Depende de a quién se le pregunte, Charles Koch es un titán de la industria, un operador y donante anónimo de la política o el Marco Aurelio del movimiento libertario. Pero pronto Koch podrá ser conocido como el multimillonario que convenció a los republicanos y demócratas resistentes del Congreso a votar para legalizar el cannabis a nivel federal. Y no es porque él sea marihuanero. La única vez que el CEO de Koch Industries, de 85 años, consumió marihuana, dice, fue por accidente en los 80. Estaba esquiando en helicóptero en British Columbia y, luego, él y sus amigos disfrutaron de unos gin tonics en la comida.
De postre, el chef trajo un plato de brownies. Koch comió uno y después de un rato se sintió tocado. No sabe quién infusionó los dulces con marihuana, pero asegura que conoce a muchos amigos exitosos -médicos, abogados y otros profesionales- que fumaron marihuana.
Aunque Koch no sea un gran fanático para su consumo, está siendo público con una creencia de larga data: el cannabis debería ser legal a nivel nacional. Así que está poniendo su nombre, y casi US$ 25 millones de su fortuna de US$ 45.000 millones, para influenciar una reforma judicial-criminal y la legalización. Brian Hooks, la mano derecha de Koch, dice que un buen parámetro de lo que Koch y su red están dispuestos a gastar es ver lo que ya pusieron en estos temas: unos US$ 70 millones los últimos dos años.
Debería ser una elección personal, dice Koch desde su oficina de Koch Industries en un amplio complejo de granito en Wichita, Kansas. La prohibición es contraproducente. Arruina la vida de la gente, crea conflicto en la sociedad y es antiprogreso. Nunca tuvo sentido para mí. A nivel nacional, la marihuana es ilegal en Estados Unidos desde 1937, pero los tiempos están cambiando. A la fecha, 37 estados legalizaron su uso medicinal, 18 permiten el uso para adultos, y alrededor del 70% de los estadounidenses creen que el cannabis debería ser legal.
Sin embargo, más allá de las leyes estatales, la prohibición federal crea muchos problemas: las empresas de cannabis pagan impuestos a una tasa punitiva, tienen dificultad para acceder al sistema bancario y no pueden entrar fácil a los mercados públicos. Son grandes problemas para una industria que generó más de US$ 17.500 millones en ventas legales el año pasado, un número que se espera que llegue a US$ 100.000 millones en 2030.
En julio, los senadores Chuck Schumer, Cory Booker y Ron Wyden, todos demócratas de estados que legalizaron el uso recreacional, presentaron un largamente esperado proyecto de ley de legalización federal. Sin embargo, sigue siendo una posibilidad remota. Al menos 10 senadores republicanos -y los 50 demócratas- tendrían que aprobarlo, y Schumer admite que todavía no tiene los números. También está la posibilidad de un veto: el presidente Biden no apoya la legalización.
Sentado en el escritorio frente a una pintura de su fallecido padre Fred, quien fundó Koch Industries como una empresa de petróleo y energía en 1940, Koch explica que, como devoto libertario, ve a la prohibición de cannabis como un incumplimiento básico de la libertad personal, además de una política pública destructiva que suma al problema de encarcelamiento masivo del país. Los Estados Unidos deberían haber aprendido de la pesadilla de la prohibición del alcohol hace un siglo, añade.
Criminalizar el cannabis tiene enormes manifestaciones negativas, no solo para los individuos que quedan atrapados en ese sistema, sino para la sociedad, asegura. Queremos una sociedad que empodere a las personas a alcanzar su potencial y contribuya, pero con estas leyes se bloquea a millones de personas. Más que nada, Koch ve a la legalización de la marihuana como el comienzo del principio de la guerra federal sobre las drogas. Acá, el rey de la filosofía moderna recurre a un economista francés del siglo XIX en busca de sabiduría. Para que una ley sea respetada, debe ser respetable, dice Koch, parafraseando a Frédéric Bastiat.
Finanzas en alto
Estos ocho multimillonarios están al frente de la revolución del cannabis, ya sea con sus propias empresas de marihuana, agitando la legalización o prendiendo uno en streaming.
1. Jeff Bezos - Fortuna: US$ 208.300 M
En junio, antes de que Bezos dejara de ser el CEO de Amazon, la compañía anunció que empezaría el lobby para que se apruebe la legalización federal del cannabis.
2. Elon Musk - US$ 161.300 M
En 2018, el CEO de Tesla fumó en el podcast de Joe Rogan y tuiteó que estaba considerando que Tesla vuelva a ser privada a US$ 420.
3. Bill Gates - US$ 130.300 M
En 2014, el cofundador de Microsoft reveló que había votado para legalizar la marihuana en su estado natal de Washington.
4. Dustin Moskovitz -US$ 25.000 M
El cofundador de Facebook apoya la legalización desde 2010, cuando donó US$ 70.000 para una iniciativa que no prosperó en California.
5. Beau Wrigley -US$ 3.300 M
El heredero de la fortuna de chicles es CEO de Parallel, una firma de marihuana que está saliendo a bolsa vía SPAC a una valuación de US$ 1.800 millones.
6. Sean Parker - US$ 2.700 M
El cofundador de Napster y primer presi - dente de Facebook donó millones para la Propuesta 64, la iniciativa de 2016 de California que legalizó el uso recreacional en el estado.
7. Boris Jordan - US$ 2.100 M
El presidente de Curaleaf, una de las compañías de cannabis más grandes del mundo, se convirtió en la primera persona en ser multimillonaria por la marihuana en 2019.
8. Jay-Z - US$ 1.400 M
La marca de marihuana de alta gama del magnate del hip hop, Monogram, vende cigarrillos premium hechos a mano de US$ 50