El petróleo se encuentra atravesando una feroz etapa alcista que comenzó a finales de abril de 2020 luego de que, por primera vez en la historia, cotizara de forma negativa, un evento nunca antes pensado. Desde aquel punto, la materia prima no hizo más que crecer. En solo un año, se revalorizó más de un 100% en dólares; desde el inicio de 2021, cerca de un 73%.
Frente a este comportamiento ascendente que parece no tener límites, muchos inversores comenzaron a armar estrategias direccionales apostando a una continuación de la suba de precios. ¿Cómo lo hicieron?
Comprar un ETF
En primer lugar, muchos participantes del mercado suelen comprar un fondo cotizado que replique el comportamiento del petróleo. También conocidos como ETFs (Exchange Traded Funds), estos vehículos financieros se consideran la mezcla entre un fondo de inversión y una acción.
Se asemejan a un fondo de inversión porque su evolución depende de una serie de activos que le dan forma y a una acción porque se negocian en el mercado secundario de forma rápida, sencilla y, principalmente, económica.
Existen fondos cotizados de todo tipo. Algunos emulan el comportamiento de un índice, como el SPY que sigue al S&P 500; otros se basan en un conjunto de empresas, como las que pertenecen a un sector, y otras están vinculadas a los precios de las materias primas.
Cuando el petróleo comenzó a gozar de un incremento en su precio, numerosos inversores comenzaron a comprar ETFs que replicaban las subas y bajas del activo subyacente (el petróleo).
Invertir en empresas relacionadas
A su vez, también es posible aprovechar la suba de precios de esta materia prima mediante la compra de acciones de empresas que estén estrechamente relacionadas a ella. En este caso, las indicadas serían aquellas compañías petroleras que se dedican a la extracción de petróleo y al desarrollo de productos derivados.
Entre las más grandes se destacan ExxonMobil, con una capitalización bursátil de más de USD 262.480 millones; Chevron Corporation, que vale más de USD 210.430 millones; Royal Dutch Shell, con un tamaño superior a los USD 185.000 millones, y PetroChina Company, de más de USD 154.500 millones de tamaño bursátil, entre muchas otras.
Para invertir en estas compañías solo basta con abrir una cuenta en un bróker internacional o bien a través de los Cedears, activos que cotizan en el mercado local y equivalen a comprar acciones del exterior.
Armar estrategias con futuros
Por último, aunque se trata de una opción más arriesgada y sofisticada, también es posible armar estrategias con futuros financieros para obtener un beneficio de la suba que está gozando el petróleo.
Estos instrumentos financieros representan contratos entre dos partes en los que se pacta la transacción de un activo subyacente a un determinado precio y en un momento específico. La ganancia o pérdida se puede acreditar o debitar, respectivamente, día tras día o puede concretarse una vez que llega la fecha pactada. Las modalidades dependerán del mercado y de las condiciones específicas del instrumento.
Nuevamente, es muy importante tener en cuenta que operar futuros no es una actividad sencilla y requiere de muchos conocimientos y experiencia. Además, las pérdidas en este caso pueden ser ilimitadas si no se cortan a tiempo.
En caso de querer optar por alguna de estas estrategias, o por una combinación de todas, lo ideal es contactarse con un asesor financiero especializado que pueda armar una cartera de inversión que esté correctamente diversificada y adaptada al perfil del inversor.