El club más exclusivo del mundo
Desde los fabulosamente ricos a los fabulosamente famosos, este lejano pedazo de naturaleza salvaje de Montana cuenta con menos de 900 propietarios, pero su valor combinado supera los US$ 290.000 millones.

Hace cinco años, el empresario tecnológico y copresentador de Shark Tank, Robert Herjavec, se enamoró del Yellowstone Club. Ubicado a una hora en auto al sur de Bozeman (Montana) y a unos 80 km al norte del Parque Nacional de Yellowstone, el club tiene una montaña privada con más hectáreas esquiables que Killington, Stowe o cualquier otro resort de la Costa Este.

"Es un lugar increíble para las familias y los niños", afirma Herjavec, y señala que sus gemelos de 6 años ya esquían mejor que su mujer, Kym. La pareja, que se conoció en Dancing with the Stars, compró primero un condominio en el club, adyacente a la estación de esquí Big Sky, en 2019 antes de construir su propio lugar. Gastaron tres años y US$ 28 millones en una casa de ensueño de 1.250 m² y 8 dormitorios con vistas catedralicias de las Montañas Rocosas."Tenemos muchas casas. Esta es nuestra favorita", dice Herjavec.

Y no es el único. Herjavec es uno de los 885 miembros del Yellowstone Club: 6.000 hectáreas montañosas de esquí, golf, pesca con mosca y equitación. Hay un cine para niños, una sala de conciertos en la que actuaron, entre otros, Sting, Norah Jones y James Taylor, e incluso "cajones de azúcar" repletos de todo tipo de cosas gratis, como chocolates, snacks y sopas calientes.

La montaña del club tiene 21 telesillas, una telecabina y 800 hectáreas esquiables —sin filas—. El multimillonario inmobiliario de Carolina del Norte, Roy Carroll, que tiene una casa en la misma calle, dice que no es raro ser la única persona en una pista. "Dieron en el blanco como destino multigeneracional... para personas de 8 a 80 años", dice Carroll, de 61 años, que construyó ahí una casa de US$ 37 millones con espacio para futuros nietos.

Quizá el mayor atractivo del club sea la exclusividad. Los solicitantes necesitan referencias bañadas en oro y deben someterse a una minuciosa comprobación de antecedentes. El número máximo de socios es de 914. Para entrar hay que comprar un terreno, una casa o un piso.

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El terreno no urbanizado más barato cuesta US$ 10 millones. Los condominios cuestan a partir de US$ 7 millones, pero la media es de US$ 15,5 millones; las casas cuestan US$ 20 millones o más. Además, hay que pagar un depósito reembolsable de US$ 500.000 y cuotas anuales de US$ 78.000, que cubren esquí y golf ilimitados para la familia inmediata (incluidos padres y nietos, pero no hermanos adultos) más 140 días al año para invitados.

Casi tan difícil como entrar es averiguar quién más pertenece. Justin Timberlake y Jessica Biel son miembros, al igual que Mark Zuckerberg. También Tom Brady. Un experto local calcula que el club tiene entre 50 y 80 socios multimillonarios.

Tras buscar en los registros públicos de Montana más de 300 propiedades del club e indagar en otras fuentes, encontramos 19 multimillonarios y dos hijos de multimillonarios, incluidos nombres como los magnates de los fondos de cobertura Bill Ackman y Felix Baker, el propietario de los New England Patriots Robert Kraft, el fundador de Slack Stewart Butterfield, el presidente de Waffle House Joe Rogers Jr. y el hijo del presidente de Blackstone Steve Schwarzman, Teddy.

Melinda French Gates consiguió una casa en Yellowstone en su acuerdo de divorcio. También encontramos docenas de centimillonarios, como el ex CEO de Twilio Jeff Lawson, el inversor Chris Sacca y la propietaria de Burton Snowboards Donna Carpenter.

"Ves famosos con frecuencia", dice Henry Helgeson, que se unió en 2018 después de vender su empresa de pagos Cayan a TSYS por US$ 1.000 millones. "Muchas de esas personas tienen problemas simplemente para ser anónimas y salir de casa sin que la gente les moleste. Es un lugar donde pueden sentirse cómodos haciéndolo".

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El club fue idea del exmultimillonario y empresario maderero Tim Blixseth, que compró 56.000 hectáreas cerca del Parque Nacional de Yellowstone en 1991 y los cambió por los terrenos para el Yellowstone Club. Se inauguró en 1999, pero Blixseth pidió un préstamo de US$ 375 millones y gastó unos US$ 200 millones en comprar yates y casas de lujo para una empresa de multipropiedad de alta gama que nunca llegó a despegar. El club tuvo que declararse en quiebra en 2008.

La empresa de inversión inmobiliaria CrossHarbor Capital, con sede en Boston, y unos 40 socios del Yellowstone Club, lo sacaron de la quiebra en 2009 por US$ 115 millones. El socio gerente de CrossHarbor, Sam Byrne, afirma que se invirtieron más de US$ 1.000 millones en los últimos 15 años y que piensan seguir invirtiendo más. ¿Y por qué no? Los primeros inversores ya ganaron 4,5 veces el capital invertido.

Dice Byrne: "Lo que ofrecemos no se repite en ningún otro lugar". (I)