Yo me tiro al agua y aprendo a nadar. Esa frase dicha por Lenin Fraga resume el espíritu y el empuje que tiene este ecuatoriano que vive en Estados Unidos desde 1993, en donde ha ganado y ha perdido, siempre con esfuerzo, constancia y muchas ganas.
Con 49 años, Fraga es desde el 2010 propietario de American Transportation and Limo Services, una empresa que ofrece vehículos de alquiler para ejecutivos, empresas y eventos sociales en Miami. Tiene una flota de 26 vehículos de alta gama, cerca de 12.000 clientes, genera trabajo para 32 personas y calcula terminar el 2021 con ingresos cercanos a los US$ 4 millones.
Para llegar a este punto, este ecuatoriano atravesó una serie de vivencias de las que aprendió siempre. Primero, migró a Estados Unidos cuando tenía 20 años. Era 1993 y dejó Ecuador para buscar oportunidades en la tierra del Tío Sam, tal como lo han hecho y lo hacen miles de compatriotas. Obtuve la visa de estudiante e ingresé a un instituto para cursar Mecánica de Aviación. No me gusta la mecánica, pero era una carrera que podía pagar con la ayuda de mi mamá, que se quedó en Quito.
Al mismo tiempo trabajó en un centro comercial en el área de limpieza y mantenimiento; con lo que ganaba cubría sus gastos. Luego, empezó a vender flores ?que las compraba en una bodega- a restaurantes y hoteles. Así fue levantando un patrimonio.
Un primer punto de inflexión llegó en el año 2000 cuando Fraga vendió el departamento que tenía para invertir en una imprenta ¿Por qué? Porque sus abuelos y sus padres también habían tenido imprentas en el pasado. Los tres primeros años del negocio fueron complicados, pero a partir de 2004 la situación mejoró y la imprenta fue creciendo. Tenía dos clientes grandes del sector de la construcción y eso me dio impulso, cuenta en una entrevista telefónica con un acento quiteño, que se salpimenta con un toque caribeño.
Para el 2008 el negocio sufrió un 'impacto externo'. En septiembre de ese año ocurrió el crack financiero derivado de la burbuja inmobiliaria que golpeó la economía de EE.UU. Los clientes que tenía Fraga quebraron y él se quedó sin su empresa. Perdí mi carro, mi casa, me deprimí. Tenía dos hijas pequeñas que cuidar con mi esposa.
Afortunadamente Fraga contaba con unos ahorros que le permitieron mantenerse a flote, aunque la situación era adversa. El panorama mejoró cuando, gracias a un amigo, se conectó con una empresa de alquiler de limosinas. Yo no quería trabajar para un jefe, siempre había trabajado por mi cuenta, pero acepté un empleo como conductor, recuerda este emprendedor. La experiencia que ganó allí, más los fondos que tenía, le animaron a montar su propio negocio.
Con US$ 45.000 compró un Cadillac Scalade usado y empezó a ofrecer por su cuenta el servicio de transporte para ejecutivos. Pasaba hasta 22 horas diarias al frente de este todoterreno de lujo. Era 2010; para 2011 sumó un segundo vehículo: un Lincoln Navigator que lo adquirió en US$ 70.000. American Transportation and Limo Services había nacido.
Todo lo que había vivido, los éxitos y los errores me sirvieron para aprender, para ir de atrás para adelante. Mi consejo para los emprendedores es que no teman al fracaso, lo importante es mantenerse enfocado, concentrado, soñar y vivir para cumplir los sueños, die Fraga al mirar su recorrido como empresario.
Una de las lecciones que este ecuatoriano aprendió es la importancia de diversificar las inversiones. Ya me pasó con la imprenta, donde me enfoqué solo en dos clientes grandes. Por eso el año pasado inicié un nuevo negocio: alquiler de yates. Ya tengo dos y espero sumar más en los siguientes años, comenta, al tiempo que agradece el apoyo de su esposa, que también es parte clave de la empresa a la que Fraga considera una gran familia. (I)