Desde mediados del 2022 hasta la actualidad, las acciones de General Electric (GE), la histórica compañía creada entre Thomas Alba Edison y John Pierpont Morgan, se dispararon más de un 85%, haciendo que la capitalización bursátil se aproxime a los US$ 97.000 millones. A pesar de que los inversores gozaron de sólidos beneficios, algunos participantes de Wall Street pronostican caídas en el corto plazo.
Concretamente, el analista Seth Siefman de JP Morgan explicó: “Si bien vemos un excelente negocio en la industria aeroespacial y potencial en Vernova, GE ha subido un 80% en los últimos cinco meses frente al 13% del S&P 500”. “Nuestra suma del precio objetivo de diciembre de 2023 basado en piezas, por lo tanto, deja un potencial alcista limitado”, añadió.
El experto tiene una calificación neutral sobre las acciones de General Electric, que continúa su proceso de división en tres empresas independientes: GE Healthcare, centrada en la tecnología médica; GE Aerospace, enfocada en la industria aeroespacial; y GE Vernova, orientada al sector energético y compuesta por los segmentos GE Power, GE Renewable Energy y GE Digital.
Para Siefman, los inversores pueden estar pasando por alto algunos riesgos importantes en las acciones de GE a medida que se lanzan a una empresa renovada que, en el papel, debería ser más enfocada y más eficiente, lo que podría conducir a mejores ganancias.
“En el lado aeroespacial, GE y otros se están beneficiando claramente de un entorno Ricitos de Oro para el mantenimiento, donde la demanda mundial de viajes está aumentando y Boeing y Airbus no pueden construir suficientes aviones nuevos”, detalló.
Y agregó: “La demanda de viajes aéreos ha sido bastante resistente, pero si se ve sometida a presión, la perspectiva de crecimiento del mercado de repuestos se vería afectada y también existe la amenaza de que el aumento gradual en las entregas de nuevos aviones afecte la actividad de mantenimiento”.