Junto a las 490 subagencias de Redpagos, Ernesto Broli se apronta los botines para potenciar el negocio digital
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Se autodenomina "patadura" y se desmarca así de sus hermanos exfutbolistas (Marcelo y Martín), pero en las finanzas Ernesto Broli logró una trayectoria destacada. Desde octubre pasado es gerente general de Redpagos, una de las principales redes de cobranza y pagos de Uruguay, con cerca de 500 locales distribuidos en todo el territorio a través de un sistema de franquicias.
Empezó en la compañía como controller y volcó allí sus años de experiencia en banco Santander. En tiempos en que los pagos digitales crecen y la ciberseguridad es un desafío, Redpagos — que fue adquirida luego por el grupo Prosegur— potenció el trabajo con las subagencias para que el negocio sea rentable y se invirtieron US$ 2 millones para fortalecer la seguridad de las operaciones. La gran misión de Broli para este año es potenciar la subagencia virtual, la app Miredpagos.
¿Cuáles son las principales metas de Redpagos para 2025?
Redpagos es un negocio maduro, cumplimos 23 años. A través de nuestra red se canaliza aproximadamente la mitad de los pagos y cobranzas presenciales que se realizan en el país. Los objetivos entonces pasan a ser mantenernos, pero particularmente para el 2025 nuestro principal objetivo es aumentar el uso de nuestra app Miredpagos, que es como una subagencia virtual, para así consolidar el desarrollo de nuestro medio de pago.
¿Todavía hay margen para que haya más subagencias?
No, ya tenemos 490. Buscamos que los servicios que hay crezcan. No hay una estrategia de aumentar la capilaridad con más subagencias. Las que tenemos ya son suficientes y hay que cuidar que sean rentables. Hay que estar más cerca del subagente y tener un modelo de atención un poco más personalizado.
¿Qué cosas aprendieron de ese trabajo con los subagentes?
Si bien son franquicias, cada una tiene su particularidad. Siempre se intentó crecer con las particularidades de los distintos subagentes. Algunos eran cambios (de moneda), otros eran supermercados. Fuimos lo suficientemente flexibles como para que nuestra plataforma tecnológica pueda bancar las particularidades de cada servicio. Algunos aceptan cheques, otros no, por ejemplo.
Pensando en el largo plazo, ¿es rentable tener una franquicia de Redpagos? La tendencia es a que cada vez más pagos sean digitales...
Cuando yo era chico iba a pagar la UTE a una central de UTE, una casa que solo cobraba la UTE. Ahora todo eso está descentralizado y hay muchos lugares para pagar. Determinar la rentabilidad de cada subagencia es complejo por varios motivos. Cada una opera junto con un negocio anexo, lo que implica que su personal atiende ambas actividades, dificultando la asignación de costos. Además, la naturaleza de estos negocios es muy variada: algunas subagencias funcionan dentro de grandes casas de cambio, mientras que otras están en supermercados. Lo que sí podemos afirmar es que el ingreso que reciben por las comisiones es un complemento muy importante para sus negocios.
Pero si compro una franquicia y abro una agencia, ¿en 10 años no va a valer menos?
Bueno, pero nosotros hacemos participar en el modelo digital al subagente, que entregó y sigue entregando las tarjetas Midinero. Nuestra app tiene como medio de pago esa tarjeta y todos aquellos pagos que sucedan en la app con las que fueron entregadas por el subagente se le retribuyen. Lo hacemos parte de ese ecosistema.
Las nuevas generaciones están muy digitalizadas. ¿Qué público atiende hoy Redpagos?
Es amplio, en su mayoría tiene entre 29 a 50 años. Hay mucho cobro de jubilaciones todavía. Diría que son mayormente señoras. Las personas que pagan su factura en una red de cobranza no son de nivel alto, sino medio-bajo, porque eligen el canal físico con mayor frecuencia.
Redpagos desarrolló la unidad Midinero. Entraste a la compañía para separar esos negocios.
Sí, Midinero empieza siendo un producto de Redpagos, pero en marzo de 2022 se separó como otra sociedad. Midinero quedó en Findarin SA y Redpagos quedó en la sociedad originaria. Si bien ahí se separaron formalmente, numéricamente para la transacción de ventas se separó todo mucho antes. Entré a Redpagos como controller, desde marzo de 2017 a 2019. Armé presupuestos por área y volqué mi experiencia de lo que hacíamos en banco Santander antes. A Redpagos me trajo Francisco Bello, que era el gerente general anterior. Fue su idea tener esto bien separado y eso dio la oportunidad de que el negocio estuviera un poco más armado para explorar un posible interesado para comprarlo.
A fines de 2020 los compró Prosegur. ¿Qué implicó la llegada de este grupo?
Fue un cambio muy importante para nosotros. Que un grupo tan importante como Prosegur se interesara por la empresa nos llenó de orgullo. A los socios fundadores mucho más. Este era un negocio más familiar y debió adaptarse a una realidad corporativa bien diferente, con distintas áreas que son demandantes de información y de reportes.
¿Qué estrategia estableció Prosegur para la compañía?
Que siguiéramos haciendo lo que veníamos haciendo, que estaba bien. Solo puso una persona en el área de control de gestión y está el director regional de Prosegur que nos visita varias veces por mes. Para ellos es un negocio nuevo y se involucran, participan en la elaboración de la estrategia y la validación. Ellos tienen Prosegur Cash, pero es un negocio bien distinto a Redpagos. Es una billetera y una tarjeta de débito como Midinero. Acá se encontraron con el modelo de Redpagos y de todas las redes, que son multibanco. Ellos tienen un negocio parecido en Brasil, Unibanco.
Hablando de riesgos, ustedes tienen, por un lado, el problema de la seguridad de los locales físicos y, por el otro, las estafas virtuales. ¿Cómo están trabajando en esos temas que son clave?
Cada canal tiene sus riesgos y sus cosas a mitigar. En el último año invertimos US$ 2 millones para mejorar la seguridad. En el tema ciberestafas hay que capacitar mucho. Ahora todos los bancos, todo el sistema financiero está capacitando en eso, para que la gente no ponga sus datos personales en ningún lado. Va por ahí. Hay delincuentes pensando 24/7 en esto, entonces, hay que intentar que no estén siempre un pasito adelante.
Tu hermano, Marcelo Broli, fue hace unos años campeón del mundo con la Selección Sub20 como DT de Uruguay. ¿Qué tan futbolero sos vos?
Bastante. No solo Marcelo está en el fútbol, mi hermano Martín fue campeón con Peñarol en 1990 y 1995, el tercer año del quinquenio. Él emigró a España y después dejó el fútbol, tuvo familia y se quedó allá. Nunca jugué tan bien como ellos, yo era un patadura. Era más el que corría mucho y los rivales me sufrían. Ahora juego al tenis, pero tampoco tengo gran nivel.