¿Podrá Trump manejar la tensa relación con Powell en un posible segundo mandato?
La posible reelección de Donald Trump podría reavivar la ya complicada interacción con Jerome Powell, cuya gestión al frente de la Reserva Federal fue duramente criticada por el expresidente. Con la economía estadounidense en juego, surge la incógnita de si ambos podrán dejar atrás sus diferencias o si la confrontación volverá a ser protagonista en la política monetaria del país.

En 2018, Donald Trump era presidente con una economía en auge, pero estaba descontento. Buscando evitar que la economía se recaliente, la Reserva Federal (Fed), dirigida por Jerome Powell, estaba subiendo lentamente las tasas de interés. 

En un momento dado, Trump aparentemente enloqueció, y calificó a Powell de 'idiota', ordenando a su secretario de Comercio, Wilbur Ross, que llame al presidente de la Fed y lo obligue a dar marcha atrás, según cuenta el ejecutivo en su autobiografía que sale a la venta el mes que viene.

“Al presidente Trump le preocupaba que los aumentos de tipos con una justificación cuestionable puedan afectar la recuperación económica, así que me pidió que hable con Powell y consiga que de marcha atrás, o al menos que deje de subir las tasas", escribió Ross. "No bromeaba, me dijo: 'Por favor, llamá a este idiota y explicale que repudiaré su presentación, aunque haya sido confirmada'”.

 

Ross describió que al principio se opuso a Trump, diciéndole que estaba de acuerdo en que la política de Powell era errónea, pero que no correspondía “amenazar con sustituirlo o tomar alguna otra gran medida contra una agencia independiente tan importante". Trump aceptó, pero le ordenó llamarlo de todas formas y "hacerlo entrar en razón”.

Cuando finalmente Ross consiguió que Powell atienda el teléfono, este no quiso darle una reunión. Los dos tuvieron un ida y vuelta sobre el modelo de la Fed antes de que cierre la discusión: “No tengo ninguna obligación de debatir con usted y no voy a hacerlo”. 

A pesar de que la presentación terminó agriamente, Ross se pregunta si tuvo algún efecto. ”Unas semanas más tarde, Powell dio marcha atrás en su política", escribió en el libro. 

 

Ross no proporciona la fecha en que tuvo lugar este intercambio, por lo que es difícil confirmar si las perspectivas de la Fed cambiaron poco después. Un vocero de la Reserva Federal desestimó hacer comentarios y ni Trump ni Ross respondieron a las solicitudes de este medio.

Aunque la conversación de Ross no se divulgó previamente, Trump no ocultó su enojo con Powell. A lo largo de 2018 y 2019, el presidente montó una campaña de presión muy pública contra la Fed, instando a la agencia a “Tomar la Victoria” de una economía fuerte y atacando a Powell como “despistado”. 

Incluso después de que la Fed baje las tasas en agosto de 2019, las quejas de Trump no cesaron. “Mi única pregunta es, ¿quién es nuestro mayor enemigo, Jay Powell o el presidente Xi?”, tuiteó el entonces presidente.

 


Los motivos detrás de la preocupación de Trump 

 

Es posible que Trump haya estado realmente preocupado por el impacto de las tasas de interés en el norteamericano medio, pero también tenía una razón muy personal para preocuparse. El magnate inmobiliario tenía más de 300 millones de dólares en préstamos a interés variable mientras fue presidente, por lo que incluso un tipo de interés 1% más alto le costaba más de 3 millones de dólares de intereses adicionales al año. 

Lo que es más importante, cualquier subida de las tasas de interés desinflaría el valor de sus propiedades. Desde que la Fed de Powell subió las tasas de interés tras la pandemia, por ejemplo, las propiedades comerciales de Trump perdieron alrededor de una cuarta parte de su valor estimado, unos 560 millones de dólares en total.

En la actualidad, Trump tiene préstamos a tipo variable sobre dos de sus posesiones más valiosas (sus acciones de la Avenida de las Américas 1290 en Nueva York y de la calle California 555 en San Francisco) y es probable que las altas tasas le estén costando decenas de millones en costos de intereses más elevados. Además, tiene dos préstamos a tipo fijo que vencen durante un posible segundo mandato y que, si necesita refinanciarlos, podrían convertirse en más caros.

 

La historia de Ross subraya lo ansioso que está Trump por desafiar la tradicional independencia de la Reserva Federal frente a las presiones políticas. “Si se observan los países a lo largo del tiempo, hay pruebas abrumadoras de que cuando los bancos centrales se colocan bajo el control de las autoridades políticas, esos países tienden a registrar tasas de inflación excesivamente altas, y esas altas tasas de inflación socavan luego la actividad económica”, explicó el profesor de economía de la Universidad de Virginia Eric Leeper. 

Señaló como ejemplos a Venezuela, Turquía y Alemania durante la República de Weimar. “No hay muchas cosas en las que los macroeconomistas estén realmente de acuerdo, pero esta es una de ellas”.

El propio Powell rechazó la presión política de la Casa Blanca en una comparecencia ante el Senado en julio de 2019, cuando afirmó: “Siempre vamos a hacer nuestro trabajo de forma objetiva, basándonos en datos, con transparencia, y vamos a hacer lo que pensamos que es correcto para la economía estadounidense”.

 

Trump no es el primer presidente que intenta presionar a la Fed: en las últimas décadas, Lyndon Johnson, Richard Nixon y Ronald Reagan intentaron doblegar a la agencia a su voluntad, con mayor o menor éxito. Paul Volcker, presidente de la Fed bajo Reagan, escribió en unas memorias de 2018 que cuando el jefe de gabinete del presidente le convocó y le ordenó que no suba las tasas de interés antes de las elecciones de 1984 se "marchó sin decir una palabra”. 

Pero la Reserva Federal disfrutó de una relativa falta de interferencia política desde entonces, lo que ayudó a asentar la credibilidad de que si la inflación aumenta, va a tomar medidas para detenerla. 

Hay indicios de que Trump podría ir más allá de las conversaciones para frenar a la Fed durante un segundo mandato. En una reciente conferencia de prensa, dijo a los periodistas que “el presidente debería tener, al menos, voz” en las decisiones sobre los tipos de interés. 

 

Según se informa, su campaña está elaborando posibles planes que incluyen la destitución de Powell como presidente de la Fed y el uso del Departamento del Tesoro para regular más estrechamente la agencia. 

El Proyecto 2025 de la conservadora Heritage Foundation, redactado por aliados de Trump, pero desautorizado públicamente por el expresidente, califica a la Fed de ser despojada del poder de préstamo de “último recurso”, abandonar su compromiso con el pleno empleo y centrarse únicamente en la estabilidad de precios.

“El riesgo no es el de una presentación única”, afirmó Viral Acharya, exfuncionario del Banco Central Indio que ahora enseña economía en la Universidad de Nueva York. “Creo que lo que se proclamó es una situación de injerencia potencialmente constante, y eso es un riesgo importante”.

Con información adicional de Dan Alexander. Nota publicada en Forbes US.