Melinda French Gates nació el 15 de agosto de 1964 en Dallas, Texas, en el seno de una familia católica de clase media. Su padre, Ray French, era ingeniero aeroespacial, mientras que su madre, Elaine, se dedicaba al hogar y a la educación de sus hijos. Desde temprana edad, Melinda demostró un gran interés por la tecnología y la educación, impulsada por el ejemplo de su padre, quien trabajaba en la compañía aeronáutica Lockheed Martin.
Melinda estudió en la escuela católica St. Monica Catholic School, donde se destacó por su desempeño académico y su participación en diversas actividades extracurriculares. Posteriormente, se inscribió en la Ursuline Academy of Dallas, una escuela secundaria privada solo para mujeres, donde continuó desarrollando sus habilidades en matemáticas y ciencias. Fue en esta etapa de su vida cuando Melinda empezó a interesarse profundamente por la informática, un campo que apenas comenzaba a tomar relevancia en la educación secundaria en aquel entonces.
Tras graduarse de la Ursuline Academy en 1982, decidió continuar sus estudios en la Duke University, una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos. Allí, obtuvo una Licenciatura en Ciencias de la Computación y Economía en 1986. Durante su tiempo en Duke, Melinda sobresalió académicamente y también participó en actividades como el club de informática y el gobierno estudiantil. Posteriormente, decidió continuar en Duke para realizar una Maestría en Administración de Empresas (MBA) en la Fuqua School of Business, que completó en 1987.
Una unión que transformó la filantropía global
El año 1987 fue decisivo para Melinda French, no solo por completar su MBA en Duke, sino porque también marcó el inicio de una relación que transformaría su vida personal y profesional. Ese mismo año, Melinda fue contratada por Microsoft, la entonces creciente empresa de software fundada por Bill Gates y Paul Allen. Su puesto inicial fue en el departamento de marketing de productos, donde rápidamente destacó por su capacidad de liderazgo y su comprensión profunda del mercado tecnológico.
Fue durante una cena de trabajo organizada por Microsoft que Melinda conoció a Bill Gates. Él, como cofundador y director ejecutivo de la compañía, asistía a la cena para discutir los últimos avances en los productos de Microsoft, mientras que Melinda estaba ahí para presentar uno de los productos en los que había estado trabajando. Según relatan ambos, la conexión entre ellos fue inmediata, aunque su relación no comenzó de forma oficial hasta un tiempo después.
El noviazgo entre Melinda y Bill no fue sencillo al principio, principalmente debido al enfoque casi exclusivo de Bill en su trabajo. Sin embargo, ambos descubrieron que compartían valores y visiones similares sobre el mundo, lo que los llevó a consolidar su relación. En 1993, Bill le propuso matrimonio a Melinda durante unas vacaciones en África, y la pareja se casó el 1 de enero de 1994 en una íntima ceremonia en la isla de Lanai, en Hawái.
Desde el inicio de su matrimonio, Melinda y Bill Gates compartieron también el compromiso con el trabajo y la filantropía. Durante sus primeros años como pareja casada, Melinda continuó trabajando en Microsoft, pero poco a poco comenzó a involucrarse más en actividades filantrópicas, inspirada por el ejemplo de sus padres y la creciente fortuna de la pareja.
La Fundación Bill y Melinda Gates
La filantropía siempre fue un valor importante para Melinda y Bill Gates, quienes desde los primeros años de su matrimonio comenzaron a destinar parte de su fortuna a causas sociales. En 1994, crearon la Fundación William H. Gates, nombrada en honor al padre de Bill Gates, para formalizar sus donaciones y proyectos benéficos. Sin embargo, la fundación inicial tenía un alcance limitado, centrado principalmente en iniciativas de salud y educación en Estados Unidos.
A medida que la fortuna de los Gates crecía, también lo hacía su deseo de tener un impacto mayor en el mundo. Fue así que, en el año 2000, decidieron reorganizar y ampliar su fundación, dando origen a la Fundación Bill y Melinda Gates, una de las organizaciones filantrópicas más grandes y poderosas del mundo. La misión de la fundación es mejorar la salud global, reducir la pobreza extrema y ampliar el acceso a la educación.
Desde su creación, la fundación donó más de US$ 75 mil millones a una amplia gama de proyectos en todo el mundo. Algunos de los logros más destacados de la organización incluyen la lucha contra enfermedades como la malaria y el VIH, la promoción de la vacunación infantil, y la mejora del acceso a métodos anticonceptivos en países en desarrollo. Además, la fundación fue clave en la lucha contra la pandemia, período durante el cual destinó miles de millones de dólares a la investigación y distribución de vacunas.
Melinda jugó un papel fundamental en la dirección y el enfoque de la fundación. Su interés particular en la igualdad de género la llevó a impulsar iniciativas específicas para apoyar a mujeres y niñas en todo el mundo, asegurando que tengan acceso a educación de calidad, atención médica y oportunidades económicas. Bajo su liderazgo, la Fundación Gates adoptó un enfoque más integral y global, abordando las causas profundas de la pobreza y la inequidad.
Un cambio en su vida personal y profesional
En mayo de 2021, el mundo quedó sorprendido con el anuncio del divorcio de Bill y Melinda Gates, después de 27 años de matrimonio. La noticia generó un gran revuelo mediático y planteó interrogantes sobre el futuro de la Fundación Gates y la distribución de la fortuna de la pareja, valorada entonces en más de US$130 mil millones.
Según los términos del acuerdo de divorcio, Bill Gates transfirió a Melinda acciones de varias compañías por un valor aproximado de US$ 1.800 millones, lo que la convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo. Las acciones incluían participaciones en empresas como AutoNation y Canadian National Railway Co., gestionadas a través de Cascade Investment, el vehículo de inversión de Bill Gates.
Forbes calcula su patrimonio neto en 11.300 millones de dólares y la ubica como la 10° mujer más poderosa del mundo.
A pesar de su separación, ambos acordaron continuar trabajando juntos en la Fundación Gates, aunque con el tiempo se hizo evidente que Melinda tenía otros planes para su futuro. En mayo de 2024, Melinda anunció su renuncia como copresidenta de la fundación, marcando el final de más de dos décadas de colaboración directa con su exmarido en proyectos filantrópicos.
Un nuevo capítulo en su vida
La decisión de Melinda Gates de dejar la Fundación Gates en 2024 fue vista como un hito importante en su vida y carrera. Aunque no ofreció detalles específicos sobre las razones detrás de su partida, en su declaración pública mencionó que había tomado la decisión "después de mucha reflexión" y que estaba "inmensamente orgullosa" del trabajo realizado junto a Bill.
Melinda destacó el impacto positivo de la fundación en la lucha contra las desigualdades globales, pero también expresó su deseo de enfocarse en nuevos proyectos y causas que le apasionan profundamente.
Como parte del acuerdo de su salida, Melinda recibirá US$ 12.500 millones adicionales que utilizará para financiar sus iniciativas filantrópicas a través de su organización Pivotal Ventures. Esta suma no proviene del fideicomiso de la Fundación Gates, sino de la cuenta personal de Bill Gates, según lo acordado por ambos.
Pivotal Ventures, fundada por Melinda en 2015, se transformó en el principal vehículo para sus esfuerzos en favor de la equidad de género y el progreso social. A través de esta organización, Melinda buscó impulsar cambios sistémicos en áreas como la salud de las mujeres, los derechos reproductivos, la educación y el empoderamiento económico. Con los fondos adicionales a su disposición, se espera que Pivotal Ventures amplíe su alcance y profundice su impacto en los próximos años.
En mayo de 2024, Melinda Gates anunció que destinaría US$ 1.000 millones de su fortuna personal a organizaciones y proyectos que promuevan la igualdad de género en Estados Unidos y en todo el mundo. Esta donación se distribuirá a lo largo de tres años y se enfocará en varias áreas clave, incluyendo los derechos reproductivos, la educación y el empoderamiento económico.
Melinda expresó su preocupación por el retroceso en los derechos de las mujeres en Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a la salud reproductiva, y destacó la importancia de brindar apoyo financiero a organizaciones que trabajan en la primera línea de esta lucha. Unos 200 millones de dólares de la donación se destinarán a organizaciones que defienden los derechos reproductivos en Estados Unidos, mientras que otros 240 millones serán distribuidos por un grupo diverso de líderes globales para apoyar iniciativas en todo el mundo.
Además, Melinda planea destinar 250 millones de dólares a organizaciones globales que trabajan en la salud física y mental de las mujeres, con un enfoque en la prevención de la Además, Melinda planea destinar 250 millones de dólares a organizaciones globales que trabajan en la salud física y mental de las mujeres, con un enfoque en la prevención de la violencia de género y el apoyo a las víctimas. Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio para garantizar que las mujeres en todo el mundo puedan vivir con dignidad, seguridad y oportunidades.
"Durante demasiado tiempo, la falta de recursos ha obligado a las organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres a adoptar una postura defensiva, mientras que los enemigos del progreso actúan a la ofensiva", señaló Melinda en un artículo publicado en el New York Times. "Quiero ayudar a igualar el partido", añadió, subrayando su compromiso de utilizar su fortuna para nivelar las condiciones y promover un cambio duradero.
Su postura electoral: un apoyo histórico a Joe Biden
Melinda Gates decidió entrar de lleno en el ámbito político y anunció públicamente su apoyo al presidente Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Este respaldo es significativo, ya que es la primera vez que Melinda apoya abiertamente a un candidato presidencial, y lo hace en un momento crítico para los derechos de las mujeres en Estados Unidos.
Explicó su decisión en una declaración publicada en X (anteriormente conocido como Twitter), donde destacó que el contraste entre Joe Biden y el expresidente Donald Trump, el probable candidato republicano, "no podría ser mayor" y que "lo que está en juego no podría ser más grande". Subrayó que las mujeres merecen un líder que "se preocupe por los problemas que enfrentan" y que esté comprometido a proteger su seguridad, salud, poder económico, derechos reproductivos y su capacidad de participar plenamente en la democracia.
Aunque Melinda no ha indicado si planea realizar donaciones a la campaña de Biden o a grupos pro-Biden, su respaldo es un fuerte indicio de su descontento con las políticas de la administración Trump, especialmente en lo que respecta a los derechos de las mujeres. En un artículo de opinión publicado en CNN, Melinda expresó su preocupación por el primer mandato de Trump, señalando que "puso en peligro la salud de las mujeres" y que el enfoque de su administración hacia los derechos reproductivos fue profundamente perjudicial.
Melinda dejó claro que, si bien su trabajo en la igualdad de género y la salud global a menudo requiere que colabore con líderes de ambos partidos, el actual clima político en Estados Unidos le ha llevado a tomar una postura más activa y pública. Su apoyo a Biden refleja su compromiso de asegurar que las políticas públicas no retrocedan en los avances logrados para las mujeres, sino que continúen avanzando hacia una mayor equidad y justicia.