Los mercados financieros siguen cargados de incertidumbre, ya que la inflación sigue sin control y los aumentos de tasas para tratar de dominarla amenazan con llevar al mundo a una recesión.
Como resultado, Wall Street adoptó una postura sumamente bajista, la más negativa desde la crisis subprime del 2008, de acuerdo al análisis de Bank of America.
Un equipo de estrategas liderado por Michael Hartnett detalló que en la semana terminada el 21 de septiembre los fondos de acciones globales vieron salidas por US$ 7.800 millones, mientras que los de bonos perdieron US$ 6.900 millones y más de US$ 400 millones dejaron el oro. No obstante, el efectivo gozó entradas por alrededor de US$ 30.300 millones.
Hartnett espera que las acciones de Estados Unidos caigan aún más a medida que las valoraciones se vean presionadas por el endurecimiento de las condiciones financieras, el aumento de los riesgos geopolíticos y las perspectivas decrecientes para el crecimiento mundial.
Los especialistas indicaron que el efectivo, las materias primas y la volatilidad continúan superando a los bonos y las acciones, con el indicador alcista y bajista personalizado por el banco regresando al nivel máximo de pesimismo.
Su pronóstico de ganancias corporativas sugiere que el S&P 500 cotizará entre 3.300 y 3.500 puntos, al menos un 7% por debajo de los niveles actuales.
En cuanto a los mercados europeos, Bank of America detalló que los fondos de renta variable registraron salidas por trigésima segunda semana consecutiva.