Con el lanzamiento de New Glenn, Bezos busca romper el dominio de Musk sobre el espacio
Jeff Bezos busca revolucionar la industria espacial con su nueva estrategia. El próximo lanzamiento será decisivo para ampliar las opciones en un mercado dominado por un único jugador.

En 2021, Elon Musk se burló de Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos, criticando el lento avance de su competidor hacia el lanzamiento de un cohete al espacio. "No puede llegar a órbita, jaja", escribió en Twitter.

Ahora, casi 25 años después de que Jeff Bezos fundara la empresa, Blue Origin está a punto de responder. Su poderoso cohete New Glenn ya está en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, listo para su lanzamiento inaugural, que podría ocurrir esta semana.

Muchas personas en la industria espacial y el gobierno esperan que este lanzamiento sea un éxito, con la intención de terminar con el monopolio casi total de SpaceX en el lanzamiento de satélites estadounidenses al espacio.

"A la industria espacial le gusta tener opciones", señaló Caleb Henry, analista de Quilty Space. "Y hoy no las tiene. Solo tiene a SpaceX", agregó.

Además, Blue Origin está ofreciendo lanzamientos a un precio por satélite significativamente mejor que el de SpaceX, según un ex empleado que habló con Forbes.

Este intento de lanzamiento ocurre menos de dos semanas antes de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca. Durante su primer mandato, el expresidente atacó a Bezos por la cobertura negativa del Washington Post, del cual Bezos es propietario. Ahora, con Elon Musk a su lado, Trump promete una reorganización en el gasto y las regulaciones del gobierno, lo que podría inclinar la balanza para la industria espacial comercial y amenazar algunos contratos gubernamentales de Blue Origin.

Intinto animal

Jeff Bezos posiciona a Blue Origin como la alternativa lenta y constante frente al ethos de "moverse rápido y fallar rápido" de SpaceX. Su lema, "gradatim ferociter" (en latín, "paso a paso, ferozmente"), y su logotipo, que incluye dos tortugas, refuerzan esta filosofía. Sin embargo, hasta ahora, la tortuga queda claramente superada por la liebre de SpaceX.

En la última década, SpaceX aceleró su frecuencia de lanzamientos a niveles sin precedentes, mientras que su competencia quedó mayormente rezagada. Los antiguos gigantes del lanzamiento espacial, como la United Launch Alliance (una empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin) y la europea Arianespace, enfrentaron retrasos en el desarrollo de nuevos cohetes. Además, las sanciones occidentales eliminaron a los cohetes rusos como opción. En 2024, los cohetes Falcon de SpaceX llevaron carga al espacio en 133 ocasiones, con un solo fallo. Esto representó la mayoría de los 145 lanzamientos realizados en Estados Unidos y más de la mitad de los 263 en todo el mundo, según el rastreador de actividad espacial Jonathan McDowell.

Pero el New Glenn, anunciado por primera vez en 2016, promete ser un competidor feroz. Al igual que el Falcon 9 de SpaceX, es un cohete de dos etapas diseñado para cargas pesadas, con una primera etapa reutilizable que regresa a la Tierra. Sin embargo, según Blue Origin, su cono de nariz más grande ofrece el doble de volumen de carga que el Falcon 9, y sus motores más potentes permiten transportar el doble de masa útil.

Además, Blue Origin ajusta sus precios para ofrecer más valor a sus clientes en comparación con SpaceX, según un ex empleado de Blue Origin que ahora trabaja para un competidor y habló con Forbes bajo condición de anonimato.

La empresa cobra aproximadamente 110 millones de dólares por lanzamiento, en comparación con los 70 millones de dólares de un Falcon 9. En términos prácticos, ofrece transportar el doble de satélites por un precio que es un 50 % más alto.

Blue Origin no respondió a una solicitud de comentarios por parte de Forbes.

Lanzamiento espacial.

El New Glenn ya resulta atractivo para las empresas que construyen grandes constelaciones de pequeños satélites para órbita terrestre baja, especialmente porque esos satélites aumentaron de tamaño, afirmó Caleb Henry.

Blue Origin ganó contratos para usarlo en el lanzamiento de satélites de todas las principales constelaciones, excepto, por supuesto, Starlink de SpaceX. Esto incluye a AST Mobile, que desarrolla una red para ofrecer servicio celular desde el espacio. La empresa afirmó que el New Glenn transporta ocho de sus satélites Block 2, que serán los más grandes puestos en órbita terrestre baja. El Falcon 9 transporta solo cuatro.

Amazon apuesta fuerte por Blue Origin

Amazon.com, de Jeff Bezos, confía en Blue Origin para materializar sus planes de red de satélites Kuiper. Blue Origin tiene previsto lanzar al menos el 23 % de la constelación y potencialmente hasta la mitad. Amazon planea pagarle a Blue Origin un total de 2.700 millones de dólares hasta 2028, según una presentación financiera realizada el año pasado.

El gobierno de Estados Unidos también busca una nueva opción para lanzar sus satélites de inteligencia y comunicaciones. En junio, el Departamento de Defensa seleccionó a Blue Origin, junto con SpaceX y United Launch Alliance, para competir por lanzamientos valuados en hasta 5.600 millones de dólares hasta 2029.

Dinero que sale

Estos ingresos son bienvenidos después de años de gastos significativos para construir la empresa. Solo en el programa del cohete, Blue Origin gastó aproximadamente 10.000 millones de dólares, según un ex empleado. Exceptuando algunos contratos con NASA, ese dinero provino mayormente de los bolsillos de Bezos, quien se comprometió a usar la enorme fortuna que acumuló con Amazon para realizar sus sueños espaciales de infancia. Forbes estima que su patrimonio asciende a 233.000 millones de dólares, una cifra lejana a los 416.000 millones de dólares de Elon Musk, quien lidera el ranking mundial.

Aunque Blue Origin tardó un cuarto de siglo en realizar su primer intento de llegar al espacio, logró avances importantes en el camino mientras construía infraestructura para lanzamientos masivos que SpaceX solo desarrolló gradualmente después de alcanzar la órbita. La empresa diseñó el potente motor de cohete Be-4, que impulsó con éxito dos lanzamientos del nuevo cohete Vulcan de United Launch Alliance. Con su cohete reutilizable Shepard, diseñado para llevar turistas al borde del espacio, Blue Origin se convirtió en la única empresa, además de SpaceX, en lograr el aterrizaje de la primera etapa de un cohete. También construyó instalaciones de manufactura que esperan producir más de 100 motores Be-4 en 2025 y múltiples propulsores para sostener un ritmo de 12 lanzamientos al año.

"Es fácil bromear con que 'SpaceX hizo mucho y Blue Origin hizo poco', pero el tema es más complejo", comentó Carissa Christensen, CEO de la consultora espacial BryceTech.

Un lanzamiento exitoso sería una validación importante para Blue Origin, pero el intento ocurre en un contexto político incierto. Trump le asignó a Musk la tarea de liderar un esfuerzo para recortar el gasto y las regulaciones gubernamentales. Una relajación de reglas en la industria espacial, que está altamente regulada, beneficiaría a todos los participantes, aunque algunos competidores temen un trato preferencial para SpaceX.

Prueba A: Jared Isaacman, nominado por Trump para dirigir la NASA. Su empresa, Shift4 Payments, invirtió en SpaceX, e Isaacman financió dos vuelos espaciales privados en cohetes Falcon.

En marzo pasado, Isaacman cuestionó la decisión de la NASA de financiar el desarrollo de módulos lunares redundantes de SpaceX y Blue Origin, en caso de que uno fallara.

Sin embargo, Bezos expresó confianza en que Musk no utilizará su influencia en el gobierno de Trump para favorecer a SpaceX en detrimento de Blue Origin.

"Yo tomo al pie de la letra lo que se dijo, que [Musk] no usará su poder político para beneficiar a sus propias empresas ni para perjudicar a sus competidores", afirmó Jeff Bezos en diciembre, durante una conferencia del New York Times.

De cualquier manera, Bezos está mirando mucho más allá de los próximos cuatro años. Su visión para Blue Origin incluye impulsar la creación de una economía fuera del planeta, donde la manufactura y la minería se realicen en el espacio, y la "Tierra se destine a zonas residenciales e industrias livianas". Algún día, cree que eso hará que Blue Origin sea un negocio más grande que Amazon, según comentó en el evento del Times. Pero todo depende de reducir los costos para llegar al espacio, comenzando con su cohete insignia.

"Sabemos cómo viajar al espacio. Sabemos cómo aterrizar en la Luna. Tenemos que lograr hacerlo cien veces más barato", dijo Bezos al youtuber espacial Tim Dodd en septiembre. "Eso es lo que realmente abrirá los cielos para la humanidad", completa.

Nota publicada por Forbes US