La rápida caída en el precio de la energía solar impulsó una revolución en las energías renovables, pero tiene un costo terrestre. La granja solar promedio ocupa alrededor de 16 hectáreas, ayudando a reducir las emisiones de carbono, pero ocupando espacios verdes. Sin embargo, existe una posible solución a este problema: construir los paneles solares en el espacio y luego transmitir la energía de vuelta a la Tierra. Es una visión de ciencia ficción que Baiju Bhatt, el multimillonario cofundador de la empresa fintech Robinhood, quiere hacer realidad con su nueva compañía, Aetherflux, que busca construir una constelación de satélites generadores de energía y estaciones receptoras.
"Este objetivo de tener infraestructura en el espacio que sea verdaderamente resistente a las condiciones en la Tierra resulta muy atractivo", dijo Bhatt a Forbes. "Es el tipo de dirección que ya vimos ser enormemente importante con Starlink", agregó, refiriéndose a la constelación de satélites de SpaceX que proporcionó internet en lugares con poca infraestructura, en zonas de conflicto como Ucrania y durante desastres naturales.
Aetherflux no es la única compañía que trabaja en energía solar basada en el espacio, una idea que NASA y otras agencias gubernamentales exploraron en la década de 1970 pero que nunca prosperó. Sin embargo, ahora el campo experimenta "un pequeño renacimiento", dijo el analista Chris Quilty a Forbes por correo electrónico. Señaló que este cambio se debe a la necesidad de energía limpia y a los menores costos de lanzamiento gracias a SpaceX.
Por ejemplo, Virtus Solis, con sede en Michigan, y Space Solar, con sede en el Reino Unido, planean lanzar grandes conjuntos de paneles solares en órbita geoestacionaria alta. De esta manera, reciben luz solar constantemente mientras apuntan al mismo área general en la Tierra, transmitiendo la energía que generan mediante microondas hacia una estación receptora. Esto es similar a la tecnología que investigadores de CalTech desarrollaron y demostraron en órbita el año pasado. Por su parte, Reflect Orbital, con sede en California, adopta un enfoque diferente, trabajando en espejos orbitales gigantes que pueden reflejar la luz solar sobre paneles solares en la superficie durante la noche.
La mayoría de estos proyectos tienen plazos largos, en parte debido al tamaño de la infraestructura que requerirán en órbita. Bhatt dijo que Aetherflux usa un enfoque diferente al de sus competidores, que él considera más escalable. En lugar de usar microondas para transmitir energía a la superficie, su compañía planea utilizar láseres infrarrojos para entregar energía.
Una gran ventaja de este enfoque es que permite el uso de satélites más pequeños y económicos en lugar de satélites grandes y costosos o de grandes conjuntos de paneles solares, lo que facilita tanto la iteración como la escalabilidad y reduce los costos de lanzamiento. Además, requiere menos espacio en la superficie terrestre. La energía por microondas necesita un receptor del tamaño de un campo de fútbol o incluso más grande. Bhatt explicó que los receptores para láseres infrarrojos pueden ser mucho más pequeños, de menos de 10 metros de diámetro, aproximadamente el tamaño de una piscina en el patio de una casa.
Los satélites más pequeños y ágiles de Aetherflux están diseñados para rodear el planeta cada 90 minutos. Los 45 minutos en que no reciben luz solar, explicó, pueden seguir entregando energía desde sus baterías, que se cargarán con sus paneles solares. Este es un enfoque similar al que SpaceX adoptó con Starlink: en lugar de usar unos pocos satélites grandes, costosos y geoestacionarios para proporcionar internet, como se hacía desde los años 90, Starlink consiste en cientos de satélites pequeños y económicos en órbita baja.
Otra ventaja, explicó, es que su compañía no está esperando ningún avance o innovación particular para hacer realidad el proyecto. Simplemente está resolviendo el problema utilizando herramientas que ya existen; por ejemplo, en lugar de desarrollar un satélite completo desde cero, está usando un satélite estándar de la empresa manufacturera Apex, al cual le agrega sus propios componentes para generar y transmitir energía.
"Sabemos cómo construir constelaciones de naves espaciales, sabemos cómo integrar todos estos componentes diferentes, sabemos cómo construir los receptores en tierra", dijo Bhatt. "Obviamente, hay mucha complejidad en nuestro modelo particular, pero ninguno de estos es un problema de ciencia avanzada en sí mismo".
En marzo de 2024, Bhatt renunció a su cargo de Director Creativo y jefe de marketing de la aplicación de comercio de acciones Robinhood, puesto que ocupó desde que dejó su rol de codirector ejecutivo en 2020. Bhatt cofundó Robinhood con el CEO Vlad Tenev, a quien conoció en 2013 cuando ambos eran estudiantes de física en Stanford, y continúa en la junta directiva. Explicó que su impulso para dejar la compañía fue porque estaba "demasiado apasionado por hacer que algo como esto sucediera". Su padre trabajó para NASA durante su infancia, dijo, y "pensé que algún día sería matemático o físico".
Por ahora, Bhatt planea financiar la compañía con su propia fortuna, que Forbes estima en más de US$1.500 millones. Eso sustentará a la empresa durante su primera misión: un satélite para probar y demostrar la tecnología de la compañía, que planea lanzar en el primer trimestre de 2025.
Después de eso, Bhatt reconoce que el proyecto "va a requerir mucho capital externo", que podría provenir del sector privado o incluso involucrar financiamiento gubernamental. Agregó que la compañía estuvo en conversaciones con el Departamento de Defensa, que podría estar interesado en utilizar la solución energética de Aetherflux para bases remotas o en el campo de batalla. Inicialmente, la empresa explorará estos tipos de operaciones, así como otras aplicaciones para clientes donde la infraestructura energética sea difícil de construir, como en operaciones mineras remotas.
Bhatt ve a su compañía como parte de un cambio en la manera en que la infraestructura orbital puede apoyar la vida en la Tierra. "Estamos entrando en una era de exploración espacial que va a ser totalmente diferente en los próximos cinco a diez años", dijo. "Y creo que cuando se produce ese tipo de cambio de paradigma, los beneficios de hacer esto en órbita realmente empiezan a ser claros, pero aún tenemos que demostrarlo".