Actualmente, Jeff Bezos, el fundador y presidente de Amazon, es la segunda persona más rica del mundo, con una fortuna de US$ 173.000 millones. Sin embargo, sus hermanos no se quedan atrás, ya que cada uno tendría un patrimonio de más de US$ 1.000 millones gracias a una estrategia del propio Bezos.
En 1996, cuando Amazon no era un gigante de la tecnología y el comercio electrónico, sino que simplemente consistía en una pequeña librería digital, los hermanos de Bezos, Mark y Christina, depositaron US$ 10.000 en la empresa para adquirir 30.000 acciones por cabeza.
Al fundar Amazon en julio de 1994, Bezos salió a buscar todo tipo de persona para que depositara su capital y su confianza en el proyecto, al punto de celebrar 60 reuniones con familiares, amigos y otros potenciales inversores.
Pero muy pocos decidieron apostar, entre los cuales se encontraron Mark y Christina. Cuando la compañía salió a cotizar en bolsa en mayo de 1997, en medio de la burbuja puntocom que más tarde estallaría, fue el liderazgo de Bezos lo que hizo que Amazon lograra perdurar.
Desde entonces, las acciones de Amazon generaron una ganancia para los hermanos de 10.250.000%, lo que hizo que entraran al selecto club de milmillonarios, compuesto por menos de 4.000 personas en todo el mundo (0,005%).
Aunque ambos mantienen perfiles bajos, fueron fundamentales en el éxito de Amazon, ya que brindaron el capital necesario para expandir operaciones y mejorar procesos.
Ahora bien, ¿qué demuestra esta historia? El poder del emprendimiento visionario, el potencial de la economía digital y la importancia de asumir riesgos y aprovechar oportunidades.