Amor, moda sustentable y una carrera que hizo clic con Corea del Sur
La ecuatoriana Anabel López ha hecho carrera en Seúl, combinando aprendizajes adquiridos en Ecuador, Argentina y España. Ella diseña en el país asiático y produce sus colecciones en Ecuador. Hoy trabaja por una moda más consciente.

Anabel López llegó por primera vez a Corea del Sur en 2007 y fue por amor. Su entonces pareja era catedrático y tuvo una oportunidad laboral en el país asiático. López lo acompañó y pese a que la relación no prosperó, ella aprovechó el cambio de continente para empezar a generar contactos para impulsar su carrera en el diseño de modas.

Tenía 26 años, era conocida en el mundo de la moda en Ecuador y confiaba en seguir creciendo como diseñadora de moda lejos de su patria. Pero los planes que tenía no avanzaron como ella lo había pensado; dejó la moda y empezó a dar clases de inglés y español a ciudadanos surcoreanos. No sabía coreano y el trabajo como profesora le ayudó a integrarse con el país. “Estuve cuatro años alejada del diseño”, cuenta.

El gusto por diseñar lo heredó de la familia materna, donde todos son artistas. En principio estudió relaciones públicas por una razón específica: aprender francés. Tras culminar los estudios en la Universidad Internacional se le presentó una oportunidad para estudiar moda y fotografía en el Instituto Macchiavello, en Buenos Aires, Argentina, durante dos años. “Y a la final las relaciones públicas, la moda y la fotografía se complementaron muy bien”. Al regresar al país, en 2005, aplicó para el concurso que buscaba diseñadores para los trajes de las candidatas a Reina de Quito y ganó. “Fue un súper buen comienzo, yo era chamita”.

López desarrolló  su carrera en el país hasta que migró a Corea del Sur. Tras la experiencia en Seúl y con algunos ahorros decidió cursar un masterado en Fashion Management en Barcelona, España. Otros dos años como estudiante le dieron más ánimo y al volver a Ecuador, en 2012, lanzó la marca Anabel López. “Ya había vivido en Corea del Sur, Argentina y España, y tenía una mezcla de inspiraciones de diferentes mundos, la moda en esos tres países es muy diferente y había una mezcla de estéticas. Eso me ayudó a diferenciarme y en Ecuador trabajé hasta 2017, hasta que recibí una invitación para participar en un desfile de modas en Corea del Sur. La gente de ProEcuador conocía mi trayectoria y me invitaron”.

La diseñadora, cuyo referente es la francesa Coco Chanel, volvió a sentir un clic con Corea del Sur y a partir de ese año empezó a cruzar el Océano Pacífico con más frecuencia. En las idas y venidas llegó la pandemia y López decidió volver a Ecuador, “donde estuve encerrada unos ocho meses”. En el confinamiento decidió aplicar a una beca del gobierno surcoreano para estudiar moda y tecnología “porque era algo que me faltaba y sentía necesario”. A finales de 2020 voló otra vez para Corea del Sur para estudiar y para radicarse nuevamente con conocimientos frescos y más ganas de hacerse un nombre.

A López le ha ido bien. Ha sido parte de un documental de moda, habla bien el coreano, participa en entrevistas para medios de comunicación y, lo más importante, vive de sus diseños. “Ningún día es igual, mi vida es bien entretenida. El país le da mucha importancia a la cultura y las tradiciones, pero se complementa con el mundo moderno”.

Desde el 2005 ha presentado un sin número de colecciones. Pero en estos últimos años lanza no más de dos y para esto tiene una fórmula. Los diseños los piensa en Seúl, pero los produce en Ecuador y luego lleva la ropa a Seúl para presentarla. “Prefiero que el dinero de la producción se quede en mi país, tengo costureras de confianza a las que la plata les cae súper bien. Yo pienso mucho en moda sustentable y la calidad de las telas en Ecuador es muy buena. Además acá, en Corea, el poder adquisitivo es mayor”. Para cumplir ese proceso la diseñadora viene una vez al año al país y se queda dos meses mientras dura la producción. En Ecuador también hace eventos para vender sus diseños.

Aficionada a viajar y a tomar fotos, extraña la comida ecuatoriana en Corea del Sur y viceversa, pero también se ha 'contagiado' de la cultura surcoreana en el sentido de vivir algo aislada y sale poco. López está por terminar una nueva etapa en sus estudios y confía en su talento que le ha llevado a participar en eventos como el Fashion Week de China, en 2018. “Eso fue super importante para mí”. También resalta un desfile de moda sustentable en Uruguay, “con telas muy otavaleñas”. Esa pasarela le abrió puertas, tal como ha pasado desde los inicios de su carrera hace ya cerca de 20 años. “Me siento ciudadana del mundo y quiero impactar en el cambio de patrones de consumo de moda, que la moda sea algo más positivo para el planeta”. (I)