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¿Cómo impactará el resultado electoral en la producción de petróleo de Venezuela?

Fernando Heredia

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El entusiasmo de un cambio de régimen dentro de la industria quedó diluido y se espera un agravamiento de las sanciones.

29 Julio de 2024 11.55

Gran parte del colapso económico de Venezuela se explica por la caída brutal de su producción de petróleo. De ahí que una de las grandes esperanzas del proceso electoral celebrado este domingo pasaba por un cambio en las políticas energéticas que den lugar a un sendero de recuperación de su industria de Oil & Gas a sabiendas del gran potencial del país caribeño.

A la luz de los resultados anunciados por el Gobierno de Maduro, desconocidos por la mayoría de los países occidentales, este giro quedó prácticamente descartado y se espera una profundización de las sanciones económicas que perjudicarían aun más los niveles de extracción de crudo.

“Con Maduro la producción va a caer más. Principalmente por las sanciones y porque para incrementar la cantidad de producción necesitas inversión. El Estado venezolano está quebrado y se necesita del sector privado que no va a venir en estas condiciones”, afirmó a Forbes el consultor y ex ministro de hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos Rocca. 

El derrumbe petrolero venezolano no se produce con la llegada de Hugo Chávez al poder que, gracias a un boom de precios internacionales, durante muchos años logró mantener niveles de producción por encima de los 3 millones de barriles diarios.

El sendero decreciente comienza en el 2007, aunque a un ritmo lento. La gran crisis se da recién desde el año 2017 cuando en sólo cuatro años la caída supera el 75% para hacer piso en poco más de medio millón de barriles. Es decir, una producción menor a la de Argentina.

“Yo estuve haciendo una consultoría en PDVSA recién asumido el chavismo y la producción era de 2,8 millones de barriles día. Hoy es de sólo 850.000. A su vez PDVSA a través de su subsidiaria Citgo llegó a refinar y abastecer alrededor del 8% del gigantesco mercado americano de combustibles. Todo eso quedó sujeto a juicios y paralizado para PDVSA, así como otras inversiones en Europa”, indica el ex secretario de Energía, Daniel Montamat.

Otro especialista que trabajó en Venezuela consultado por Forbes es Daniel Dreizzen, actual director de Aleph Energy, quien detalla las claves de la historia petrolera de ese país. “Cuando se abren a la inversión privada en la década del 90', crecen de un millón y medio a tres millones de barriles. Luego se mantiene y se termina de desplomar a la luz de las expropiaciones y por la baja del precio internacional. El potencial que tienen es muy grande, pero está muy mal manejado y no hay ningún incentivo a la inversión”, sostiene.

De esta manera, a pesar de ser el país con mayores reservas de petróleo del mundo y liderar durante muchísimos años el ranking de producción, hoy está muy lejos hasta de volver a ingresar en el top 10.

¿Cuál sería su techo?

La época dorada de la industria petrolera venezolana se dio en la década del 70' cuando llegó a su máximo histórico de producción con 3,7 millones de barriles diarios y se convirtió en un proveedor estratégico de los Estados Unidos ante el boicot de los países árabes.

El dato muestra que incluso antes del chavismo fue imposible mejorar estas marcas. Por lo tanto, la mayoría de los expertos considera poco factible que Venezuela pueda ir mucho más allá de este valor, aun imaginando un giro abrupto en su política económica y energética.

“El gran potencial está en los esquistos bituminosos del cinturón del Orinoco y ponerlo en producción y competitivo es mucho más difícil que el crudo de Medio Oriente. Es un crudo más pesado y es más caro de extraerlo”, subraya Gerardo Rabinovich, vicepresidente del Instituto Mosconi.

Históricamente, el petróleo venezolano se destinó a las refinerías de la costa este de los Estados Unidos, que fueron diseñadas especialmente para procesar un petróleo de estas características. Ahora, todas esas refinerías se vieron obligadas a encontrar proveedores sustitutos de Venezuela, con lo cual, no sería tan fácil recuperar ese mercado.

“El crudo venezolano es más difícil de procesar porque es muy pesado. Claramente es menos competitivo que el saudita y necesita que se mezcle con productos más livianos. De todas formas, la capacidad de procesamiento no es estática y podría incrementarse, aunque probablemente sufra algún descuento en el precio”, analiza el director de la consultora Economía & Energía, Nicolás Arceo.

“Producir crudo en la franja del Orinoco no es una tarea sencilla. Y hoy encima tenés mucha competencia en la región con el Presal de Brasil, Guyana o Vaca Muerta, que son yacimientos muy competitivos”, agrega Ríos Rocca.

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