Algunos lugares son más conocidos por sus fotos de paparazzi que por cualquier otra cosa. Skorpios, una isla privada del Mar Jónico frente a la costa occidental de Grecia, es uno de ellos.
Allí es donde el multimillonario griego Aristóteles Onassis se casó con Jacqueline Kennedy Onassis en 1968. Pero ahora, la isla pasará a ser un lugar de retiro para la élite mundial. Según la reciente aprobación del Gobierno griego, en 2024, se convertirá en un complejo turístico de lujo.
La isla fue heredada por la nieta de Onassis, Athina, que vendió la propiedad a la hija del multimillonario ruso Dmitry Rybolovlev, Ekaterina, en 2013.
Con una factura estimada en unos 200 millones de dólares, el extravagante proyecto (denominado VIP Exclusive Club) prevé la creación de una suite principal para que se aloje la familia Rybolovlev.
El paradisiaco entorno cuenta también con un hotel de cinco estrellas, unas diez villas de tamaño grande y mediano, un viñedo, un spa, un complejo deportivo, un lago artificial, un campo de fútbol, una granja y un helipuerto.
1,2 millones de dólares por noche
Según los informes, una estancia de una semana costará a los jetset internacionales alrededor de 1,2 millones de dólares. El número máximo de personas que se podrán alojar será de 50 huéspedes.
El complejo está diseñado por la empresa noruega Snøhetta, reconocida por prestigiosos proyectos como la Biblioteca de Alejandría y la nueva sede del periódico Le Monde en París.
La idea básica es crear una isla verde con el mayor uso posible de su paisaje existente, su estructura y su incomparable belleza, dijo Rybolovlev el año pasado. El objetivo de nuestra familia es crear el primer complejo de alojamiento de lujo de Grecia, situado en una isla privada. Será único en el Mediterráneo. Al mismo tiempo, todas las obras se están realizando con mucho cuidado y en completa armonía con el entorno, finalizó el multimillonario.
En cuanto a la opulenta villa rosa en la que se alojó Jackie, Rybolovlev no se ha decidido, al parecer, si la convertirá en un museo o la dejará como residencia.
Por supuesto, se conservarán la pequeña iglesia ortodoxa. Así como las tumbas de Aristóteles, Alejandro y Cristina Onassis, siguiendo un acuerdo privado firmado entre la familia rusa y la propia Athina Onassis.
*Nota publicada en Forbes España