Cómo empezar a gestionar las finanzas en pareja sin crear conflictos
Como en todo aspecto de una relación, para administrar adecuadamente el dinero, se debe dialogar de forma honesta y transparente.

Gestionar las finanzas personales estando solteros es una tarea realmente muy sencilla, ya que no hay que debatir ni ponerse de acuerdo con nadie y las decisiones se toman individualmente. No obstante, conviviendo en pareja, la situación cambia radicalmente y todo lo vinculado al dinero puede llegar a generar conflictos. Por lo tanto, es fundamental aprender a llevar a cabo esta tarea de forma exitosa y pacífica siguiendo una serie de pasos:

1. Dialogar transparentemente

Como en todo aspecto de una relación, para administrar adecuadamente el dinero, se debe dialogar de forma honesta y transparente. En este caso, al hacerlo sobre un “tema sensible”, hay que exponer metas, miedos, conocimientos y dudas vinculados al ahorro, las inversiones, los gastos, los ingresos, etc.

El objetivo es que cada parte de la relación se “adentre” en la situación económica de la otra para poder crear un sólido camino financiero que permita crecer conjuntamente con el paso del tiempo.

 

2. Establecer un sistema

Posteriormente, hay que establecer un sistema de cooperación para llevar las finanzas. En este punto, se destacan tres:

  • Sistema individual: cada uno administra su propio dinero de la forma que quiera, como si la pareja y la convivencia no estuvieran presentes en la parte financiera. Es el método más inefectivo y menos recomendado.
  • Sistema conjunto: se crea una cuenta común para la pareja en la que cada parte deposita una cierta cantidad de dinero al inicio de mes para afrontar todos los gastos periódicos.
  • Sistema mixto: se toman todos los consumos y cada uno paga una parte, siempre garantizando que los montos finales sean lo más parecidos posibles. Por ejemplo, uno paga la luz, el internet y el gas y el otro el alquiler, etc.
 

3. Determinar objetivos

Luego, resulta necesario determinar objetivos comunes que sirvan para proteger e incrementar el patrimonio con el paso del tiempo y/o para disfrutar de una buena vida: comprar una casa, cambiar el auto, pagar unas vacaciones, etc.

Si los objetivos no están alineados, entonces tanto la gestión financiera general como las inversiones serán más difíciles de implementar. Además, sin metas comunes, el sacrificio de ahorro no será sostenible.

4. Establecer un presupuesto

Por último, es fundamental establecer un presupuesto para no derrochar dinero y tener una buena capacidad de ahorro. En este punto, hay que tomarse el tiempo de analizar todos los gastos fijos y determinar cuánto se gastará periódicamente y en qué cosas.

Como en una relación hay dos personas, entonces el presupuesto debe basarse en los gastos comunes y luego cada parte puede destinar una porción de sus ingresos para consumos personales e individuales, ya sea un deporte, juntadas con amigos y un largo etcétera.