“Cristina” se define como una mujer trabajadora y activa por los diez años que laboró para una empresa de telefonía, en la pandemia fue despedida. Ella es parte del 66% de ecuatorianas que salió del mercado laboral en el 2020, según un primer estudio de la situación laboral de las mujeres durante la pandemia realizado por OPEV. La mayoría de pérdidas se concentra entre las mujeres que estaban en trabajos ocasionales, relaciones comerciales o venta directa.
“El hecho de que existan pérdidas de puestos de trabajo no sólo reduce el tema de la igualdad de género, sino también disminuye la capacidad de las familias para tener mayores ingresos, mejorar su economía a largo plazo”, afirma Ana María Pesantes, directora ejecutiva de OPEV.
En 2020, una investigación de mercado especializada en género desarrolló una encuesta en la que se ve que, durante el período de confinamiento, el 62.4% de mujeres de América Latina con hijos, declaró haberse visto afectado en su productividad laboral. Una nueva investigación en 2021, muestra que el 56% de las mujeres tiene dificultades para encontrar un equilibrio entre su vida personal y su vida laboral, mientras que un 63% ha incrementado su ansiedad respecto a su seguridad laboral.
¿Expectativas de cambio?
Ana María Pesantes piensa que no a corto plazo, explica que la brecha de género, según el Foro Económico Mundial, se cerrará en 135 años y no en 100 como estaba previsto antes de la pandemia. El 2022 tampoco es un año alentador. El 44% de los países latinoamericanos cree que es una prioridad acortar la brecha salarial, pero no hay indicios de que en ningún país se esté trabajando en el tema. Globalmente, el 70% de las mujeres quiere un trabajo formal, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero no lo pueden conseguir porque hay muchas trabas, la crisis ha generado pérdidas en las empresas y en sus ingresos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer en Ecuador, señala además, que 69 de cada 100 mujeres empresarias no han podido abrir sus negocios, mientras que el 76% indicó que se ha incrementado su carga de trabajo en el hogar durante el confinamiento y la crisis.
Muchas mujeres como “Mariana” se vieron obligadas a renunciar a su empleo, porque la situación se volvió insostenible, al no poder equilibrar la demanda laboral con las responsabilidades de la casa y los estudios de sus hijos, ahora se les ha vuelto imposible conseguir un nuevo trabajo.
De acuerdo con las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pobreza en el Ecuador podría haber llegado al 30% y la pobreza extrema hasta el 9,9%, en 2020. (I)