una persona visionaria porque quise algo diferente, quise una libertad que quizás no iba a alcanzar en mi ciudad natal. Siempre estuve en desacuerdo de muchos paradigmas y estereotipos que nos daban desde pequeñas, pero tuve la bendición de tener una madre visionaria que nos inculcó que una mujer no puede estar encasillada, que el cielo es el límite y que para alcanzarlo había que estudiar y prepararse, que no debía depender de nadie, que sea yo misma. Me siento libre de paradigmas con la bendición de una madre visionaria y un esposo con el que somos un equipo.

Suena fuerte decir que en la ciudad natal tal vez no se puede lograr ciertas metas…

Hay gente brillante, que ha salido adelante con su esfuerzo. Pero a lo que me refiero es que salir de la ciudad y el país natal no es fácil, dejar el confort del entorno y empezar es difícil. Pero decidí intentar y lanzarme con mis maletas de sueños. En mis años universitarios y antes ya había un choque interno de lo que se esperaba, había expectativas sociales silenciosas que me ahogaban. El paradigma de casarse, de tener hijos, de trabajar o no trabajar. Amo Cuenca y soy muy orgullosa del Ecuador, acá todos saben que soy ecuatoriana, pero nuestra sociedad puede ser muy restrictiva sobre todo para las mujeres.

¿A qué edad sentiste que debías salir de tu ciudad y proyectarte hacia el mundo?

Me acuerdo de la Mónica niña sentada en su casa y viendo por el ventanal, preguntándose cómo será el mundo. Tuve la bendición de viajar y conocer otros lugares y descubrir que había afuera. Y para mi salir del país fue liberador, no me importaba fallar, ni fracasar, solo quería intentarlo y eso me llevó a los lugares que he llegado.

Primero migraste a Chile y luego a Australia, ¿cómo fue ese viaje?

Con mi esposo queríamos algo diferente, queríamos lanzarnos y no quedarnos a hacer lo que se esperaba de nosotros. Pudimos salir de Ecuador, aplicamos para Canadá y Australia, y por las cosas de la vida llegamos a Australia. No conocía a nadie y para empezar a trabajar nos decían que apliquemos para posiciones básicas a pesar de los estudios que teníamos. Yo empecé como asistente en exportaciones en una empresa de productos dentales y empecé a probar mi resiliencia. Me pidieron ayuda por hablar español, era una empresa familiar con un líder que marcó mi carrera. Para aplicar en empleos no lo hice como abogada, ni por mis estudios en negocios. Nos dijeron que los migrantes tenemos buenas calificaciones y nos ven como sobrecalificados. En mi primer empleo en Australia estuve un año y medio.

¿En algún momento emprendiste?

Con una amiga traíamos artesanías ecuatorianas, ponchos, fue un período corto, era difícil porque  a la final Australia es una isla y tienen algunas restricciones. Luego pasé a CCL Secure Pty, una joint venture de la Reserva Federal de Australia con una compañía inglesa, que básicamente hacía billetes. Allí ya pude aplicar mi experiencia profesional y como abogada. Empecé en la parte comercial, luego parte operacional y luego como Gerente general. Viajaba por todo el mundo, llegué a lugares que nunca imaginé para presentar los billetes de polímero que elaborábamos. Conocí Vietnam, Malasia, Europa, Reino Unido, Canadá, México. 

¿Eran días intensos?

Sí, era intenso, pero me apasionaba, horarios locos por el cambio de hora que tiene Australia, con llamadas a las dos de la mañana o juntas a las ocho de la noche. Pero al amar lo que heces encuentras la forma. Tuve muchas satisfacciones personales.

Luego llegó la maternidad y la pandemia…

Me moví a la antítesis de lo que hacía y llegué al mundo de los bioplásticos. Como mamá no podía mantener un ritmo de vida tan alto a expensas de mi hija. Tomé decisiones importantes y la vida me fue orientando y ayudando a tomar las riendas de mi destino. En 2020 llegué a Secos Group, una empresa tecnológica joven y disruptiva. Me encanta y he aprendido mucho.

¿Cómo se siente una mamá y profesional latina en un país como Australia?

Mi hija va a la guardería y mi esposo ha sido muy importante para lograr el balance. Él me ha apoyado mucho, incluso sacrificando su carrera. Quiero que mi hija tenga una buena educación.

¿Cómo es un día tuyo?

Trabajo mucho en la casa, apenas me despierto salgo a caminar con mis perros, luego atiendo a mi hija antes de que vaya a la escuela. Luego tengo reuniones con clientes en EE.UU., México, Asia. La compañía se está extendiendo por EE.UU. y esperamos ir logrando objetivos. Yo negocio contratos, coordino el lanzamiento de productos (la empresa tuvo ingresos por US$ 31 millones en 2022 y suma cerca de 200 empleados). Estamos en crecimiento, invierten mucho en investigación, cotiza en el mercado de valores de Australia. 

¿Y cuál es tu rol en la Cámara de Comercio?

Planifico reuniones, promovemos a América Latina en Australia, tenemos reuniones con embajadores, hacemos cenas. Es una labor increíble, es una pequeña puerta para ambos actores. Se trata de promover  una sinergia muy importante. Queremos que América Latina tome más relevancia en esta parte del mundo.

¿Con esta trayectoria hacia dónde apuntas en el futuro?

Me veo trabajando en sustentabilidad, es el presente, el manejo de desechos, el impacto ambiental. Todo es un campo muy diverso y estoy muy enfocada. He aprendido mucho sobre esos temas, me apasiona y me mantiene muy activa. (I)

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