Warren Buffett conmocionó al mundo en 2006, cuando se comprometió a donar casi toda su inmensa fortuna. Desde entonces, Buffett entregó más de 55.000 millones de dólares de su Berkshire Hathaway a obras benéficas, incluida una donación de 5.300 millones de dólares a finales de junio que le hizo descender dos puestos en la lista Forbes de las personas más ricas del mundo, del 8º al 10º, su posición más baja en más de dos décadas. Forbes estima que su patrimonio neto es de 128.900 millones de dólares.
Pero, ¿qué hubiera pasado si Buffett, quizá el mayor filántropo de la historia, hubiera decidido en cambio quedarse con todas sus acciones de Berkshire?
Buffett poseía 474.998 acciones de clase A, valoradas entonces en unos 43.000 millones de dólares, cuando hizo aquel histórico anuncio en el verano de 2006. Si todavía tuviera todas esas acciones hoy, estaría sentado sobre un montón de acciones por valor de 292.000 millones de dólares.
Si añadimos otros 1.000 millones de dólares más o menos en acciones de clase B e inversiones personales, un Buffett menos caritativo tendría una fortuna de unos 293.000 millones de dólares. Eso lo haría unos 41.000 millones de dólares más rico que el actual número 1 del planeta, Elon Musk (patrimonio neto: 252.400 millones de dólares); 77.000 millones por delante del número 2, Jeff Bezos (215.900 millones de dólares); y 102.000 millones por encima del número 3, Bernard Arnault (191.000 millones de dólares).
En lugar de ser 6.000 millones de dólares más pobre que su amigo Bill Gates (135.200 millones de dólares), Buffett valdría más que dos Bill Gates juntos. En otras palabras, si Warren Buffett no hubiera decidido empezar a regalar su riqueza, sería fácilmente la persona más rica de la Tierra. De hecho, según las estimaciones de Forbes, estaría a un pelo de batir el récord de poseer la mayor fortuna jamás registrada, establecido en 2021 cuando Musk superó brevemente los 300.000 millones de dólares.
Con su fortuna teórica de 293.000 millones de dólares, Buffett podría comprar personalmente la totalidad de McDonald's Corporation, todas las acciones de Coca-Cola o los 50 equipos deportivos más valiosos del mundo.
En lugar de ello, el famoso y frugal Buffett estuvo trabajando para regalar más del 99% de su fortuna, principalmente a través de una tradición veraniega de donaciones por valor de miles de millones de dólares a cinco fundaciones elegidas a dedo de su reserva de acciones, siendo el regalo de cada año un 5% menos de acciones que el del año anterior. "Mi familia y yo no renunciaremos a nada que necesitemos o queramos al cumplir esta promesa del 99%", escribió en una ocasión. “Seguiré viviendo de una manera que me proporcione todo lo que pueda desear en la vida”, precisó.
La mayor parte de las donaciones de Buffett fueron a parar a un fideicomiso que financia la Fundación Bill y Melinda Gates, que consiguió acciones por valor de más de 43.000 millones de dólares en el momento de su donación. La organización benéfica de 75.000 millones de dólares (dotación) lanzada por el amigo y socio puente de Buffett, Bill Gates, y su entonces esposa, Melinda French Gates, en el año 2000, destinó el dinero a iniciativas contra la pobreza y la sanidad en los países en desarrollo y a la educación y la movilidad económica en Estados Unidos.
En 2010, Buffett cofundó The Giving Pledge junto a los Gates para animar a otros multimillonarios a donar también al menos la mitad de sus fortunas a causas benéficas. Buffett dejó de ser fideicomisario de la Fundación Gates en 2021. French Gates se divorció de Gates ese mismo año y abandonó la fundación a principios de este mes para independizarse.
Los tres hijos de Buffett y una fundación que lleva el nombre de su difunta esposa recibieron el resto de las acciones como regalos designados específicamente para ir a las organizaciones benéficas de su elección. Más de 4.800 millones de dólares en acciones (en el momento de sus donaciones) fueron a parar a la fundación que lleva el nombre de su difunta esposa, la Fundación Susan Thompson Buffett, centrada en la sanidad y la educación. (Esa suma no incluye al menos 2.900 millones de dólares donados a la fundación por el patrimonio de Susan tras su muerte en 2004). Y Buffett donó más de 8.000 millones de dólares en total (en el momento de sus donaciones) a las tres organizaciones benéficas de sus hijos: la Fundación Sherwood, la Fundación Howard G. Buffett y la Fundación NoVo.
Tras casi dos décadas de donaciones, el inversor de 93 años redujo su participación en Berkshire a 207.963 acciones de clase A, cuyo valor a 8 de julio seguía rondando los 128.000 millones de dólares. Tiene previsto seguir donando acciones a las cinco fundaciones cada año hasta su muerte. Pero, en una carta de noviembre y en una entrevista con The Wall Street Journal publicada a finales de junio, dijo que decidió que lo que quede de la fortuna de Buffett a su muerte pasará casi en su totalidad a un fideicomiso benéfico supervisado por sus hijos, en lugar de principalmente a la Fundación Gates, como se creía anteriormente.
Cuando todo esté dicho y hecho, Buffett y los albaceas de su herencia habrán destinado más del 99% de su patrimonio a obras benéficas. "La sociedad tiene un uso para mi dinero", escribió Buffett -que vivió en la misma casa relativamente modesta en Omaha, Nebraska, desde 1958 y que a menudo se detiene en McDonald's para comer, pagando con el cambio exacto.
*Con información de Forbes US.