Históricamente, la clásica cartera de inversión 60/40, compuesta en un 60% por acciones y un 40% por bonos, ha sido una buena forma de mantener el poder adquisitivo. Sin embargo, en ocasiones, otras alternativas más conservadoras rinden mejor, como en la actualidad.
Por primera vez desde 2001, el rendimiento de las letras del Tesoro de Estados Unidos a seis meses, consideradas el equivalente a dinero en efectivo, creció hasta un 5,14%, la mayor cantidad desde 2007 y una cifra superior a la del portafolio 60/40.
Lo que muestra este cambio es cómo impactaron las subas de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), las cuales desestabilizaron todo el mercado por tratarse del ajuste más agresivo desde la década de 1980.
La brusca subida en dichos pagos ha disminuido el estímulo para que los inversores tomen riesgos, lo que representa una diferencia respecto a la época posterior a la crisis financiera. Durante ese periodo, las tasas de interés continuamente bajas llevaron a los inversores a buscar inversiones cada vez más arriesgadas para obtener mayores rendimientos.
“Después de un período de 15 años a menudo definido por el intenso costo de mantener efectivo y no participar en los mercados, la política agresiva recompensa la cautela”, expresaron los estrategas de Morgan Stanley en una nota para sus clientes.
Según datos recopilados por Bloomberg, la estrategia 60/40 tuvo una rentabilidad del 2,7% en lo que va del año, luego de caer un 17% en 2022, siendo la mayor baja desde la crisis del 2008.