La regulación de las criptomonedas alcanzó un nuevo hito la semana pasada, luego de que la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus iniciales en inglés) obligara a grandes empresas cripto que operan en el país del Norte a poner fin a sistemas de emisión y recompensas en criptoactivos, una medida que demuestra su voluntad de intervenir en estos mercados y que puede definir el futuro de la industria.
El paso a la acción de las autoridades regulatorias se da en medio del temor que tiene el Tesoro de los Estados Unidos por las llamadas "stablecoins" (monedas estables), criptomonedas ligadas en su mayoría al valor del dólar, y cuya capitalización de mercado supera los US$ 120.000 millones.
La facilidad con la que estos activos pueden salir del mercado cripto e ingresar al sistema financiero tradicional genera un foco de debilidad sobre el que, actualmente, nada puede hacer ni la Reserva Federal (FED) ni otros organismos.
A esto se suma la notoriedad pública que tomaron el colapso de múltiples esquemas de estafas con cripto por cifras multimillonarias, como los casos de FTX, Terra/Luna y otros fondos de préstamos, que ante la caída de los precios de los criptoactivos en 2022 se declararon en quiebra y dejaron a millones de acreedores en todo el mundo.
De allí que el presidente de la SEC, Gary Gensler, decidiera salir al cruce de gigantes de la industria cripto, como las plataformas de intercambio Binance y Kraken -números 1 y 3 en volumen de operaciones, según Coinmarketcap-, a las que forzó a dejar de ofrecer servicios clave en su funcionamiento interno.
Kraken debió poner fin a su programa de "staking" de criptomonedas -una suerte de plazo fijo cripto, que ofrecía retornos en ese mismo activo a cambio del depósito inmovilizado- y pagar US$ 30 millones para resolver una investigación de la SEC.
El organismo acusó a la empresa de no haber registrado ese programa de rendimientos (staking), por el que otorgó retornos de hasta 21% en criptomonedas, y de no contar con las protecciones adecuadas para esos inversionistas.
"Ya sea a través de apuestas como servicios, préstamos u otros medios, los intermediarios criptográficos, cuando ofrecen contratos de inversión a cambio de tokens de inversionistas, deben proporcionar las divulgaciones y garantías adecuadas requeridas por nuestras leyes de valores", dijo Gensler en un comunicado.
"Los proveedores de participación como servicio ("staking as a service", en inglés) deben registrarse y proporcionar una divulgación completa, justa y veraz y protección a los inversionistas", agregó el directivo.
También días atrás, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (NYDFS) ordenó a la empresa Paxos que dejara de emitir el token BUSD, la "stablecoin" de dólar que comercializa BInance, pero que emite su socio norteamericano.
Esto se produjo después de que se informara que la SEC tenía la intención de demandar a Paxos por vender BUSD como un "valor no registrado".
La decisión tuvo un fuerte impacto en la empresa: experimentó una salida neta de US$ 1.900 millones en activos, según estimaciones de datos de Nansen, mientras que poseedores de BUSD "quemaron" unos US$ 3.000 millones de tokens en la última semana, lo que le implicó a la criptomoneda perder casi 20% de su capitalización de mercado.
Los líderes de las criptomonedas reaccionaron con fuerza a las decisiones de regular los mercados, ya que interpretaron que podría ser otro revés para la industria después de que varios actores de alto perfil se desplomaran en 2022.
"La SEC continúa su ataque contra las empresas cripto y los inversionistas minoristas de EEUU, regulando mediante la aplicación y socavando el potencial de las redes públicas de blockchain en Estados Unidos", dijo Kristin Smith, directora ejecutiva de la Asociación Blockchain, en un comunicado.
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"Es otro ejemplo de por qué necesitamos que el Congreso, no los reguladores, determine la legislación apropiada para esta nueva tecnología", añadió Smith.
Sin embargo, a diferencia de decisiones similares en el pasado, que hicieron tambalear el precio de Bitcoin y del resto de criptoactivos, el mercado sostuvo en los últimos días la fuerte recuperación que trae desde principios de año.
El precio de la principal criptomoneda del mundo subió casi 14% en la última semana -hasta llegó a pasar los US$ 25.300, su mejor marca desde junio de 2022- y acumula un avance de casi 50% desde que comenzó el año, cuando Bitcoin cotizaba alrededor de US$ 16.500 por unidad.
La especulación de analistas es que, luego de haber sufrido un desplome de casi el 80% entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022, el mercado cripto podría haber encontrado un piso, en el que los tenedores de largo plazo no están dispuestos a vender y hay mayor demanda por estos activos.
En la Argentina, el 17% de los adultos compró alguna vez criptomonedas como forma de ahorro o inversión, frente al 12% que lo había hecho hace un año, según un informe de Americas Market Intelligence (AMI).
A principios de diciembre, el Gobierno argentino estableció la creación del Comité Nacional de Blockchain, que tiene por objetivo determinar su implementación de esta tecnología en distintas áreas del Estado, como en las de: gestión de identidad, notarización, salud, gobierno abierto y transparencia; contenidos y publicaciones inmutables; y ciudades inteligentes.
*Por Alejandro Tejero Vacas, publicada en Télam