Bajo el ala de Trump: los multimillonarios que se benefician de las visas H-1B en Estados Unidos
Julie Goldenberg Colaboradora
Julie Goldenberg Colaboradora
Jeff Skoll, el ingeniero canadiense que fue el primer empleado a tiempo completo de eBay y su primer presidente, creía que su futuro en Estados Unidos estaba asegurado a finales de los años 90. Después de haber pasado tres años al mando de la empresa de comercio electrónico —creando su plan de negocios y supervisando su crecimiento hasta alcanzar los 3.000 empleados antes de salir a la bolsa en 1998—, se sorprendió cuando en 1999 le rechazaron la renovación de su visa H-1B, un permiso que permite a trabajadores calificados extranjeros trabajar legalmente en el país.
"La H-1B era esencial para mí", cuenta Skoll a Forbes. "De lo contrario, me habría tenido que ir del país, y no puedo decir si eBay habría sobrevivido aquellos primeros años", señala.
Desde lo económico, Skoll no habría tenido problemas: un año después de la oferta pública de eBay, se convirtió en multimillonario gracias a su participación accionaria.
Decidido a mantener su puesto en eBay, recurrió a la entonces senadora por California, Dianne Feinstein, y al vicepresidente Al Gore en busca de ayuda, gracias a una presentación de Steve Westly, un ejecutivo influyente y donante demócrata dentro de la empresa. Con el respaldo de Feinstein, Skoll logró obtener otro tipo de visa, la O-1, destinada a inmigrantes con "habilidades extraordinarias" en negocios y otras áreas. Más tarde, consiguió la residencia permanente y finalmente, en 2007, se convirtió en ciudadano estadounidense.
"No se trata de evitar contratar estadounidenses", afirma ahora Skoll. "Simplemente no hay suficientes estadounidenses para cubrir las necesidades de estas empresas", precisa.
Esa es la razón por la que muchas de las empresas tecnológicas más prestigiosas y dinámicas de Estados Unidos están entre las principales empleadoras de trabajadores con visa H-1B. Según el U.S. Citizenship and Immigration Services, una agencia del Departamento de Seguridad Nacional, en esa lista aparecen nombres como Amazon, de Jeff Bezos; Microsoft, de Bill Gates; Meta, de Mark Zuckerberg; y Google, de Larry Page.
"Es más que una política de inmigración", dijo recientemente a Forbes el multimillonario de la biotecnología y propietario del LA Times, Patrick Soon-Shiong. Este inmigrante sudafricano llegó a Los Ángeles en 1980 como residente de cirugía y asegura que estas visas son "una prueba viviente del sueño americano en acción".
Elon Musk, el inmigrante más famoso de Estados Unidos en la actualidad, es otro gran defensor de la visa H-1B. Su compañía de vehículos eléctricos, Tesla, figura entre los 25 principales empleadores del país que utilizan este sistema, siendo la primera vez que aparece en la clasificación. En cuanto a las visas para solicitantes primerizos, Tesla se ubicó en el puesto número 16.
"La razón por la que estoy en Estados Unidos, junto con tantas personas importantes que construyeron SpaceX, Tesla y cientos de otras compañías que hicieron que este país fuera fuerte, es la H-1B", afirmó Musk en X en diciembre.
Creada en 1990, la visa H-1B fue diseñada para fomentar la inmigración de trabajadores altamente calificados, como científicos, ingenieros y educadores. Se trata de una visa temporal con una duración inicial de hasta tres años, renovable por otro período similar. Su impacto en Silicon Valley fue inmediato, convirtiéndose en un recurso fundamental para la contratación en el sector tecnológico.
Desde su implementación, el número de visas otorgadas anualmente ha fluctuado. En 1992 se emitieron 48.600, mientras que en 2001 el número llegó a 163.600. Desde 2006, el límite anual está fijado en 85.000 visas, de las cuales 20.000 están reservadas para trabajadores extranjeros que obtuvieron un título de maestría o doctorado en universidades estadounidenses.
Según cálculos de Forbes, aproximadamente el 12% de los multimillonarios de Estados Unidos son inmigrantes. Sin embargo, solo un puñado de ellos se benefició directamente de la visa H-1B en las primeras etapas de sus carreras.
Después de graduarse en ingeniería eléctrica en la Universidad de Toronto, Skoll ingresó a la escuela de negocios de la Universidad de Stanford para obtener un MBA. Allí conoció a Pierre Omidyar, fundador de eBay, quien lo contrató en 1995 como presidente de la startup. Inicialmente, trabajó en eBay con una visa de estudiante J-1 durante 18 meses antes de obtener la H-1B. Hasta el día de hoy, sigue siendo un firme defensor de este sistema.
"Las universidades estadounidenses simplemente no gradúan a suficientes personas para cubrir la demanda de estos puestos", sostiene Skoll, refiriéndose a empleos en tecnología, salud y ciencia. "La visa H-1B es una herramienta esencial para atraer trabajadores calificados y suplir esas carencias", expresa.
El fundador y director ejecutivo de la ahora omnipresente empresa de videoconferencias Zoom enfrentó ocho rechazos a sus solicitudes de visa antes de conseguir finalmente una H-1B en 1997, lo que le permitió trabajar en la startup de conferencias web WebEx, en Silicon Valley.
"Me dije a mí mismo: 'Haré todo lo que pueda hasta que me digas que nunca más puedo venir acá'", contó Yuan a Forbes en 2019.
Pasó 14 años trabajando en WebEx y luego en Cisco, que adquirió la compañía en 2007. Finalmente, decidió fundar Zoom, una plataforma competidora con sede en San José, California, cuya popularidad explotó con la pandemia de Covid-19.
Nacido en la India, Jain se mudó a Estados Unidos a principios de los años 90 para cursar un MBA en la Universidad de Miami, antes de obtener su visa H-1B.
A partir de 1994, trabajó durante más de dos décadas en la firma suiza Vontobel Asset Management, gran parte de ese tiempo en Ft. Lauderdale, Florida, donde en 2014 llegó a ser codirector ejecutivo.
En 2016, junto a su socio comercial Tim Carver, fundó la firma de gestión de activos GQG Partners, que en 2021 salió a bolsa en la Bolsa de Valores de Australia. Actualmente, la empresa gestiona activos por un valor de 153.000 millones de dólares, y Jain se desempeña como presidente y director de inversiones.
Ullal nació en Londres, pero creció en Nueva Delhi, India, antes de mudarse a Estados Unidos para estudiar ingeniería en la Universidad Estatal de San Francisco y en la Universidad de Santa Clara.
Más tarde, trabajó en empresas de semiconductores de Silicon Valley, como Fairchild Semiconductor y Advanced Micro Devices. Un representante de Ullal confirmó que recibió una visa H-1B, aunque no reveló para qué trabajo específico.
En 1992, se incorporó a la startup Crescendo Communications, que al año siguiente fue adquirida por Cisco Systems. Durante los siguientes 15 años, Ullal fue ascendiendo en la compañía. Desde 2008, es la directora ejecutiva de Arista Networks, una empresa de redes informáticas.
Tras obtener un doctorado en informática en Francia en 1992, Cruanes inició su carrera en Estados Unidos trabajando en Oracle, donde ayudó y eventualmente lideró el equipo de optimización, encargado de mejorar las bases de datos de la compañía.
Antes de unirse a Oracle, pasó siete años en IBM en Europa.
En 2012, cofundó Snowflake, un gigante del almacenamiento de datos basado en la nube. En 2020, supervisó la oferta pública inicial de la empresa por 3.900 millones de dólares, la mayor en la historia del software hasta la fecha.
Cruanes es un inventor reconocido en más de 200 patentes, y su participación en Snowflake tiene un valor superior a los 1.000 millones de dólares.
Hijo de padres que huyeron de China a Sudáfrica durante la Segunda Guerra Mundial, Patrick Soon-Shiong se convirtió en el profesor de cirugía más joven de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en 1983. Más tarde, inventó Abraxane, un exitoso fármaco contra el cáncer.
En 2010, vendió Abraxis BioScience, la empresa detrás de Abraxane, a Celgene por 2.900 millones de dólares en efectivo y acciones. Luego fundó NantWorks, donde actualmente se desempeña como presidente y director ejecutivo.
En 2018, compró los periódicos Los Angeles Times y San Diego Tribune por 500 millones de dólares.
Sobre su experiencia con la visa H-1, predecesora de la H-1B, Soon-Shiong afirma: "Es una prueba viviente del sueño americano en acción". Además, destaca la importancia de diferenciar los distintos tipos de inmigración en el país:
"Si bien las preocupaciones sobre la inmigración ilegal son válidas y complejas, es importante distinguir esas cuestiones de programas como la visa H-1B. Cuando se gestiona bien, esta iniciativa empodera a personas talentosas para impulsar la innovación, fortalecer nuestra economía y enriquecer el tejido diverso de Estados Unidos para las generaciones venideras".
Tras graduarse en la Universidad Tecnológica de Delhi, Raj Sardana se mudó a Estados Unidos en 1981 para realizar una maestría en ingeniería mecánica en el Instituto de Tecnología de Georgia (Georgia Tech).
La oportunidad era grande, pero el camino no fue fácil. Sardana recuerda que llegó a Atlanta con apenas "cien dólares" en el bolsillo. "Empecé mi vida desde cero acá. Conseguí un trabajo en la cafetería de Georgia Tech y me mantuve durante la universidad", cuenta.
Tras graduarse, obtuvo una visa H-1 para trabajar en Howmet Aerospace, una empresa que fabricaba piezas de motores para Pratt & Whitney.
En 1998, fundó la empresa precursora de lo que hoy es Innova Solutions, una firma de servicios de tecnología de la información (TI) con sede en Atlanta.
*Con información de Forbes US.