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Juan Bernardo Tobar Quito - Ecuador
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Juan Bernardo Tobar dejó la filosofía y se lanzó de llenó al mundo de las finanzas. Creó Convex Value, una terminal de análisis de derivados bancarios. Desde 2021 suma ingresos por más de US$ 950.000 y hoy cuenta su historia.

14 Abril de 2025 14.42

Tiene 32 años, estudió Filosofía en la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, y luego una maestría en Ingeniería de Sistemas en Higher School of Economics, en Rusia. Hace una década disfrutaba de la vida bohemia, estaba enamorado y con el paso del tiempo se convirtió en un emprendedor que aprovecha su gusto por los números y su enfoque en las finanzas.

Juan Bernardo Tobar es un milenial ecuatoriano que desarrolló un producto financiero que le llevó a los derivados bancarios, un mundo lleno de tecnicismos y complejidades que lejos de asustarlo lo tiene enfocado las 24 horas del día. En palabras menos complicadas, los derivados bancarios son contratos financieros que permiten a inversores y empresas gestionar riesgos y especular con activos. Y su valor depende del precio de otro activo, conocido como activo subyacente. 

Tobar creó Convex Value, "una terminal de análisis de derivados bancarios. Hacemos los rayos X del mercado de derivados bancarios", explica durante una conversación en las oficinas de Forbes.

El producto desarrollado por este ecuatoriano tiene hoy en día unos 250 usuarios que pagan un fee mensual promedio es US$ 100 al mes. "He servido a cerca de 1.300 clientes, de los cuales el 80 % son estadounidenses". Además, desde 2021 suma ingresos por más de US$ 950.000 y solo en 2024 los ingresos llegaron a cerca US$ 300.000.

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Para llegar a este punto Tobar creó sus oportunidades, esquivó desafíos y nunca se dio por vencido, ni siquiera en las noches más obscuras y frías de Moscú. Eso sí, tuvo que aprender a negociar, obtener licencias en las bolsas de valores de Estados Unidos, resistirse a un comprador que llegó a ofrecer un millón de dólares por su plataforma y otros momentos que rememora en una entrevista con Forbes Ecuador.

"Estudié filosofía en Rochester, allí me enamoré de una chica rusa. Pero como filósofo y músico no podía pagarme el pasaje para ir a Rusia. Busqué en Google cómo ganar dinero, movido por el amor". La respuesta del buscado fue clara: tenía que vincularse con el mundo de las finanzas. Entonces Tobar empezó a estudiar economía y matemáticas. El amor acabó, pero no las ganas que tenía Tobar de seguir estudiando y formándose. Tobar terminó la universidad con título de filosofía y economía. Siguiendo su instinto se mudó a Rusia, para aprender el lenguaje y la cultura; empezó a estudiar una maestría en finanzas en Moscú, en 2015.

Tobar declara ser bueno con los números, pero sentía que no era el camino que quería recorrer. Dejó los estudios y se auto impuso una rutina: levantarse todos los días a las cinco de la mañana, acostarse a las diez de la noche, leer a diario sobre física, química, historia y seguir su instinto. Pero el tiempo y los recursos se agotaban y la visa estaba por vencer. 

Entonces, en una de sus lecturas diarias, descubrió el valor de escribir código. "Aprendí y me pasaba escribiendo hasta horas diarias escribiendo y programando". Tobar daba los primeros pasos en un mundo que se convertiría en su nuevo hábitat. "Estudié una maestría de ingeniería de Sistemas en Higher School of Economics en Moscú. Era un tema de comprarme tiempo y estar construyendo".

Tobar empezó a desarrollar productos informáticos relacionados con criptomonedas, pero nada funcionaba. Volvió a Ecuador, tenía 26 años y sentía que no estaba avanzando. Con curiosidad, pero también con el olfato emprendedor activado empezó a interactuar con gente en X (Twitter en 2019). "Hablaba con la gente pensando en soluciones, en algún producto en medio de derivados bancarios y siempre revisando la bolsa estadounidense. Es un área pesada, muchas matemáticas, me fascina. Preguntaba qué necesitaban".

Tobar tenía en sus manos un producto potente que empezó a viralizarse. Apareció en medios especializados. De 30 usuarios y con ingresos mensuales por US$ 3.000, las cifras pasaron a cerca de 500 usuarios e ingresos por US$ 60.000. Convex Value salía a la luz.

Sin embargo, en 2022 los suscriptores bajaron a 70 y en 2023 cayeron a 60. Todo está atado a los vaivenes del mundo financiero global, con subidas y bajadas. Además, Tobar debía pagar por las licencias que otorgan las bolsas de valores.  "Pensé que iba a quedar en bancarrota, no sabía cómo levantar la empresa". Entonces este joven ecuatoriano aplicó una estrategia de marketing, aplicó inteligencia artificial y mejoró el enfoque.

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En esta industria hay bancos y hedge funds o fondos de cobertura, que mueven cientos de millones. Hay otros actores que mueven menos: ese es el nicho con el que trabaja Convex Value. Mi empresa es estadounidense, su sede está en Delaware. Del total de sus clientes, el 80 % son estadounidenses; el resto son australianos y europeos.

Tobar pasa atento a los indicadores. Uno de ellos es el MRR (monthly recurring revenue). "Genero US$ 22.491,99 al mes con subscriptores activos. Y ese es el indicador más popular de la salud de empresas de ventas recurrentes". 

¿Como te defines? Soy un emprendedor, identifico un problema y busco una manera de resolver ese problema de manera repetida. Facilito la vida de las personas que trabajan con derivados bancarios". (I)

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