En 2024 la CFN canalizó alrededor de US$ 363 millones del Banco Mundial y el BID. Eso significa que los organismos multilaterales confían en el país, según explica Iván Andrade, presidente del Directorio de la CFN. Esos recursos se canalizaron distintas entidades financieras para apuntalar al sector productivo. En medio de ese trabajo el organismo estatal enfrentó retos como la recuperación de cartera, el manejo de la morosidad, la gestión de coactiva, entre otros. Andrade habló con Forbes Ecuador y compartió su visión sobre la banca pública.
¿Cuál es el actual momento de la CFN hoy, en el primer mes de 2025?
Es una institución tremendamente fuerte desde el punto de vista de la calidad de los activos, de la fortaleza patrimonial de la institución y en el nivel de liquidez que mantiene, desde el punto de vista de lo que son los pasivos monetarios. Se puede demostrar que en la parte de activos se limpió la cartera, es decir se tomaron las provisiones necesarias para exceder el monto de la cartera morosa; también está el hecho de haber colocado nueva cartera en segundo piso y por otro lado que la liquidez responda a sus depositantes que son bancos y el Cosede. Las cifras indican que es una institución fuerte desde lo financiero, con liquidez y patrimonio sano.
¿Qué tan complicado es tener a la banca como cliente?
Primero hay que entender que cuando uno presta dinero a un banco es un activo de riesgo. Hay que saber manejar y aquilatar el riesgo, para lo cual hay que conocer en profundidad al cliente. Hay que entender el gobierno corporativo del banco, en lo accionarial y en quien maneja al banco. También hay que analizar la calidad de los activos y saber si existen las provisiones necesarias sobre la cartera morosa, el nivel de liquidez, cómo maneja el descalce de pasivos monetarios...
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Son indicadores similares a los que se analizan en la banca de personas, pero a escala más grande
Exactamente, se tiene que hacer así y hacer las preguntas difíciles. La relación tiene varios niveles. Yo como encargado de este banco público debo tener la capacidad de sentarme con los dueños y tener acceso a mis clientes, hacer las preguntas, entender sus necesidades. Los bancos prestan dinero y tengo que pensar, en función de sus necesidades, de dónde saco los recursos para prestar. No es un tema solo de prestar dinero si no de para qué se va a usar, los plazos. También están los multilaterales, con los que hemos conseguido un apoyo bastante importante, en función de los resultados logrados. En 2021, por ejemplo, cerramos con US$ 97,6 millones colocados en banca de segundo piso. En 2023 subió a US$ 366 millones y en el 2024 terminamos con US$ 711 millones. Estos son recursos que nos dieron los multilaterales al ver el trabajo de la CFN. Uno tiene que construir credibilidad, no solo diciendo qué voy a hacer, sino mostrando qué hice.
¿Qué otras cifras pueden confirmar la aseveración de ser una institución fuerte?
En liquidez vamos a encontrar que los bancos privados, a cierre de diciembre pasado, tienen US$ 613 millones invertidos en CFN. La CFN, por su lado, tiene inversiones por US$ 700 millones en los bancos, entonces la CFN tiene depositado en los bancos que lo que estos le han depositado a la institución, por eso es tremendamente líquido y cumple el propósito de que la plata esté en el mismo sistema. Si eso se prestara estaría en cartera.
¿Y qué dolores o puntos críticos enfrenta la institución?
Primero siempre va a ser la recuperación de la cartera vieja, allí hay cartera entre 2010 hasta 2019. En diciembre de 2021 teníamos US$ 1.438 millones de cartera de primer piso y en diciembre pasado fueron US$ 742 millones. No es porque hemos cobrado todo sino porque parte de esto se van haciendo provisiones y se va castigando a los tres años. En definitiva, tenemos más de US$ 600 millones de cartera tremendamente dura y es un dolor de cabeza porque es una responsabilidad cobrar eso. Hay deudores de buena fe y con ellos se han establecido acuerdos de pago.
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¿Y cómo están los niveles de morosidad?
Estamos en 22,5 %, pero lo importante es saber dónde está la morosidad. Si hago un cálculo de primer piso la morosidad es el doble porque no tengo morosidad en segundo piso, es decir en créditos de bancos y un poco a cooperativas.
¿Cuál es la ruta que seguirá la CFN este año?
Hay algunos caminos. El primero es conseguir recursos adicionales de parte de multilaterales según las necesidades del sector productivo pensados en el largo plazo. Otro es desarrollar de manera más amplia el fondo de garantía, para que facilite la capacidad de los clientes de los bancos y se aspira que llegue a cubrir hasta el 50 % de los créditos, estamos hablando de US$ 1.000 millones en el sistema bancario y US$ 500 millones sería la garantía que da la CFN. Un tercer punto es llegar a una definición o reorganización de lo que es un ente de banca de segundo piso que tiene sus diferentes aspectos. También trabajamos para ser más eficientes en la gestión. Y confiamos en que el sistema judicial funcione.
¿Esta última es una aspiración de muchos sectores?
En la banca pública es más dura porque cada centavo que se tiene allí es de todos los ecuatorianos y eso no se sabe. La cartera debe ser cobrable y aquí llegamos al tema de la coactiva. La coactiva es un saludo a la bandera para el que debe millones, para el que debe poco sí funciona, esa es la realidad. Y contra eso es lo que uno tiene que pelear y no dar el brazo a torcer. En un proceso de coactiva normal, en seis años se puede recuperar algo de valor con pagos o vendiendo bienes y así recuperar algo de la garantía.
Usted menciona que la tarea es mantener la confianza de los multilaterales. ¿Qué dicen estos organismos sobre el Ecuador?
Es fundamental para el país tener a su economía ordenada. Si existe ese orden los multilaterales están dispuestos a trabajar con el país porque hay credibilidad y sin credibilidad no hay forma de sentarse a conversar con los multilaterales. (I)