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Rocket Lab founder and CEO Peter Beck.
Millonarios

Peter Beck, el fundador del nuevo rival de Space X, que se conviritó en el último millonario de la industria espacial

Matt Durot

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El fundador de Rocket Lab logró destacarse en el mercado aeroespacial con avances tecnológicos y una visión empresarial que posicionaron a su compañía como una de las más prometedoras frente a competidores establecidos.

21 Noviembre de 2024 05.44

Las acciones de Rocket Lab USA, con sede en Long Beach, California, cerraron el viernes en un máximo histórico, lo que elevó la fortuna del fundador y CEO nacido en Nueva Zelanda, Peter Beck, a un estimado de 1.000 millones de dólares por primera vez, según estimaciones de Forbes. La empresa, que desarrolla y lanza cohetes, satélites y otras naves espaciales para clientes gubernamentales y comerciales, experimentó un aumento en sus acciones de más del 300 % en el último año. La participación del 10 % de Beck ahora tiene un valor cercano a 970 millones de dólares. Además, se estima que acumuló cerca de 65 millones de dólares por la venta de acciones de la compañía a lo largo de los años.

Las acciones de Rocket Lab subieron casi un 30 % solo el miércoles, después de que la empresa anunciara un pronóstico de ingresos récord de entre 125 millones y 135 millones de dólares para el cuarto trimestre de 2024. También presentó un acuerdo de lanzamientos múltiples con un operador comercial de constelaciones de satélites para un vehículo de lanzamiento más grande y reutilizable llamado Neutron, que Rocket Lab desarrolla desde 2021, además de una propuesta con la NASA para recuperar muestras de Marte y traerlas de regreso a la Tierra.

"Hay entusiasmo porque el Neutron, que es un cohete significativamente más grande que el actual vehículo de lanzamiento Electron de Rocket Lab, competirá en cierto grado con los cohetes de SpaceX y mejorará notablemente la economía de la empresa", dijo el analista de Cantor Fitzgerald, Andres Sheppard, quien destacó que Rocket Lab es actualmente el tercer lanzador orbital más frecuente a nivel mundial, detrás de SpaceX y el gobierno chino. "Rocket Lab es la única de estas opciones en las que se puede invertir a través de mercados públicos, lo que, según nuestra perspectiva, explica en gran parte que las acciones hayan seguido subiendo", agregó.

Beck, un ingeniero aeroespacial autodidacta de 47 años, no asistió a la universidad y comenzó a trabajar en 1993 como aprendiz en la empresa neozelandesa Fisher & Paykel, donde ascendió en roles de ingeniería de precisión, diseño de maquinaria de producción y análisis de productos durante una década, mientras fabricaba cohetes en su tiempo libre. En 2003, pasó a trabajar en un instituto de investigación del gobierno de Nueva Zelanda, donde lideró programas de ingeniería enfocados en optimizar tecnologías como turbinas eólicas y superconductores, antes de fundar Rocket Lab en 2006.

Rocket Lab hizo historia tres años después, cuando su cohete Atea-1 se convirtió en el primero desarrollado comercialmente en alcanzar el espacio desde el hemisferio sur, tras ser lanzado frente a la costa de Nueva Zelanda en 2009. En 2013, la compañía trasladó su sede a Estados Unidos y comenzó el desarrollo de su vehículo de lanzamiento Electron al año siguiente. Desde su primer vuelo en 2017 hasta septiembre de este año, el Electron colocó en órbita 197 pequeñas naves espaciales como parte de 49 misiones exitosas.

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Beck, un ingeniero aeroespacial autodidacta de 47 años, no asistió a la universidad y comenzó a trabajar en 1993 como aprendiz en la empresa neozelandesa Fisher & Paykel.

Rocket Lab salió a bolsa en el auge de las SPAC en agosto de 2021, cuando se fusionó con una empresa de adquisición con propósito especial en una operación que valoró la compañía en 4.100 millones de dólares, un aumento de casi el 200 % respecto de los 1.400 millones de dólares que Rocket Lab alcanzó en su última ronda de financiación privada en 2018. Aparte de Beck, los mayores beneficiarios de la transacción de 2021 fueron las firmas de capital de riesgo Khosla Ventures y Bessemer Venture Partners, así como el fondo soberano de Australia, que adquirieron colectivamente casi el 50 % de la empresa a lo largo de cinco rondas de financiación desde 2013.

Beck poseía el 12 % de Rocket Lab después de vender 10 millones de dólares en acciones en una transacción privada secundaria en 2019 y otros 30 millones de dólares en 2021 como parte de la fusión con la SPAC. Luego, en septiembre de 2023, vendió casi un 1 % de participación por 20 millones de dólares en un acuerdo con Goldman Sachs, cuando las acciones de Rocket Lab cotizaban a aproximadamente 5,62 dólares por acción, un 44 % menos que el precio de su oferta pública inicial dos años antes. Sin embargo, Beck declaró en una presentación relacionada con valores que no tenía la intención de vender más acciones en ese momento. Desde entonces, no vendió una sola acción, y el precio de las acciones de Rocket Lab se triplicó, alcanzando un récord de 19 dólares por acción al cierre del mercado el viernes.

Aunque Rocket Lab, con ingresos de casi 245 millones de dólares en 2023, es mucho más pequeña que SpaceX, la empresa de cohetes de Elon Musk, Beck considera a su compañía como un competidor sólido. "SpaceX es la empresa espacial más grande del mundo, y creo que la gente empieza a entender que Rocket Lab parece estar posicionándose como la número dos", declaró Beck en una entrevista con CNBC el jueves. "A medida que ambas empresas comienzan a parecerse más, no es sorprendente que la brecha de valoración empiece a reducirse con el tiempo", completó.

 

Nota publicada por Forbes US

 

 

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