Pese a lo que su nombre nos pueda evocar, una wallet va mucho más allá de tan solo almacenar criptoactivos. Para navegar en un mundo descentralizado, las wallets o monederos hacen uso de sistemas avanzados de encriptación que otorgan a sus usuarios una forma segura de participar en las redes blockchain.
Para qué sirven las wallets
Una wallet es un monedero virtual de criptomonedas que te permite consultar tu saldo, operar entre distintas redes blockchain y firmar tus propias transacciones, evitando así la participación de intermediarios, como ocurre en los bancos de la economía tradicional.
Desde la llegada de las criptomonedas, en lugar de acudir a terceras personas que custodien sus activos y que los gestionen a través de sus plataformas, los usuarios, cada vez más, actúan como su propio banco. La particularidad de estos monederos virtuales es que los usuarios tienen toda la responsabilidad de los fondos y corre de su cuenta el cómo son empleados; es decir, cada transacción u operación que realicen será bajo su responsabilidad.
Qué tipos de wallets existen
Existen diferentes tipos de wallets y distintas formas de almacenar tus propias criptomonedas. Cada tipo de wallet cuenta con una serie de características diferentes a tener en cuenta, por lo que es importante conocer estos detalles en profundidad, ya que de ello depende que los fondos permanezcan seguros.
Dependiendo del nivel de seguridad y de necesidades del usuario, tendrá distintas opciones entre las que elegir, pasando desde el formato en papel, hasta el formato app.
Wallet de escritorio. Podríamos considerar la wallet de escritorio como la wallet más relevante en el ecosistema cripto, ya que tuvo su origen con el Bitcoin y a partir de ella se derivan los demás tipos de wallets. Se trata de una aplicación que se puede descargar en el PC a través de un archivo que, una vez instalado, muestra la interfaz donde se puede operar. Es de vital importancia poner a buen recaudo todas las opciones de recuperación, como la semilla, las claves privadas o archivos como el .json, ya que son la única forma en la que se puede recuperar una cuenta en caso de necesitarlo.
Wallet de aplicación móvil. Son muchas las wallets que han desarrollado ya sus propias versiones en aplicación móvil. Estas aplicaciones se pueden instalar en los dispositivos móviles a través de un archivo APK, o bien simplemente descargándolas a través de la store de aplicaciones de sus sistemas operativos. No hay más que seguir los mismos pasos que en el caso de la anterior wallet, así como mantener a salvo todos los métodos de recuperación de tu wallet en caso de pérdida.
Wallet online. Las wallets online, conocidas comúnmente en el mundo cripto como Web App, son wallets a las que puedes acceder desde tu propio navegador web. No existe la opción de descargar una aplicación, los datos se alojan en un servidor. Algunas de estas wallets son híbridas y permiten cifrar los datos privados antes de ser enviados al servidor en línea. Dentro de las wallets online o web app, podemos diferenciar entre las wallets descentralizadas, que permiten a sus usuarios manejar sus propias claves privadas, y otras que, por el contrario, son custodiadas, es decir, no pueden controlar sus claves privadas directamente. En este último caso tenemos a los exchanges; su propia arquitectura cuenta con multi?wallets, gracias a las cuales se asigna una dirección a cada cliente para que este pueda realizar tanto depósitos como retiros de activos. Sin embargo, no tienen acceso a ninguna de las wallets como tal, sino que deben hacer las operaciones iniciando sesión a través de la interfaz principal del exchange.
Wallet en formato hardware. Las hardware wallets o wallets físicas son, igual que las wallets en papel, wallets frías. Esto quiere decir que nunca se conectan a Internet. Lo contrario de las cold wallets son las hot wallets, donde las claves están ubicadas en un equipo con acceso a internet. Estas son el resto de wallets. Por tanto, las hardware wallets nunca se conectan a Internet. El concepto principal de las hardware wallets es que son unos dispositivos que almacenan las claves de las wallets y realizan la firma de las transacciones. Estas transacciones firmadas se envían, por medio de USB u otro medio, a un dispositivo que sí tiene acceso a internet y envía la transacción firmada a la red. En resumen, las hardware wallets lo único que hacen es recibir datos de una transacción, firman esta transacción con la clave privada y devuelven la transacción firmada a un dispositivo con acceso a internet.
Wallet en formato de papel. Aunque parezca increíble, este tipo de wallets son también muy comunes entre los usuarios. Se trata de la impresión de un código QR que porta tanto una clave pública como una privada. Esto les permite enviar y recibir criptomonedas con un monedero hecho de papel. Gracias a este formato desligado por completo de internet, se posiciona como uno de los tipos de wallets más seguros que podrás encontrar. Este tipo de wallets es más indicado para aquellos fondos que no planeemos tocar en mucho tiempo, así que más vale contar con una buena caja fuerte donde guardarla y mantenerla a salvo y bien ubicada.
*Con información de Forbes España.