El índice principal de la Bolsa de Tokio, el Nikkei, ha alcanzado un máximo de 33 años en medio de un auge en el mercado de valores japonés. Impulsado por el sólido desempeño de Wall Street y una mayor confianza empresarial en la economía, la métrica asiática experimentó un incremento del 1,55% en la media sesión de este lunes.
Actualmente, el índice Nikkei se negocia en 33.750 puntos, aproximadamente, un nivel no visto desde marzo de 1990. De esta forma, se acerca a los máximos históricos de principios de tal década.
El optimismo en Tokio se debe en parte a la ralentización del crecimiento de la inflación en Estados Unidos, lo que ha generado expectativas de que esto influirá en las futuras decisiones de política monetaria del país. Además, el informe trimestral Tankan sobre la coyuntura económica en Japón reveló una mejora en la confianza empresarial en la economía nipona entre las grandes empresas manufactureras. Es la primera mejora en siete trimestres y sugiere una progresiva recuperación económica.
Factores como la agilización de las cadenas de suministro después de los desafíos provocados por la pandemia de COVID-19 y la normalización gradual de los precios de las materias primas han sido determinantes en esta mejora económica. En cuanto a los sectores más beneficiados, se destacan la maquinaria, el transporte marítimo y los dispositivos electrónicos.
Algunas empresas específicas han registrado un desempeño excepcional. El fabricante de equipos de análisis para semiconductores, Lasertec, lideró el volumen de operaciones, experimentando un aumento del 4,5%. Su competidor en el sector, Advantest, también obtuvo ganancias significativas, subiendo un 4,3%. Otros ejemplos notables incluyen el fabricante de chips Tokyo Electron, con un incremento del 4%, y el gigante de las telecomunicaciones e inversiones Softbank, con un aumento del 0,5%.
Este optimismo en el mercado de valores japonés ha tenido un impacto a nivel global, contribuyendo al aumento de las acciones en todo el mundo. El Nikkei ha alcanzado su nivel más alto en décadas, y los inversores se muestran alentados por la posibilidad de que la inflación más moderada pueda frenar las tasas de interés de los bancos centrales.