Sin lugar a duda, el recorte de subsidios energéticos será uno de los pilares de la señal de ajuste fiscal que pretende dar el nuevo Gobierno para generar credibilidad en su plan económico.
De acuerdo con los números del ministro Luis Caputo, “el recorte de subsidios son 2 puntos del PBI, más o menos el 40% del déficit. De eso, 0,2% corresponde a transporte y 0,5% a energía”. A su vez, dijo que la idea es hacer un recorte del 35% para poder completar la quita en uno o dos años.
El plan de la nueva administración consiste en abandonar la segmentación tarifaria de Massa y pasar a un esquema de Tarifa Social parecido al aplicado entre 2016-2019, donde solamente se subsidia a un sector en particular y el resto de los usuarios pagan el costo pleno.
“Sería una especie de reversión a la Tarifa Social Federal, entregando bloques de consumo gratuito, lo que me parece bien. Vos le cobrás el costo a todo el mundo y das bloques de consumos básicos para los que menos tienen”, explicó a Forbes el economista del Instituto Mosconi, Julián Rojo.
Según las palabras de Caputo, los bloques subsidiados serían de entre 100 a 200 kw/h al mes, significativamente menores a los 400 kwh que entregó Massa para los usuarios de ingresos medios, cifra que se elevaba a 650 kwh en las provincias del norte.
De todos modos, Rojo sostiene que con 150 kwh se garantiza confort mínimo de un hogar, aunque reconoce que no es lo mismo consumir esa cantidad en el AMBA que en otras regiones donde el verano es mucho más agresivo.
Este umbral contempla el uso de 5 lamparitas de luz por 4 horas al día, un lavarropas semi automático por dos horas al día durante 20 días al mes, un televisor de 20 pulgadas por 3 horas diarias, una computadora por 3 horas diarias, una estufa de cuarzo durante media hora y sólo 10 días al mes, dos ventiladores por dos horas diarias y 10 días al mes, una heladera, un microondas, una plancha y un aire acondicionado de 2.200 frigorías por 20 minutos diarios y 10 días al mes.
Lógicamente, este cálculo implica un promedio de todo el año. Justamente, el problema es que los kw no se acumulan y durante el invierno y el verano se consume mucho más. Lo que obligaría a estos sectores sociales a afrontar una gran parte de su factura sin ningún tipo de subsidio.
Debido a la necesidad de convocar a audiencias públicas para acatar el fallo de la Corte Suprema del 2016, Caputo proyecta que los aumentos recién se podrían aplicar para los meses de febrero o marzo.
Ese desfasaje complica la estrategia fiscal, ya que el efecto devaluación incrementó notoriamente los costos de un sector dolarizado casi en su totalidad y eso llevará a tener que aumentar el gasto en subsidios durante este primer trimestre.
“Con devaluación del 120% no hay tarifazo que alcance porque el costo está en un 80% dolarizado. Duplica el costo de abastecimiento y alguien tiene q pagarlo: sin tarifazo a hogares de ingresos medios y bajos los subsidios aumentan. Hasta ayer, para eliminar subsidios en el AMBA se necesitaba multiplicar por 4 la factura final de los hogares medios. Con este impacto de la devaluación, para eliminar subsidios a esos usuarios, se debería multiplicar la factura por 7,5. Además, el VAD lleva un atraso del 100%”, subrayó el economista del Mosconi.