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Cofundador y director ejecutivo de Colossal Biosciences, Ben Lamm
Millonarios

Quién es el CEO multimillonario detrás del unicornio biotecnológico que busca salvar y revivir especies

Amy Feldman

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Con una valuación astronómica y apoyada en ciencia revolucionaria, esta compañía liderada por un empresario disruptivo y un genetista visionario propone devolver a la vida especies desaparecidas.

23 Febrero de 2025 13.30

El empresario Ben Lamm y el genetista de Harvard George Church fundaron Colossal Biosciences en 2021 con un objetivo bastante ambicioso: recuperar al mamut lanudo. Es una idea tan loca como brillante, que podría tener consecuencias reales para el medioambiente, el cambio climático e incluso la atención médica, si logran llevarla a cabo.

La empresa acaba de recaudar 200 millones de dólares, liderada por TWG Global, y ya está valuada en unos 10.200 millones de dólares. Lamm ahora es multimillonario, con una fortuna estimada en 3.700 millones de dólares según Forbes. Church, por su parte, quien empezó a trabajar en el concepto muchos años antes de que existiera Colossal, no tiene ninguna participación accionaria en la empresa.

"El hecho de que no sea multimillonario es casi tan interesante como el de que Ben lo sea", dijo Church, y agregó: "Si tuviera mil millones de dólares, los gastaría en esto".

Church, de 70 años y conocido por sus ideas poco convencionales, viene trabajando en la secuenciación del genoma del mamut lanudo desde aproximadamente 2008. "Fui parte de la generación que leyó Jurassic Park", dijo. Como muchos chicos, sentía un gran cariño por las enormes criaturas peludas que hoy están extintas. Pero a diferencia de la mayoría, él es un experto en secuenciación genómica. De hecho, en 1984 desarrolló el primer método de secuenciación genómica, que permitió obtener la primera secuencia del genoma del patógeno humano H. pylori, conocido por causar úlceras de estómago. Además, cofundó unas 50 empresas de biotecnología.

El sueño de Church sobre el mamut lanudo comenzó en su laboratorio, sin imaginar siquiera que eso pudiera transformarse en un negocio. La idea era tan delirante que ni se le ocurrió presentársela a los inversores. "Estaba tan seguro de que nadie la financiaría que ni siquiera pregunté", dijo Church.

Sin embargo, después de dar una charla en 2013, recibió 100.000 dólares del inversor Peter Thiel. No era suficiente para financiar toda su investigación. "Básicamente, estábamos en niveles de soporte vital de financiación y luego llegó Ben y realmente nos ayudó a recaudar muchísimo dinero", señaló.

Ben Lamm, de 43 años, ya había fundado o cofundado cinco empresas anteriormente, cada una de las cuales terminó siendo adquirida. Una de ellas es Hypergiant, una empresa de software de toma de decisiones con inteligencia artificial, que fue adquirida en 2023 por Thrive Capital, la firma de capital de riesgo de Josh Kushner, por una suma que no fue revelada. (La mayor parte de su fortuna actual proviene justamente de Colossal).

En 2019, cuando Lamm todavía estaba en Hypergiant, se contactó con Church después de leer un artículo sobre su trabajo con el mamut lanudo. Se encontraron en el laboratorio de Church en Harvard y, finalmente, lanzaron Colossal en septiembre de 2021 con una financiación inicial de 15 millones de dólares.

Este trabajo de "des-extinción" comenzó con la excavación de restos de mamuts lanudos en el permafrost del Ártico, para luego secuenciar el genoma de estas criaturas prehistóricas y determinar sus diferencias con su pariente vivo más cercano: el elefante asiático. Church y su equipo crearon herramientas especiales para buscar, comprender y comparar genomas, con el objetivo de devolver a la vida a estos gigantes de la Edad de Hielo. La empresa está utilizando técnicas de ingeniería genética que, en esencia, crearían un híbrido entre mamut y elefante capaz de resistir el frío extremo.

Los mamuts lanudos, que según se estima pesaban entre seis y ocho toneladas, son considerados importantes porque habrían contribuido a preservar los pastizales del norte. Esto lo lograban al pastar y pisotear árboles, lo que ralentizaba el deshielo del permafrost y ayudaba a mantener el carbono orgánico almacenado en las profundidades del suelo, algo clave para prevenir una catástrofe climática.

Colossal espera poder crear una cría de mamut lanudo para 2028 (aunque antes habían anunciado que sería en 2027). Pero este no es el único animal extinto en la mira de la compañía: el dodo y el tigre de Tasmania también están en agenda. Ben Lamm, el CEO de Colossal, comentó que no creía que el mamut fuera a ser el primer animal en volver de la extinción. Esto sugiere que la empresa podría estar más cerca de resucitar al dodo, extinto desde 1681, o al tigre de Tasmania, declarado oficialmente extinto en 1982, aunque se negó a decir cuál de estas criaturas podría regresar primero.

Para hacer realidad esta visión, Colossal ya recaudó un total de 435 millones de dólares provenientes de inversores importantes como Breyer Capital, Draper Associates y TWG Global, la firma de inversión de los multimillonarios Mark Walter y Thomas Tull. Aunque todavía no generó ingresos por sus esfuerzos de "des-extinción", sí fundó otras dos empresas nuevas: Form Bio, una plataforma de biología computacional creada en 2022, y Breaking, una compañía de reciclaje biológico lanzada en 2024.

La falta de ingresos propios implica que la impresionante valuación de 10.200 millones de dólares que tiene Colossal hoy se basa en la fe que los inversores tienen en el potencial futuro de esta ciencia al mejor estilo Jurassic Park, más que en su negocio actual.

"Colossal es la empresa líder que trabaja en la intersección de la inteligencia artificial, la biología computacional y la ingeniería genética tanto para la desextinción como para la preservación de especies", expresó Walter, que también es director ejecutivo de Guggenheim Partners, en un comunicado donde anunciaba la última ronda de financiamiento.

"Recibimos muchas preguntas como '¿No debería el dinero invertido en Colossal invertirse en enfoques tradicionales de conservación?'", dijo Beth Shapiro, directora científica de Colossal, quien está de licencia de la Universidad de California en Santa Cruz. "Los enfoques tradicionales de conservación deberían recibir la inversión que Colossal  recibió, pero esto es dinero nuevo, gente nueva y nuevas ideas en un espacio que lo necesita desesperadamente", agregó.

Lamm, que habla a mil por hora, tiene muchísimas ideas sobre cómo la ciencia que desarrolla su empresa podría sostener un gran negocio, incluyendo nuevas fuentes de ingreso provenientes de gobiernos interesados en reintroducir especies extintas o evitar que otras en peligro de extinción desaparezcan definitivamente. Los gobiernos ya vienen pagando hace rato por esfuerzos de conservación, pero financiar este tipo de ciencia innovadora y potencialmente polémica sería algo completamente nuevo. "Si me hubieran dicho a principios de 2024 que los gobiernos me pagarían por hacer estas cosas, habría dicho: 'Probablemente no'. Ahora estamos viendo ese cambio", afirmó.

Colossal actualmente está "en conversaciones intensivas" con dos gobiernos sobre estos contratos relacionados con la biodiversidad, uno de los cuales es un estado insular, según dijo Lamm. Sin embargo, todavía no tiene ningún acuerdo firmado. "Para nosotros, es bastante bueno porque la búsqueda de la desextinción crea tecnología que podemos monetizar y también tecnología que se puede licenciar", explicó Lamm. "La reintroducción de animales en sus hábitats crea el potencial de rentas vitalicias en créditos de carbono, créditos de naturaleza e impuestos al turismo", sostuvo.

Los créditos de biodiversidad o créditos de naturaleza se diseñaron para incentivar la protección y restauración de entornos naturales, de una manera similar a como los créditos de carbono buscaron reducir las emisiones. Colossal podría generar ingresos desde estos mercados emergentes e incluso podría recibir una parte de los impuestos turísticos de los países con los que colabore.

Uno de los gobiernos con los que Colossal está negociando (que Lamm prefirió no identificar) está enfocado en salvar una especie que está al borde de la extinción y cuya población es mayoritariamente masculina. La escasez de hembras y sus ciclos reproductivos estacionales generan un cuello de botella en la diversidad genética y problemas de tiempo. Según Lamm, el esfuerzo gubernamental podría llevar 25 años, costar 350 millones de dólares y, aún así, la especie podría extinguirse.

En cambio, Colossal podría modificar genéticamente a las hembras para inducirlas a reproducirse de forma continua, en lugar de estacional, acortando significativamente el proceso, aunque esto implicaría cuestionamientos éticos. "Incluso si les cobráramos 100 millones de dólares por ese esfuerzo, el resultado sería que están salvando la especie, garantizado, y les estaríamos quitando 20 años de tiempo a su plan y ahorrándoles cientos de millones de dólares", aseguró Lamm.

George Church, genetista de Harvard y cofundador de Colossal Biosciences.
George Church, genetista de Harvard y cofundador de Colossal Biosciences.

Salvar a los animales de la extinción es un tema clave, ya que más de 46.300 especies -el 28% de todas las evaluadas- están en peligro de desaparecer, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esta pérdida de biodiversidad afecta seriamente al planeta y desequilibra ecosistemas enteros.

Lamm y Church destacan lo que pasó en el Parque Yellowstone después de que los lobos fueran reintroducidos allí en 1995. Las colonias de castores regresaron, los sauces crecieron mejor y los pájaros cantores se multiplicaron. "Fue un recordatorio sorprendente de que una especie puede marcar la diferencia", dijo Church. 

Esto es especialmente cierto para aquellas especies clave que mantienen el equilibrio de ambientes fundamentales, lo que a su vez sostiene el balance general del planeta. En este sentido, los elefantes (incluidos sus parientes antiguos, como el mamut lanudo) son "especies clave en todos los entornos en los que estuvieron, ya sea la sabana en África o la selva tropical en Asia", agregó.

Sin embargo, modificar genéticamente a criaturas y liberarlas en la naturaleza para mejorar la biodiversidad o prevenir el cambio climático es una estrategia polémica. "Creo que recuperar al mamut es una decisión desaconsejada, poco meditada y un truco para atraer inversiones a su empresa", afirmó Karl Flessa, profesor de geociencias en la Universidad de Arizona.

"Si se liberan organismos modificados genéticamente en el medio ambiente, ¿qué podría salir mal?", se preguntó. "Y si se libera una especie aparentemente adaptada al frío en un contexto de cambio climático en el que el hábitat en el que la liberan está desapareciendo, creo que ahí hay una cuestión ética", remarcó.

La directora científica Shapiro dijo que, aunque modificar especies e introducirlas en hábitats conlleva riesgos, con problemas tan enormes es necesario encontrar soluciones. "El problema al que nos enfrentamos es que los hábitats de todo el planeta están cambiando a un ritmo más rápido del que la evolución puede seguir", dijo. "No nos correspondería decir que es demasiado arriesgado permitirnos explorar lo que estas tecnologías pueden hacer", señaló.

Colossal logró avances científicos sustanciales desde que empezó a trabajar. Ya generó genomas para cada una de las tres especies. En el caso del mamut, demostró la edición múltiple de genes en más de 20 sitios asociados con la adaptación al frío, que es uno de los rasgos clave que quiere recuperar. Con el tigre de Tasmania, está trabajando en el cultivo de embriones en un útero artificial. Para los elefantes, el objetivo también es acelerar su reproducción en úteros artificiales, una tarea nada fácil considerando su tamaño y período de gestación.

El trabajo científico de Colossal podría terminar siendo útil incluso para la atención médica humana. Si los úteros artificiales funcionan bien para resucitar criaturas extintas, por ejemplo, podrían servir en la fertilización in vitro humana. "Si podemos cultivar embriones durante más tiempo, lo que necesitamos para Colossal, solo esa subpieza de tecnología podría transformar enormemente el mercado de la FIV", declaró Lamm. (Una empresa emergente relacionada con el trabajo de Church, Gameto, ya está trabajando para hacer que la FIV sea menos invasiva y más asequible al madurar óvulos fuera del cuerpo de una mujer. "Técnicamente no está relacionado con Colossal, pero sí está relacionado con el interés que teníamos en fabricar óvulos de elefante", manifestó Church, que es asesor de esa empresa).

Pensando más a largo plazo, Lamm ve potencial en la creación de biobóvedas que funcionen como bibliotecas de múltiples tipos de tejidos de criaturas extintas o en peligro crítico de extinción, algo en lo que los investigadores podrían apoyarse. Además, la empresa podría obtener contratos gubernamentales para recuperar especies extintas o salvar a las que están en peligro.

Lamm destacó el progreso científico de la empresa, que dejó atrás a los escépticos que dudaban sobre cuánto tiempo llevaría la desextinción o incluso si alguna vez podría ocurrir. "Ahora mismo, estamos centrados en la ciencia, porque si la ciencia no funciona, nada de esto importa", afirmó.

Nota publicada por Forbes US

 

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