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¿Por qué los especialistas desconfían del descubrimiento de petróleo ruso en la Antártida?

Fernando Heredia

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El anuncio del hallazgo de reservas por 510.000 millones de barriles estaría lejos de comprobarse científicamente.

16 Mayo de 2024 10.14

El medio británico The Telegraph publicó que Rusia descubrió reservas de petróleo en la Antártida por el equivalente a 510.000 millones de barriles y la noticia provocó un fuerte revuelo en todo el mundo. Por un lado, porque está prohibido realizar actividades de exploración petrolera en esta región y, por el otro, porque se trata de un área cuya soberanía es reclamada por Argentina, Chile y el Reino Unido.

Sin embargo, los especialistas le bajan el precio al anuncio y aseguran que se trata más de una jugada geopolítica que de un verdadero hallazgo hidrocarburífero. En primer lugar, porque el propio concepto de reservas incluye la certificación de una larga lista de actividades que demoran muchísimos años de tareas y que hubieran sido imposibles de realizar sin que se entere todo el mundo. Actividades que violan el Tratado Antártico suscripto en 1959 del que la propia Rusia es firmante.

“Es una manifestación geopolítica. No sé pueden precisar reservas y extensión de reservorios con investigaciones derivadas de otros ámbitos. Hace falta perforar y esas actividades están prohibidas. Todo tiene que ver con fijar posiciones frente a la renegociación del Tratado Antártico. Ni siquiera se puede hablar de recursos todavía”, afirmó a Forbes el ex secretario de Energía, Daniel Montamat.

Según informó S&P Global, el estudio geológico estatal ruso capturó 4.400 km de nuevos datos sísmicos en el mar de Riiser-Larsen, frente a la costa de la Tierra de la Reina Maud de la Antártida, a principios de este año. Es decir, no realizó ningún tipo de perforación.

La exploración sísmica es el primer paso para empezar a estudiar el potencial geológico de un área determinada y apenas otorga una vaga idea de las probabilidades de encontrar un “sistema petrolero”. Es imposible que con esta simple tarea se pueda conocer de manera fehaciente los recursos del subsuelo.

“Primero hay que perforar varios pozos que se llaman delimitadores que puedan probar el tamaño del reservorio. Con un pozo se descubre, con alrededor de 10 pozos se delimita el recurso. Pero después necesitás probar qué plantas de procesamiento e infraestructura necesitas para poder producir. Cuando tenés todo eso, tenés que corroborar que es rentable extraerlo a los precios actuales y de eso depende que haya un Final Investment Decision (FID). Solamente ahí podemos hablar de reservas”, explica a este medio el ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos Rocca.

Las petroleras están sometidas a un estricto control de estos procedimientos justamente porque la cantidad de reservas certificadas impacta directamente en su cotización en el mercado de valores. El sistema de clasificación universal se denomina SPE-PRMS y exige la evidencia de un plan de desarrollo, asignación financiera, flujo de caja neto y aprobaciones legales, contractuales, ambientales, regulatorias y gubernamentales para operan en dicha área.

“Los países de regímenes no democráticos que tienen empresas estatales que no cotizan en bolsa se pueden dar el lujo de hacer este tipo de anuncios rimbombantes sin saber exactamente los números que se revelan. Tienden a ser anuncios de gobierno que no tienen mayor importancia. En Bolivia, en una época, en cada aniversario patrio, el Gobierno decía que había descubierto nuevas reservas”, agrega el experto.

Lógicamente, puede existir el interrogante de que Rusia haya realizado muchas de estas actividades de manera secreta, algo que Jorge Lapeña desestima por la magnitud del supuesto hallazgo. “Se me hace difícil creer que toda esa actividad pudo haber pasado desapercibida por los países que tienen bases en la Antártida, lo que nos lleva a pensar que no existió. De todas maneras, confío en que la Cancillería y el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales tienen todas las herramientas para saber qué sucedió y manejar el tema correctamente”, sostuvo el ex presidente de YPF. 

Pero incluso habiendo escondido con éxito la perforación de múltiples pozos durante varios años, no queda claro a qué precio ese petróleo podría comercializarse en un área tan compleja como la Antártida, donde la soberanía está en disputa.

“Explorar en Arabia Saudita no es lo mismo que en la Antártida. El costo es mucho mayor. Es frío, es lejano, es profundo, tiene sus complejidades. Hay que tomarlo con pinzas”, confirma Ríos Rocca.

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