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9 Julio de 2022 17.45

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Murió Lily Safra, quien tuvo una vida de película, 1300 millones de dólares y un argentino como marido

La muerte se registró en Ginebra, Suiza, pero Lirio Watkins (nombre de soltera) nació en Brasil, en 1938. Su familia era de inmigrantes ruso-judíos pertenecientes a la clase media de Porto Alegre.

Lily Safra, quien fue una de las mujeres más ricas y prestigiosas del mundo, falleció este sábado a sus 87 años.

La historia de Lily Safra parece salida de un filme de época. La coleccionista de arte ocupaba un lugar destacado del listado de los más ricos de Forbes con una fortuna que asciende a 1.300 millones de dólares. 

Tras la muerte en 1999 de Edmond Safra, su cuarto esposo, Lily  continuó su legado y se dedicó a trabajar por los desfavorecidos en la fundación que recibe el nombre de fallecido marido. Vivía a caballo entre Mónaco, Ginebra, París, Londres y Nueva York,

Su historia, según Vanity Fair
 

Todo empieza en Brasil en 1938, con el nacimiento de una niña en la cuna de una familia de inmigrantes ruso-judíos de clase media en Porto Alegre. Desde muy pequeña, Lirio Watkins –su nombre de nacimiento– tuvo claro cómo quería vivir su vida. Con solo 17 años abandonó su hogar para encontrar suerte junto a Mario Cohen, un fabricante argentino de medias con el que se casó en 1957 a los 19 años. Pero la relación no perduró y unos años después volvió a encontrar el amor, esta vez junto a Freddy Monteverde, con quien se casó en 1965.


“Mi esposo, Edmond, siempre ponía dinero en su bolsillo para poder darle algo a cada persona necesitada que veíamos en la calle. Al mismo tiempo, estaba proporcionando millones a hospitales, universidades y programas de asistencia social en todo el mundo”

Cuatro años después del enlace, la historia de amor fue interrumpida por la trágica muerte de su marido en una habitación de hotel de Río de Janeiro con un tiro en el tórax. La investigación concluyó que se había tratado de un suicidio. Tras el fallecimiento, Lily heredó 230 millones de euros y decidió mudarse a Londres.

En búsqueda asesoría financiera para asegurar su fortuna, conoció al banquero judío-libanés Edmond Safra, que un año después –y con un matrimonio de por medio con el empresario inglés Samuel Bendahan– se convirtió en su gran amor. Se casaron en 1976, y su relación duró 23 años. Fue un fatídico incendio y una trágica muerte la que acabó, al igual que su primer amor, con la idílica relación. En 1999, uno de los criados de su mansión en Mónaco provocó un incendio en una de las habitaciones y terminó con la vida del banquero.

El banquero Edmond Safra en 1990.
El banquero Edmond Safra en 1990.

 

Funeral de Edmond Safra en Ginebra 1999.
Funeral de Edmond Safra en Ginebra, 1999.

 

Su impresionante fortuna fue heredada por Lily, con la que creó una fundación con fines benéficos en su honor. Una de sus iniciativas, el Edmond and Lily Safra Center for Brain Sciences –el arquitecto Norman Foster es el autor de su sede–, ha hecho posible una investigación junto a la Universidad de Jerusalén cuyos avances –la creación un tipo de escáner capaz de detectar cambios moleculares en el cerebro–  fueron ser publicados en la revista Nature. Sus hallazgos, señalan los expertos, podrían ayudar en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer.

Además del dinero en las cuentas bancarias, la brasileña nacionalizada en el principado también heredó la Villa Leopolda, un inspirador palacete en el sur de Francia construido por el rey Leopoldo de Bélgica y valorado en 389 millones de euros. 

Fue precisamente esta propiedad la que en 2008 volvió a atraer la atención de los medios sobre ella por un intento de venta fallido. Hace poco más de diez años y por una cifra que no ha sido estimada, Safra intentó venderle la propiedad al multimillonario Mikhail Prokhorov –propietario de ONEXIM Group, el fondo de inversión más importante de Rusia–, pero el magnate cambió de idea en el último momento, solicitándole el reintegro de los 53 millones de dólares de depósito. La justicia falló a favor de Safra y no tuvo que devolverle la fianza.

Lily Safra acompañada por amigos en los jardines de Villa Leopolda sur de Francia.
Lily Safra acompañada por amigos en los jardines de Villa Leopolda, sur de Francia.

 

Jardines de Villa Leopolda sur de Francia.
Jardines de Villa Leopolda, sur de Francia.


En paralelo con sus actividades financieras, Lily Safra se ha dedicado a la organización de galas y eventos con fines benéficos. Estos han sido el lugar ideal para la creación de un vínculo de amistad con estrellas de reconocimiento mundial como Elton John pero también para crear una relación con miembros de la realeza como Camilla de Cornualles, Alberto de Mónaco o el príncipe Carlos de Inglaterra, con los que ha sido fotografiada en varias ocasiones.
 

Elton John Camilla de Cornualles y Lily Safra en una gala benfica en Londres julio de 2002.
Elton John, Camilla de Cornualles y Lily Safra en una gala benéfica en Londres, julio de 2002.

 

Lily Safra y el príncipe Alberto de Mónaco en los premios Princesa Grace en Nueva York 2005.
Lily Safra y el príncipe Alberto de Mónaco en los premios Princesa Grace en Nueva York, 2005.

 

El arte era otra de sus grandes pasiones. Ha ayudado a museos a nivel mundial a adquirir importantes obras. En 2001, ayudó al Centro Pompidou en París, al Museo Whitney de Nueva York y a la Galería Tate de Londres a adquirir la obra de Bill Viola Cinco ángeles milenio. Su colección incluye también un majestuoso catálogo de obras de arte decorativas y joyas. En 2010, compró lo que en ese momento era la escultura más cara jamás vendida en una subasta, L'Homme Qui Marche, de Alberto Giacometti, por 103.7 millones de dólares en Sotheby's, Londres. En 2012 organizó una millonaria subasta en Christie's Ginebra con fines benéficos de 70 piezas de su colección de joyería personal, en la que recaudó casi 38 millones de dólares para alrededor de 20 obras de caridad.

La ficha básica de Forbes:

  • La multimillonaria nacida en Brasil y radicada en Mónaco, Lily Safra, heredó la mayor parte de su fortuna de su cuarto esposo, el difunto Edmond J. Safra, un banquero.
  • La muerte de Edmond en 1999 en un incendio en su ático de Mónaco fue noticia mundial y generó teorías de conspiración a pesar de que su enfermera admitió su culpabilidad.
  • Edmond dejó la mayor parte de su fortuna a la Fundación Filantrópica Edmond J. Safra, pero también dejó a Lily suficientes activos para convertirla en multimillonaria.
  • La fortuna de Lily también proviene de una participación en el gigante brasileño de electrodomésticos Ponto Frio, heredada después del suicidio de su segundo marido, Alfredo Monteverde, en 1969.
  • Vendió la participación en 2009 por 340 millones de dólares al minorista brasileño Grupo Pao de Acucar, lo que resultó en una demanda en 2015 que finalmente ganó.
     

 

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