Ahora hay muchas turbulencias en los mercados financieros y muchos inversores no tienen claro qué hacer. Los inversores están confundidos dadas tantas incertidumbres macroeconómicas: aumento de las tasas de interés, inflación, un criptoinvierno, nerviosismo geopolítico y cambios en la cadena de suministro, todo al mismo tiempo. Algunos pueden estar al borde del pánico.
1. La historia arroja luz sobre dónde estamos
El valor del dinero siempre ha estado determinado por la demanda de bienes y servicios. El valor del dinero también está influenciado por los sistemas de valores predominantes, que incluyen factores externos y entornos macroeconómicos.
A mediados del siglo pasado, por ejemplo, los agricultores vivían en condiciones precarias, sin saber nunca si su arduo trabajo valdría la pena debido a la imprevisibilidad del clima.
El mercado de futuros creó una forma de pagar a los agricultores en futuros, luego en futuros derivados; les dio a los agricultores ingresos confiables. Ese es el tipo de poder para el bien que pueden ofrecer nuestros mercados de capital.
Los inversores están experimentando un nuevo mercado hoy que no existía hace 20 años. En ese entonces, no había ETFs. La gente eligió acciones. Hoy en día, las firmas de capital privado y los fondos de cobertura tienen la ventaja en los mercados públicos.
Las plataformas de trading ahora están a cargo de computadoras y algoritmos sofisticados. El ritmo y la cantidad de cambio tecnológico no se pueden ignorar al considerar cómo mirar los mercados.
2. Invertir en empresas privadas nos hace avanzar
Estamos pasando por una transición en nuestros mercados y en el planeta. Los factores incluyen el clima, un mundo rápidamente digitalizado y blockchain. Además, las generaciones más jóvenes valoran cosas diferentes.
Muchos argumentan que la actual turbulencia en los mercados financieros era inevitable, reflejando cambios que son necesarios.
3. Lo que sube debe bajar
La cantidad de dinero que se inyectó en la economía durante el Covid-19 inevitablemente significó correcciones en el mercado. Y estos son los tiempos que representan muchas oportunidades.
Mirando hacia atrás a otras correcciones, como 2008 y los colapsos de las puntocom, el capital privado generó su mejor crecimiento durante esos tiempos. Las correcciones son excelentes momentos para que los innovadores construyan nuevas soluciones: los inversores pueden impulsar esto y ganar.
4. Nuevas formas de ver la diversificación
En el pasado, se decía a los inversores que prestaran atención a invertir en una cesta de empresas de pequeña, mediana y gran capitalización en función de las condiciones macroeconómicas.
Cada año se produjeron diferentes actuaciones de cada clase. Esas clases de activos que antes eran únicas ahora están correlacionadas. El viejo modelo también predicaba que los inversores ponían el 60% de sus participaciones en acciones y el 40% en bonos.
Uno podría considerar ver todo el mercado público como una sola clase de activos ahora; cuando el comercio de acciones públicas está en manos de computadoras y algoritmos ultrarrápidos, es posible que las viejas teorías de cartera ya no se apliquen.
5. Redefiniendo la inversión de impacto
Las noticias climáticas no son solo una historia futura. Estamos experimentando el cambio climático, y hay muchas cosas que necesitan ser resueltas. Las empresas que aborden estos desafíos y tiempos cambiantes tendrán una gran demanda.
Los inversores inteligentes como Warren Buffett siempre han buscado oportunidades de inversión de valor. La inversión de impacto se está volviendo cada vez más convencional, y algunos argumentarían que es una forma de volver a las raíces de la inversión; es simplemente una inversión de valor para sostener a las familias y al planeta.
El término ESG se ha politizado; hay mucho lavado verde y los inversionistas tienden a ver la inversión de impacto como una clase con rendimientos más bajos. Pero nuestros valores y cultura evolucionan con los tiempos, y lo que será de valor para esta próxima generación tiene que tener un impacto.
6. La inversión de impacto debe ser sostenible también para los inversores
El índice de Sharpe mide lo que es una unidad de riesgo por una unidad de rendimiento. Los inversores siempre tendrán que recibir un pago por el riesgo que asumen porque también necesitan sostenibilidad, por lo que necesitan obtener rendimientos deseables.
La inversión de impacto inteligente no es diferente de la inversión "tradicional"; siempre es clave invertir junto a las personas más inteligentes, y mucho dinero inteligente está haciendo bien la inversión en capital privado y el impacto ahora.
7. La oportunidad de definir qué es el impacto
Podés decidir qué impacto es más importante y significativo para vos. Es tan simple como buscar empresas que generen valor. Los empleados deben recibir un buen trato y poder pagar vivienda, alimentación y jubilación. Si no, cuando el 1% de la población posea el 90% de la riqueza, y la mayoría de la gente no pueda permitirse comer, habrá problemas mayores.
Los inversores pueden preguntarse si tiene sentido invertir en un sistema que no pueden controlar, como el mercado público, o si deberían invertir en empresas privadas que generan valor tangible para nuestro mundo cambiante.
8. Lo digital es parte de nuestro futuro
Los activos digitales son la mejor manera de llevar dinero rápidamente a las personas que lo necesitan en un mundo donde se informó que 1.700 millones no tenían servicios bancarios o no tenían acceso a servicios bancarios, a partir de 2017.
Ha habido mucha volatilidad en las cryptos, pero muchos creen que se avecina una moneda digital. Parece inevitable cuando se tarda tres semanas en enviar dinero a través de los canales tradicionales. Los contratos inteligentes son un antídoto importante para nuestro sistema financiero anticuado.
El dinero tiene que moverse. Las empresas privadas encontrarán formas de hacer líquidos a sus inversores. Parece que invertir en empresas privadas genera más valor, control y mayores rendimientos para los inversores, con un impacto innato para un mundo mejor y más sostenible.
*Nota publicada en Forbes US