Los inversores que buscan obtener una renta periódica y tienen un bajo capital se ven prácticamente obligados a colocar su dinero en bonos corporativos. Sin embargo, cuando el monto disponible para invertir supera los US$ 100.000, entonces ya se puede contemplar la compra de un inmueble para poner en alquiler. En este punto, es normal que surja la duda sobre qué tipo de activo financiero es mejor.
Para tomar una decisión, uno de los primeros aspectos que hay que observar es la rentabilidad. Según Ariel Champanier, director ejecutivo en Remax Premium Argentina, tener un inmueble en alquiler en una "buena zona" ofrece un retorno neto anual de alrededor del 5% en dólares.
Dentro de los barrios más rentables, se destacarían aquellos donde más se vende, es decir, Palermo, Belgrano, Caballito, Núñez y Belgrano. "En cuanto a riesgos, no hay mayores, ya que la morosidad es casi nula. Nosotros aconsejamos a los propietarios que pidan un seguro de caucion en vez de garantía propietaria porque es mucho más seguro para ellos. En este contexto de dólar quieto, creemos que las rentabilidades se van a mantener estables", sostuvo Champanier.
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Por su parte, las obligaciones negociables (ON) que se negocian en el mercado de capitales local permiten cobrar cupones de renta de forma trimestral o semestral directamente en dólares y sirven para armar estrategias con diferentes horizontes temporales.
"En el mercado existen numerosas opciones para todos los perfiles de riesgo y retornos, pero, hoy por hoy, si queremos obtener buenos rendimientos de buenas empresas y acercarnos al umbral del 8% anual, nos tenemos que extender en el tiempo. Si optamos por invertir en ON con plazos más cortos y con buena calificación crediticia, los rendimientos rondan entre el 6% y el 7% anual", detalló Matías Kostendt, asesor patrimonial en Bull Market Brokers.
Aunque su operatoria es mucho más sencilla que la de un inmueble para alquilar, los inversores deben tener en muy en cuenta ciertos detalles técnicos de los bonos corporativos, como la empresa en cuestión que los emite, su calificación crediticia, la ley bajo la cual fueron creados, su tipo de amortización y, fundamentalmente, la liquidez de la que gozan en el mercado secundario.
De todas formas, tanto en el caso de las ON como de los inmuebles, el inversor que busca una renta periódica tiene que entender muy bien el mercado en el que se está metiendo.
"No es lo mismo cualquier bono dada la calificación de crédito que pueda tener. No es lo mismo cualquier propiedad en cualquier locación; no es lo mismo el conurbano profundo que Puerto Madero, tanto por los índices de apreciación futura como por cómo se aguanta una caída cuando el mercado se pone en retroceso", aclaró Mariano Pantanetti, asesor financiero independiente y docente en el Programa Avanzado de Finanzas de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP).
A modo de resumen, el especialista aclaró que las ON suelen ser más liquidas en la mayoría de los casos y permiten diversificar más fácilmente, mientras que las propiedades tienen el plus (que es muy importante) de la posible revalorización a largo plazo. Por lo tanto, los ahorristas que cuenten con al menos US$ 100.000 deberán evaluar muy bien su situación financiera, objetivos y necesidades para armar una estrategia de rentas.