Luego de tomar la decisión de invertir para protegernos de la inflación o dar un paso más allá y alcanzar la libertad financiera, la primera pregunta que se nos viene a la cabeza se vincula con cuánto dinero utilizar para construir el portafolio y cómo hacerlo.
Afortunadamente, a diferencia de lo que muchos principiantes creen, no es necesario colocar miles de dólares y cruzar los dedos para que el resultado sea favorable, sino que se debe armar una simple proyección con la siguiente fórmula:
Dinero necesario = (gastos anuales x 100) / tasa anual
Suponiendo que se arma una cartera diversificada compuesta por acciones que pagan dividendos y bonos que, en promedio, distribuyen un 7% anual en dólares, y los gastos anuales son de US$ 7.200, entonces habría que colocar USD 102.900, aproximadamente (7.200 x 100 / 7 = 102.857).
De otra forma, si se logran adquirir activos que paguen una tasa del 10% y los gastos anuales alcanzan los US$ 10.000, entonces el capital a colocar debe ser de US$ 100.000 (10.000 x 100 / 10 = 100.000).
Evidentemente, la clave está en determinar los gastos anuales y la tasa de interés. Para el primer caso, solo hay que realizar un estudio de los gastos presentes y proyectarlos en el futuro, agregándole la inflación estimada y los potenciales nuevos egresos de dinero.
En cuanto a la tasa de interés, para la renta fija es sencillo, ya que se establece al momento de suscribir el capital en la licitación primaria o al comprar los nominales en el mercado secundario.
Si hay acciones de por medio, entonces se deben contemplar los dividendos que distribuyen las compañías, debido a que estamos en busca del flujo de dinero, no de su revalorización.