Con el avance de la tecnología y la masificación de llamativas plataformas de inversión, el trading, es decir, la compraventa de activos financieros en el corto plazo, se popularizó hasta captar la atención de toda clase de usuarios.
Desafortunadamente, la publicidad detrás de esta forma de ganar dinero omite que no se trata de “soplar y hacer botellas”, sino que es una tarea que nuclea una serie de cuestiones que hay que pararse a analizar.
Es una actividad compleja
Quienes apunten a ganarse la vida haciendo trading deben saber que se trata de una actividad muy compleja. Para poder comprar y vender activos financieros en el corto plazo, hay que saber cómo se comportan los mercados; de qué forma influyen los factores macroeconómicos, políticos y sociales; qué instrumentos bursátiles existen y cuáles son sus riesgos y características y un largo etcétera.
Muchos “gurúes” suelen vender algunos cursos de pocas horas en donde enseñan algunas cuestiones básicas de análisis técnico (interpretación de gráficos de precios) y dos o tres “sistemas infalibles” con la promesa de que el contenido abarca todo lo que hay que saber para hacer trading y ganar dinero. Error.
Al igual que sucede con cualquier otra disciplina, para poder triunfar haciendo trading hay que conocer mucho y tener mucha experiencia. Si fuera tan fácil, todos serían millonarios.
Lleva más tiempo de lo pensado
Por otra parte, también es importante considerar que el trading lleva más tiempo del que se puede llegar a pensar. No basta con mirar algunos minutos por día las pantallas y comprar y vender cualquier cosa. El trader exitoso pasa largas horas frente a la computadora analizando diferentes clases de activos, buscando oportunidades de inversión y armando estrategias que sean rentables.
Además, en muchas ocasiones, la actividad sigue por fuera de los horarios de negociación debido a que se requiere de llevar un control sobre los movimientos concretados y sobre las próximas decisiones financieras a tomar. En otras palabras, hay que estar muy enfocado como en cualquier otro trabajo.
Pone a prueba el control de emociones
Si fuéramos robots y no tuviéramos emociones, entonces el trading sería muy sencillo, ya que solo sería cuestión de comprar y vender cuando nuestro sistema dicte. Sin embargo, somos humanos, y nos cuesta mucho no dejarnos llevar por los sentimientos.
Esta cualidad repercute de forma negativa en la compraventa de activos financieros, principalmente porque nos confunde al momento de ejecutar estrategias: cuando los mercados suben, solemos apresurarnos y comprar a cualquier precio; cuando bajan, entramos en pánico y vendemos.
En los primeros años de trading, este comportamiento puede ser completamente destructivo para el capital. Solo la experiencia nos enseñará a reaccionar de la forma adecuada ante los vaivenes de los mercados financieros.
No crea millonarios en el corto plazo
Realizar “el trade” más grande e importante de nuestras vidas al principio de este camino para luego convertirnos en millonarios y poder recorrer el mundo en un avión privado solo sucede en las películas.
Nadie puede pretender convertirse en un buen músico apenas arranca a tocar un instrumento o en tener un cuerpo soñado con solo medio año de dieta y ejercicio. Todo lleva tiempo, y el trading no es la excepción.
Como se puede apreciar, hacer trading no es tan fácil y atractivo como se vende en internet, sino que se trata de una disciplina compleja que requiere de un gran sacrificio para lograr el éxito con ella.