PARÍS - Cualquier escuela de negocios moriría por exhibir como ejemplo de liderazgo, éxito y método al mejor del mundo. Estudiar su caso, desentrañar las claves de algo que funcionó tan bien y aplicarlo a otras disciplinas.
Lo de Novak Djokovic funcionó bien, demasiado bien: no solo es el número uno del tenis mundial; es, también, el tenista más exitoso de todos los tiempos. Con perdón de Rod Laver, ganador del Grand Slam -los cuatro grades torneos en una misma temporada, en 1962 y 1969.
Pero lo de Djokovic no sirve para escuela de negocios, porque el éxito de Djokovic se sostendrá en su trabajo, sí, en su talento, también, en su inteligencia táctica, por supuesto, pero nada de eso sería posible sin el ingrediente esencial, primordial, de la gran historia deportiva que encarna: Serbia.
Sin Serbia, Djokovic no sería el que es. Y ninguna escuela de negocios puede enseñar a ser serbio.
Djokovic, así, es un caso único, imposible de copiar.
¿Cual fue la última palabra de Djokovic en el interminable discurso tras ganar el domingo 11 de junio en París su vigésimo tercer título de Grand Slam?
"¡Serbia!".
Eso tiene una explicación que desarrollé en el libro "Sin Red" (Sudamericana, 2015).
Es abril de 2012. Djokovic está cómodamente sentado en un sofá de cuero marrón en el Monte Carlo Country Club y dispuesto a contestar mis preguntas.
– ¿Hay algo de presión extra, una necesidad de ser más agradable y simpático aún que la media por el hecho de venir de Serbia?
La pregunta hizo que Djokovic se reacomodara en el sofá monegasco, más motivado que nervioso ante el planteo.
“Para ser honesto, es una buena pregunta, porque recuerdo cuando viajaba con mi padre jugando torneos juveniles en todo el mundo. La mayoría de las veces, cuando decíamos que éramos de Serbia, la gente se volvía muy cautelosa y prudente acerca de cómo seguir con nosotros”.
El recuerdo le duele a Djokovic, se nota en su gesto que aquello le hizo sufrir.
"La sensación era muy fea. Primero, porque no creo que nadie deba tener prejuicios acerca de la gente, ya sea por su procedencia o su religión. Pero también lo entendía, porque la mayor parte de la prensa internacional venía escribiendo en forma negativa sobre Serbia. Comenzó así, pero con el tiempo la gente pasó a valorarme a mí y a mi familia, a entender que lo que hacemos lo hacemos con el corazón y la conciencia limpias. La gente me respetó por mi éxito, y eso fue importante, permitirle a la gente ver mi verdadera personalidad y que el pueblo serbio es bueno y puede ser bueno”.
La guerra en la ex Yugoslavia es un asunto muy serio para Djokovic y su familia. En su entorno se entrecruzan historias que, como las de cualquier guerra, no son agradables. La más conocida es la aquellas noches, aún niño, en el refugio antibombas de su tía, pero hay muchas más.
“Me llevó un tiempo entender, cuando era más joven, lo seria que era la situación en nuestro país, en especial tras la guerra. En el '99 yo tenía 12 años, y en el '92, cinco. Hubo muchos problemas políticos y económicos en Serbia en los últimos diez años. Los estándares son muy bajos y la gente sufre. Como en cualquier país en el mundo, pero en especial allí, porque es un país marcado por la guerra. La experiencia de superar ese sufrimiento me unió más aún a mi gente y me hizo apreciar los verdaderos valores de la vida. Hizo, en cierto modo, que me motivara a representar a mi país de la mejor manera posible y a aprovechar la oportunidad para mostrar que Serbia tiene muchos aspectos positivos, no sólo negativos".
"Es un proceso, no puedo ser sólo yo el que influya en la imagen, tiene que haber más gente. Como deportista hago todo lo que puedo para ganar partidos, y si tengo el tiempo y la oportunidad, para representar a mi país en la Copa Davis, que es también una vía para hablar de los valores positivos que tiene Serbia. Lo que vengo viendo en los medios sobre Serbia en los últimos 20 años es muy malo. El foco de la prensa cada vez que se habla de Serbia es lo negativo. La violencia, lo criminal, todo eso. Y eso es algo a lo que definitivamente me opongo y quiero cambiar”.
Cuatro años antes, en el Aviation Club de Dubai, conversé con Djokovic, sentados ambos en un hermoso jardín con palmeras y lago artificial. Kosovo acaba de declarar la independencia de Serbia, y varios países de Europa reconocían al nuevo Estado.
- ¿Qué opinas de la independencia de Kosovo?
No era necesario escuchar la respuesta. En los ojos del serbio había fuego. "Nos quitan todo lo que tenemos. Kosovo es Serbia y seguirá siendo Serbia", fue su primera reacción. "Kosovo es el corazón del país; ¿puedes imaginar un país en el que una mayoría dice que quiere ser independiente y lo hace? ¿Cómo se sentirían? Nos quitan algo que es nuestra historia, nuestra religión, todo lo que tenemos".
- ¿Eres capaz de entender las razones de los kosovares, entender que quieran cortar lazos con Serbia tras una guerra estremecedora?
No quiero pensar en ese sentido. Conozco la historia, se habla mucho de eso. Pero, como dije, era Serbia y seguirá siendo Serbia, siempre. Mi padre nació ahí, mi tío nació ahí, la mayoría de mi familia vivió por 30 años allí. Estuve allí visitando muchas veces las iglesias. No puedes imaginar la cantidad de iglesias, monumentos y sitios históricos que hay allí. No puedo pensar en Kosovo siendo otro país".
Kosovo es Serbia, sigue diciendo Djokovic hoy. Y Djokovic es Serbia.
Once años después de aquella conversación en Montecarlo, 15 años después de la de Dubai, Djokovic confirmó en el rectángulo naranja del Philippe Chatrier que su éxito deportivo es impulsado por el patriotismo, un patriotismo a un nivel que ningún otro tenista en el circuito posee.
Eso lo hace casi invencible. Eso va más allá del tenis. Y eso, otra vez, no se enseña en una escuela de negocios.
Djokovic en números
Aquí hay un vistazo a los números detrás de su increíble carrera, y cómo se compara con Nadal y Roger Federer.
US$ 170 millones: El dinero del premio de la carrera de Djokovic después de que recogió el cheque de ganador de US$ 2.5 millones del Abierto de Francia el domingo. Esa es la mejor marca del tenis por un margen sustancial, por delante de los US$ 135 millones de Nadal, los US$ 131 millones de Federer y los US$ 64 millones del cuarto lugar Andy Murray (así como los $ 95 millones de Williams, los mejores en el lado femenino). Djokovic también estableció el récord de premios en efectivo de una temporada del ATP Tour con US$ 21.6 millones en 2015; está en un mejor promedio de la ATP de US$ 5.1 millones este año.
US$ 340 millones: Las ganancias de la carrera de Djokovic fuera de la cancha, de patrocinios, apariciones, licencias e ingresos por recuerdos, incluidos más de US$ 20 millones en los últimos 12 meses, según las estimaciones de Forbes (que no deducen los impuestos o los honorarios de los agentes). Eso lo coloca en el rango de los US$ 390 millones estimados de Nadal, pero ambos están impresionados por Federer, quien había acumulado más de US$ 990 millones cuando anunció su retiro en septiembre de 2022. Federer es uno de los siete atletas que han obtenido al menos mil millones de dólares en ganancias totales mientras aún estaban activos en sus deportes.
36: La edad de Djokovic. Más precisamente, tiene 36 años y 22 días, lo que lo convierte en el campeón de mayor edad en la historia del Abierto de Francia. Nadal había establecido la marca el año pasado en 36 años y 2 días.
3: Número de títulos de Djokovic en el Abierto de Francia (2016, 2021 y 2023). Solo dos jugadores en la era abierta del tenis, a partir de 1968, tienen más: Nadal, con 14, y Björn Borg, con seis en las décadas de 1970 y 80. El último triunfo también convierte a Djokovic, con diez títulos del Abierto de Australia, siete en Wimbledon y tres en el Abierto de Estados Unidos, en el único jugador masculino que ha ganado cada uno de los cuatro majors al menos tres veces. Federer salió victorioso en Roland-Garros solo una vez, en 2009, y Nadal ha reclamado solo dos títulos tanto en el Abierto de Australia como en el Abierto de Estados Unidos. Mientras tanto, Andre Agassi es el único otro jugador masculino que ha ganado los cuatro majors incluso una vez durante la era abierta del tenis.
387: El número de semanas que Djokovic ha pasado como el jugador individual mejor clasificado, aplastando los 310 de Federer para el récord masculino y superando los 377 de Steffi Graf para el récord histórico. (Nadal ocupa el sexto lugar en el lado masculino con 209 semanas). Ese número saltará a 388 el lunes cuando Djokovic recupere el primer lugar de Carlos Alcaraz. Pero Federer todavía tiene la marca de semanas consecutivas en el No. 1 con 237; El mejor tramo de Djokovic fue de 122 semanas, de 2014 a 2016, la cuarta racha más larga en el lado masculino.
7: El número de años que Djokovic ha terminado como el No. 1 del ATP Tour, la mayor cantidad de la historia. Federer y Nadal han sido el No. 1 de fin de año cinco veces, una detrás del segundo lugar Pete Sampras, quien reclamó el honor desde 1993 hasta 1998.
94: Los títulos individuales ATP de Djokovic después de la victoria del domingo. Eso lo empata con Ivan Lendl por el tercer mejor total de la historia, después de Jimmy Connors (109) y Federer (103) y justo por delante del quinto lugar Nadal (92). Pero Djokovic tiene la ventaja en los eventos Masters 1000, los nueve torneos considerados los más prestigiosos del ATP Tour fuera de los cuatro majors. Sus 38 títulos son un récord, superando los 36 de Nadal y los 28 de Federer, y es el único jugador que ha ganado cada uno de los nueve eventos, una hazaña que ha logrado dos veces.
83,4%: Porcentaje de victorias en la carrera de Djokovic. Esa es la mejor marca en la historia del ATP Tour, superando el 82,9% de Nadal, el 82,4% de Borg y el 82% de Federer. Djokovic ha ganado 1.058 partidos individuales en total, el quinto mejor total de la ATP, después de Connors (1.274), Federer (1.251), Nadal (1.068) y Lendl (1.068). Su total de 245 partidos ganados contra jugadores clasificados entre los diez primeros también se erige como un récord ATP, superando los 224 de Federer y los 186 de Nadal.
30: El número de partidos que Djokovic ha ganado sobre Nadal en su carrera, contra 29 derrotas. También tuvo un récord ganador contra Federer, 27-23.
65: El número combinado de títulos individuales de Grand Slam ganados por Djokovic, Nadal y Federer, de los 79 posibles que datan de la primera victoria de Federer en Wimbledon en 2003. Ese número podría haber sido aún mayor si Djokovic no se hubiera perdido el Abierto de Estados Unidos del año pasado debido a su negativa a recibir la vacuna Covid-19. (También se quedó fuera del Abierto de Australia 2022, ganado por Nadal).