Muchas personas, por desconocimiento y/o comodidad, optan por seguir técnicas de inversión muy populares que apuntan a construir un portafolio diversificado. Dentro de este grupo, se destaca la famosa "regla del 120".
Específicamente, la regla del 120 consiste, básicamente, en restar nuestra edad al número 120. El resultado obtenido nos indicará qué porcentaje de nuestra cartera de inversión debería estar compuesto por acciones y bonos. Por ejemplo, si tenemos 40 años, el 80% de la cartera debería estar conformado por acciones, mientras que el 20% restante tendría que estar compuesto por bonos, ya que 120 - 40 = 80.
"Lo que nos está diciendo este regla es que, mientras más jóvenes somos, más riesgo podemos asumir; y a la inversa: mientras mayor sea nuestra edad, más conservadores debemos ser", comentó Mariano Monferini, analista y asesor financiero independiente.
El especialista detalló que, cuanto más jóvenes somos, más tiempo para recuperarnos de posibles pérdidas tenemos. "Las acciones son más volátiles y algunas veces podemos estar bastante tiempo esperando que recuperen, a la vez a que en el largo plazo nos deberían dar mayor rentabilidad que la renta fija", indicó.
"Otra razón es que el capital humano remanente de una persona joven es en general alto. Es decir que todavía le quedan muchos años de trabajo, donde va a tener ingresos por su actividad, a diferencia de, por ejemplo, una persona jubilada cuyos mayores ingresos provienen de su capital acumulado, por lo que debe ser más precavido a la hora de invertir", añadió Monferini.
No obstante, aclaró que no habría que ser tan tajante con la regla del 120 porque los mercados son dinámicos y los momentos, diferentes, por lo que es necesario adoptar una postura más flexible.
Por su parte, la asesora financiera Martina Del Giudice coincidió en que esta regla es "sólo una guía general" y mencionó que la asignación óptima de activos puede variar según diversos aspectos, "para lo cual siempre es recomendable consultar con un asesor, que es quien determina la mejor estrategia, y no caer en una simplificación excesiva".
Asimismo, la experta sostuvo que la regla podría no ser adecuada del todo porque puede llevar a una exposición muy riesgosa y tampoco contempla cambios en la situación personal o del mercado financiero.
"Algunas personas pueden tener una mayor tolerancia al riesgo incluso a edades avanzadas debido a una situación financiera holgada, mientras que otras pueden ser más conservadoras a una edad más temprana debido a obligaciones financieras o necesidades específicas", ejemplificó Del Giudice.
En tanto, Alan Zuchovicki, director en Finbez, añadió que uno de los pilares más importantes al construir una cartera de inversión es observar un índice que sirva como referencia y determinar para qué se va a utilizar la plata que se busca invertir.
"Una vez definido eso, hay que buscar activos que se porten parecido, que correlacionen lo mas cercano a uno posible. Como ejemplo, si estoy ahorrando para comprarme una casa, creo que es más riesgoso tener bonos del Tesoro americano que el S&P 500, ya que, a lo largo de los años, el S&P 500 protegió mucho más de la suba de las propiedades que la tasas de estos bonos", relató.
Zuchovicki, aunque concluyó que la regla del 120 parece buena para "establecer un portafolio base antes de ir a las necesidades propias de cada inversor", no dejó pasar que falla en edades avanzadas. "Si es plata que no voy a gastar y ya queda para futuras generaciones, esta norma me podría estar dando mucho de renta fija y no es lo ideal", finalizó.