El precio del oro saltó alrededor de un 30% en 2024 y la onza llegó a un máximo nominal histórico de US$ 2.790. De esta forma, el metal dorado se encamina a cerrar uno de los mejores años de su historia. Sin embargo, la historia no está cerca de terminar, ya que en 2025 la tendencia alcista podría continuar.
Según los expertos de ING, la mayor parte de la demanda que impulse los precios del oro provendrá de los bancos centrales que están buscando diversificar sus reservas extranjeras, en especial por la posible guerra comercial que se avecina con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
De hecho, en noviembre, China volvió a comprar oro por primera vez en más de seis meses hasta llevar su inventario a 72,96 millones de onzas valuadas en más de US$ 193.000 millones.
"La reanudación enviará una señal de que el Banco Popular de China se acostumbró a estos niveles de precios récord y está preparado para crear reservas de todos modos", explicó Ole Hansen, jefe de Estrategia de Materias Primas en Saxo Bank.
Aún así, de acuerdo al Consejo Mundial del Oro (WGC, por su sigla en inglés), el oro gozaría de un incremento de valor más contenido que el de este año en 2025.
"El consenso del mercado sobre variables macroeconómicas clave como el PIB, los rendimientos y la inflación, si se toman al pie de la letra, sugiere un crecimiento positivo pero mucho más modesto para el oro en 2025", dijo el organismo.
Pero si hay un "rápido deterioro de las condiciones financieras", entonces los inversores saldrían a buscar "activos refugio", lo que apoyaría el camino ascendente de la materia prima.
