Guía para hacerse millonario y proteger tu fortuna
Hoy no hay que ser Rockefeller o Musk para obtener servicios exclusivos de asesoramiento de capital de una empresa consultora de finanzas.

Los últimos dos años del gobierno de Biden fueron muy redituables para los inversores de acciones. El S&P 500 aumentó un 60 % en valor y el Nasdaq 100 casi duplicó su valor. El Bitcoin cuadruplicó su precio. Sin embargo, la historia nos demuestra que los mercados alcistas no duran para siempre. Existen muchos peligros potenciales, desde guerras interminables hasta déficits presupuestarios indomables. Por otra parte, las acciones suelen estar sobrevaloradas. La preocupación por la inflación y la sensación de vulnerabilidad económica fueron en gran parte la causa de la victoria de Donald Trump.

No obstante, las promesas del presidente —incluyendo una baja de impuestos y la implementación de aranceles comerciales, según un experto en presupuestos, sumarían US$ 7,8 billones a la deuda nacional en los próximos diez años— podrían tener el efecto contrario. Si solo se tienen en cuenta los aranceles (60 % para China y 10 % para otros países), esto dificultaría el crecimiento y causaría un aumento de la inflación.

En otras palabras, tal vez sea el momento de abrocharse los cinturones y aferrarse a los ahorros. Nuestra guía de inversiones ofrece consejos inteligentes para los inversores con ingresos fijos que están preocupados por la inflación, estrategias para los afortunados que posean acciones como las de Nvidia y una nota sobre oficinas de gestión de patrimonios familiares.

Un tema familiar

En 1882John D. Rockefeller, el hombre más rico del mundo, abrió la primera oficina con servicios integrales de asesoramiento para una familia en EE.UU., dedicada a administrar e invertir su fortuna, que dicen que era de US$ 1.400 millones (US$ 31.000 millones actuales) a su muerte en 1937. Ahora, muchos miembros del ranking Forbes 400 cuentan con los servicios de una oficina de gestión de patrimonio familiar que los ayuda a administrar sus enormes fortunas.

Las empresas de gestión de patrimonios familiares son una forma de invertir, preservar y transferir fortunas, no de construirlas de cero por segunda vez. Son tanto una red de seguridad como un símbolo de estatus. "Las personas están ocupadas y quieren saber: '¿Cómo nos está yendo? ¿Hay algo sobre lo que nos tenemos que preocupar?'", dice Mark Rogozinski, presidente de la oficina de gestión de patrimonios familiares de Cresset Asset Management.

Y están creciendo por muchas razones, como el aumento de la riqueza y el marketing orientado a los ricos. Los baby boomers y sus padres también están preocupados por la transferencia de fortuna acumulada (US$ 84 billones) y quieren que las generaciones más jóvenes se involucren en la filantropía. Por otro lado, tienen acceso a nuevas tecnologías que les permiten monitorear el rendimiento de las inversiones y compartir datos financieros, haciendo más sencilla la expansión. El ímpetu final es ahorrar impuestos: la reforma tributaria de 2017, así como una sentencia de la Corte que involucró a la familia Lender, significa que los gastos de las inversiones que ya no son deducibles en las declaraciones individuales de impuestos pueden ser desgravadas si se tiene una empresa de gestión patrimonial familiar.

No está claro cuántas family offices existen en EE.UU. Se estima que son entre 3.000 y 7.000, pero el número está creciendo. Deloitte calcula de manera conservadora que para el 2025 habrá 3.550 en Norteamérica, un 61 % más que en 2019. Se necesita como mínimo contar con US$ 100 millones en activos disponibles para invertir (preferiblemente US$ 250 millones). Para que tenga sentido, aún, pero quienes posean US$ 25 millones o incluso US$ 10 millones pueden obtener los servicios de una empresa de gestión patrimonial que administra múltiples patrimonios familiares.

Una empresa de gestión patrimonial familiar individual cuesta como mínimo US$ 1 millón (en general, más), pero las compartidas cobran entre 0,5 % y 2 % de los activos al año (cuanto más grande el portafolio, más bajo es el porcentaje). A veces, se suman honorarios de transacciones y rendimiento. Los servicios de conserje, como administración de propiedades, seguridad y viajes, se facturan por separado.

La estructura de los honorarios es negociable y personalizada, así como los servicios. Algunas oficinas multifamiliares cobran honorarios fijos por año, empezando por US$ 50.000 y hasta US$ 1 millón por un servicio completo. Cada vez más gente quiere (y puede pagar) un servicio de primera clase. La encuesta de Finanzas de Consumidores de 2022 de la FED descubrió que el 1 % más rico de los estadounidenses (1,3 millones de hogares) tiene un patrimonio mínimo de US$ 11 millones, mientras que en el 0,1 % (133.000 hogares) es de por lo menos US$ 46 millones.

Las empresas de gestión de patrimonio de múltiples familias nacieron cuando una familia rica individual invitó a otras para bajar costos. Dos veteranos inversores fundaron Cresset hace siete años en Chicago para administrar sus fortunas. En junio, se fusionó con The Connable Office, que tiene 130 años y gestiona activos de US$ 60.000 millones.

Otra nueva es Beatrice Advisors, de Nueva York, cuya propietaria es una mujer negra. Christina Lewis abrió las oficinas con activos de su familia y de sus amigos ricos. Su padre, Reginald Lewis y miembro de Forbes 400, nació en Baltimore, se formó en Harvard y trabajó como abogado de derecho contractual. En 1993, a los 50 años, falleció de un tumor inoperable de cerebro. Christina tenía 12 años y dice que su familia no recibió una asesoría adecuada. Beatrice invierte en tecnología y crea paneles digitales de instrumentos para sus clientes que exhiben el valor neto total de familias, incluyendo su portafolio de inversiones, activos financieros y hasta propiedad intelectual.

De acuerdo con Lewis, el objetivo es "ir transfiriendo a lo largo del tiempo nuestro conocimiento al cliente para que logre sentarse en el asiento del conductor". A diferencia de Lewis, la familia de Lipitz tuvo décadas para trabajar en su propia transición de fortuna. Gene Lipitz (58) comenzó a trabajar en el negocio de gestión de patrimonios en 1997. Su padre, Roger C. Lipitz (82), vendió la empresa que creó, Meridian Healthcare, una cadena de 45 residencias geriátricas, por US$ 205 millones, en 1993. Empezaron a colaborar de manera informal en inversiones, pero Roger se empezó a involucrar cada vez más en proyectos cívicos y de caridad, y decidieron formalizarlo. Lipitz hijo asumió el mando de las inversiones. Gene contrató los servicios de gestión de patrimonio familiar en 1997 pero no estaba satisfecho. En 1999, vendió su empresa de gestión de riesgos e a Citicorp y decidió abrir su propia oficina; ahora administra inversiones para tres generaciones con tres empleados full-time y terceriza la contabilidad.

La oficina revisa la declaración de la misión. Si no lo hiciera, dice Gene, es "una muy buena forma de que la próxima generación pierda el deseo de participar". Incluso para las personas que cuentan con décadas de experiencia en el negocio, abrir una oficina de administración de patrimonio familiar individual puede ser abrumador. La búsqueda del personal calificado es un desafío y también puede ser tercerizado.

Kay Shah, director de la división de gestión de patrimonio familiar de Steven Douglas, una empresa boutique de búsquedas nacionales de personal, se dedica a buscar profesionales en finanzas para oficinas de gestión de patrimonio familiar, que tienen entre cinco y 15 empleados. Las plataformas de la nube ayudan a monitorear las tenencias de sus portafolios y el rendimiento de los activos, pero las oficinas de familias controladas por generaciones más grandes tienden a estar más retrasadas en tecnología.

Josh Kanter, abogado y asesor de patrimonios en Salt Lake City, considera que, basándose en su propia experiencia, las oficinas de gestión de patrimonio familiar deberían estar más enfocadas en las tecnologías. Su padre, Burton Kanter, un reconocido abogado tributario y especialista en fideicomisos, fue asesor financiero de la familia multimillonaria Pritzker, murió en 2001 y Josh asumió el mando de la empresa de gestión patrimonial familiar.

Le resultó difícil actualizar a todas las generaciones en tareas prácticas. Por ejemplo, en teoría, la familia tendría que pagar la matrícula universitaria y la asistencia médica pero solo si se cumplen ciertas reglas. El problema es que no existía ningún lugar en donde encontrar ese tipo de información y eso lo obligaba a buscar la respuesta en uno de los más de 275.000 archivos familiares guardados en Dropbox o a llamar al familiar para averiguarlo.

Su solución fue fundar su propia empresa de software, Leafplanner. Actúa como una suerte de software financiero como Addepar, que monitorea el rendimiento de múltiples activos de portafolios, o como Arch, que organiza documentos de impuestos. Leafplanner ayuda a los miembros de una familia a encontrar respuestas a preguntas sobre temas como decisiones de inversiones o donaciones benéficas. Se puede personalizar para un número ilimitado de usuarios y configurar el acceso para definir qué información es vista por quién. Desde su lanzamiento en 2022, Leafplanner instaló el software para otras 145 familias, de acuerdo a Kanter. Con respecto a su familia, dice que ya no se preguntan qué pasa si a Josh lo pisa un colectivo.

 

Cómo dejar de preocuparse y empezar a amar los bonos

¿Qué causa la inflación? Demasiado dinero, según los monetaristas. De acuerdo con Milton Friedman, cuando el crecimiento en la oferta de dinero excede el de la salida, los precios suben. Algunos economistas disidentes representantes de la "teoría fiscal" consideran que no es del todo correcto. Ellos creen que el factor más importante es el gasto deficitario. Más precisamente: los déficits federales sin ninguna perspectiva de saldarlo en el futuro. Si los teóricos fiscales tienen razón, el futuro de los tenedores de bonos normales que no tienen ninguna protección contra la inflación no es bueno. El Comité para un Presupuesto Federal Responsable estima que las políticas del presidente Trump agregarían US$ 7,8 billones a la deuda federal a lo largo de una década.

John H. Cochrane, economista de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, autor del libro Teoría Fiscal del nivel de precios y comentarista del blog Economista Gruñón, es probablemente el defensor más vehemente de la teoría fiscal. No es solo el déficit lo que determina la inflación, dice él, sino que el mercado es el que percibe el exceso en gastos. Durante dos siglos, el Departamento del Tesoro de EE.UU. pidió préstamos como si fuera un usuario responsable de tarjeta de crédito. Generaba deuda cuando tenía que gastar por urgencias como una guerra o recesión que luego iba pagando o iba disminuyendo en relación con el PBI. Ese patrón ya no se cumple más. Si bien la crisis financiera de 2008-09 parecía un hecho aislado y los bonos emitidos para combatirla fueron absorbidos por inversores, la pandemia fue un episodio con otros efectos, dice Cochrane. Los US$ 5 billones que se gastaron en ayudas económicas para la población fueron un regalo.

Un axioma central de la teoría fiscal es que el valor del mercado de la deuda gubernamental es equivalente al valor descontado de las futuras recaudaciones de impuestos, menos los gastos futuros para todo menos el pago de la deuda. Esto es la versión financiera pública de una ecuación familiar de la bolsa de valores. Según esta teoría, cuando el público se vuelve más escéptico en lo relacionado con la disciplina fiscal en Washington, los dólares pierden valor y comienza a haber inflación. Se puede observar este fenómeno en el gráfico de la deuda federal. A diferencia de las líneas habituales que representan el valor nominal de la deuda, esta muestra el valor de mercado.

Por el derroche de gastos incurrido por el Covid, la inflación futura esperada subió y esto causó que los bonos de Tesoro cotizaran a un valor de descuento. Durante los primeros tres años de la pandemia, el desplome de los bonos fue tan grande que sobrepasó los aumentos de la deuda de los nuevos déficits. La teoría fiscal interpreta que la disminución del valor del mercado de lo que el Gobierno debe es una imagen espejo de la baja del valor de los beneficios futuros esperados. Tu ves que aumenta el precio de los huevos. Cochrane ve la caída de la credibilidad de las políticas fiscales. Esa credibilidad será difícil de volver a tener, pero no imposible. "La buena reputación por pagar una deuda y no incumplirla, o dejar que pierda su valor con la inflación, es difícil de obtener y fácil de perder", afirma.

¿Qué pasa con la oferta de dinero que está bajo custodia de la Fed? Cochrane dice que la Fed tiene una influencia considerable sobre la inflación y las tasas de interés y, por ende, sobre los descuentos que se le otorgan a las fórmulas, pero es mucho menos poderosa de lo que la gente asume que es. Consideremos el escándalo sobre "expansión cuantitativa", el proceso por el cual la Fed inyecta reservas al sistema bancario por medio de la compra de bonos del Tesoro. Supuestamente eso aumenta la oferta de dinero y estimula la economía. Sin embargo, los teóricos fiscales se preguntan: ¿este intercambio hace algo? ¿Existe una diferencia entre los billetes de US$ 100 y las reservas, y los papeles negociables del Tesoro? Los tres son pagarés, dice Cochrane, que tienen valor porque pueden ser usados para cubrir obligaciones futuras de impuestos. Cree que las tres opciones representan un derecho presente descontado sobre beneficios futuros.

En la economía digital, los individuos pueden usar estos tres tipos de dinero casi de manera intercambiable. Se puede invertir dinero en un fondo con tenencias a corto plazo de obligaciones del Tesoro. Los inversores que tienen bonos a largo plazo rezan para que el Gobierno ponga en orden las cuentas fiscales. Cochrane fantasea con que el Congreso deje de derrochar dinero en subsidios para las energías renovables y que implemente un impuesto al carbono para lidiar con el déficit en dos frentes. No es probable que esto ocurra en un futuro cercano, pero dice que con suerte "se genere inesperadamente una situación en donde se implemente una reforma bipartidista".

¿Los precios de los bonos tocaron fondo? Cochrane cree que la trayectoria de los precios de los títulos financieros se comporta de manera arbitraria y, por eso, no hace pronósticos de mercado. No puede estar en contra de la hipótesis del mercado eficiente porque su suegro es Eugene Fama, famoso por promoverla: "Me echarían de la familia si les dijera a qué precio debería estar diferente al real". Pero tiene una recomendación. Si uno está por jubilarse, hay que comprar títulos del Tesoro protegidos contra la inflación o TIPS, para asegurarse poder adquisitivo a futuro. No se elimina la volatilidad de los precios del mercado de bonos, pero uno puede mantenerse indiferente ante las fluctuaciones. Es una manera de dormir tranquilo mientras se espera que los responsables de definir el presupuesto empiecen a comportarse de forma responsable. El Gobierno federal de EE.UU. tuvo superávits entre 1998 y 2001. Puede volver a ocurrir.

 

Opciones sencillas

Los genios en creación de fortunas como Warren Buffett dicen que la clave para ser exitoso en el mercado bursátil es adquirir acciones de una gran empresa y esperar a que te convierta en millonario. Pero incluso las personas pacientes como Buffett venden de vez en cuando, como hizo Berkshire Hathaway en 2024, que disminuyó sus participaciones en compañías como Apple o Bank of America.

Si durante los últimos años adquiriste acciones de Nvidia o de las otras "siete magníficas", puede ser que te sientas un poco como Buffett. El Nasdaq 100 duplicó su valor desde que el mercado inició su tendencia alcista hace dos años y subió aún más luego de la victoria de Trump. Muchos inversores registraron ganancias considerables y están evaluando si mantener sus tenencias o venderlas. No se trata de una pregunta binaria. 

La táctica más sencilla es quedarse con las acciones manteniendo un margen de protección por medio de una orden de corte de pérdidas en la que se fija un precio específico o una magnitud de descenso que se traduce en una orden de venta. Sin embargo, tiene sus riesgos. "Si tienes una acción que vale US$ 100 con un freno puesto en US$ 90 y al día siguiente vale US$ 75, se está vendiendo a US$ 75, no US$ 90", dice Justin Zacks, VP de la plataforma online de trading Moomoo Technologies. "Otro problema es que, en un contexto de mercados volátiles, se ve afectada cuando las acciones bajan en un muy mal día pero al siguiente vuelven a subir".

Otra forma más cara es establecer un piso comprando opciones de venta que permiten al dueño venderlas al precio de compra en cualquier momento hasta su vencimiento. Para tener esa seguridad hay que pagar una cuota que sube según la volatilidad de las acciones, la duración hasta el vencimiento y la cercanía entre los precios. Tener opciones de venta te permite retirarte cuando bajan las acciones y venderlas al precio de compra, o venderlas cuando generan ganancias y guardarlas a largo plazo.

Adquirir opciones de venta brinda protección, pero las cuotas a pagar disminuyen el retorno. Una forma popular de financiar ese costo es ganar dinero entregando una parte de la ganancia de una potencial subida de las acciones mediante compras cubiertas que crean una posición llamada "collar". Eso es lo que hizo Mark Cuban en 1999 cuando vendió Broadcast.com y recibió como pago acciones de Yahoo. Emitió opciones de compra cubiertas para financiar su compra de opciones que luego aumentaron rápidamente de valor mientras que las acciones de Yahoo bajaron. 

El 7 de noviembre, Nvidia se vendía a US$ 147,95 y se podrían haber ganado US$ 8,35 vendiendo a US$ 170 el 21 de febrero y utilizando esas ganancias para compensar los US$ 8,25 por la compra de opciones a US$ 134 el 21 de febrero. Así se podrían haber obtenido las ganancias de Nvidia hasta el tope de US$ 170 hasta el 21 de febrero, mientras se mantenía la protección de poder vender las acciones por no menos de US$ 134. Si uno cree que hay potencial de que aumente el valor de la acción, se puede fijar un valor de compra más alto para las opciones de compra, pero se gana menos para las opciones premium. "Continúa abierto a la posibilidad de incremento de valor y se protege contra la baja", dice Zacks.

Las criptomonedas aumentaron su valor con el triunfo de Trump. Bitcoin registró un valor récord por sobre US$ 100.000. Estarán disponibles las opciones de fondos cotizados en bolsa (FCB) de Bitcoin, incluyendo iShares Bitcoin Trust, Grayscale Bitcoin Trust y Bitwise Bitcoin ETF. (I)