Empieza el último mes del año y la banca ecuatoriana analiza lo ocurrido en el 2024. Los datos señalan que los depósitos crecieron, que la mora se ubica en 3,7 % y que la colocación de crédito se ha ralentizado. Forbes Ecuador habló con Marco Antonio Rodríguez, Presidente Ejecutivo de Asobanca, el gremio de los bancos ecuatorianos. El dirigente repasa los efectos de medidas como las contribuciones especiales o la eliminación de la exención tributaria del ISD. También habla de los efectos de la crisis energética y se anima a lanzar proyecciones para el primer trimestre del 2025.
Según Rodríguez, "la banca ha atravesado un año con complejidades en la liquidez y esa restricción ha empujado las tasas pasivas hacia arriba con un impacto en la expansión crediticia y en la inclusión financiera".
¿Cómo ha sido el 2024 para la banca ecuatoriana?
Para el sistema financiero, al igual que para otros sectores, el 2024 ha sido muy desafiante porque la economía del país ha atravesado por momentos complejos por temas de seguridad, por temas de liquidez y, ahora, con temas energéticos. Todos esos asuntos se reflejan en el estado de una de las fuentes de fondeo como son los depósitos. Hoy por hoy, los depósitos de la banca llegan a US$ 50.898 millones, un crecimiento de 14,3 % frente a octubre del 2023 (US$ 44.535 millones). La recuperación de los depósitos en los últimos cuatro meses se debe a las exportaciones y las remesas de los migrantes, lo que coadyuva al sostenimiento de la actividad. Sin embargo, no hay que olvidar que al inicio de este año se establecieron impuestos o contribuciones que no tenían relación con aquellos tributos que ya tenía la actividad financiera. Me refiero a la contribución especial de la banca que alcanzó los US$ 184 millones; también tuvimos el incremento de la autorretención para el sector bancario, que ya desde 2020 era objeto con un coeficiente de 1,7% y que ahora subió a un rango de entre 4 % a 5 %, lo que implica cerca de US$ 380 millones, según nuestras proyecciones.
¿En el 2023 cuanto sumó la autorretención?
El año pasado fueron US$ 117 millones y este año vamos a los US$ 380 millones. Es un incremento sustancial. Otro elemento que se estableció es la eliminación de la exención tributaria del ISD. Desde que se creó el Impuesto a la Salida de Divisas existían ciertos elementos exonerados del ISD y uno de ellos fue el pago o amortización de capital e intereses de créditos que se conseguían en el exterior. Así cualquier entidad bancaria traía recursos desde el exterior y al momento de pagar el interés y el capital no estaba sujeto a una retención del ISD. Se entendió que gravar con el ISD causaba un encarecimiento de la llegada de recursos frescos desde el exterior. Este año se eliminó esa exención y desde febrero los créditos están sujetos a retención del ISD, lo que impactó en la obtención de recursos. En los últimos tres años los bancos han traído ente dos mil y tes mil millones de dólares al país y lo bueno de estos recursos es que son dados por multilaterales o por fondos creados con fines específicos y llegaban para ser canalizados para pymes, para créditos para mujeres y ahora se dificulta su llegada. De los cálculos que hemos hecho, el ingreso para el Estado por esta retención no es sustancial, es de unos US$ 60 millones al año, pero sí impacta en la llegada de recurso frescos. Todo esto ha impactado en la actividad bancaria y el incremento del peso tributario se refleja en la disponibilidad de recursos.
¿Qué ha pasado con el crédito?
Está ralentizado, crece, pero no al mismo ritmo con el que venía creciendo. Hasta octubre venía creciendo a un ritmo de 7,7 %, sin embargo el año pasado crecía un 9,8 % y hace dos años casi al 14 %. En octubre de este año, la cartera total de crédito estuvo en US$ 44.851 millones, en octubre del 2023 llegó a US$ 41.643 millones y en octubre de 2022 fue de US$ 37.947 millones. Hay un crecimiento, pero no con la velocidad que quisiera el sector bancario privado. Un estudio del Banco Central del Ecuador muestra que la decisión de tomar un crédito está diferida, por diversos motivos.
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El tema de la morosidad...
Gracias al manejo técnico y conservador de la banca la mora esté en 3,7 %, un nivel bastante adecuado. Muchas veces la gente, los políticos olvidan que los recursos que se prestan son de los depositantes y que la primera obligación de la banca es la preservación y la eficiente administración de sus recursos. Cuando hablo de mora me gusta señalar que todo negocio sabe que existe la eventualidad de que el pago se demore y los bancos sabemos lo mismo. Para evitar eso existen las provisiones, lo que permite tener un índice de cobertura crediticia que hoy es de 1,8, lo que quiere decir que por cada dólar que podría estar en mora los bancos tienen US$ 1,8 en reservas para contener este riesgo. Sin embargo, los elementos de la economía con cierres de negocios por seguridad o temas energéticos hace que la banca esté atenta a controlar la posibilidad de que la mora siga creciendo.
¿Cómo avanza la ejecución de los alivios financieros?
Fue la Asobanca quien días antes de que se emitan esas normas anunció que los miembros de la asociación iban a avanzar en los alivios financieros, que se reflejan en un diferimiento de cuotas de hasta 90 días en segmentos de microcrédito, consumo, vivienda y tarjetas de crédito. La banca, de manera permanente, lleva adelante estos procesos, la banca está siempre dispuesta a avanzar en procesos de refinanciamiento, reestructuración y diferimiento de cuotas. En esta coyuntura de la crisis energética había algunos aspectos técnicos que debían reglamentarse de parte de la Junta de Política y Regulación Financiera, además había que avanzar internamente en las instituciones en modificaciones técnicas y operativas para que la banca pueda establecer los mejores mecanismos. Durante la pandemia ya aplicamos algo similar y en ese momento representó un alivio financiero de unos US$ 10.000 millones en cartera de crédito, un tercio de la cartera de ese entonces. Allí encontramos que no todos los clientes o empresas necesitaron el mismo nivel de alivio o apoyo. Algunos necesitaban un mes, tres meses, otros necesitaban un nuevo crédito, y ahora está pasando lo mismo y cada institución tiene su mecanismo.
¿Qué tipo de negocios está requiriendo estos alivios financieros?
Esperamos tener esos datos en este mes. Para tener una idea de cuántos clientes podrían acceder a esto hay que anotar que son 700.000 personas que tienen operaciones de microcrédito, 2,5 millones de personas tienen créditos de consumo y otros 2,5 millones tienen saldos activos en tarjetas de crédito. En consumo y microcrédito se podrían concentrar los alivios. El tema de tarjeta de crédito tiene un comportamiento distinto, mucha gente prefiere pagar su tarjeta porque es un mecanismo que le permite mantener activo su negocio. En la pandemia 2,2 millones de personas accedieron a alivios financieros. Pero en esta coyuntura no me atrevo a dar un diagnóstico, prefiero esperar las cifras.
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¿Y cómo viene el 2025?
Viene otro año desafiante. Miramos que quizás los mismos temas que vivimos este año no se van a resolver completamente. Aún esperamos ver qué pasará en temas como energía o en seguridad. Los bancos, con la recuperación del nivel de depósitos, se encuentran líquidos y dispuestos a impulsar y sostener el crédito. En el primer trimestre del 2025 podemos esperar un crecimiento del 7 %. Pero esto nos invita a pensar en una recuperación del crédito, igual habrá que esperar como vienen los desembolsos de los multilaterales que se esperan para final de año, cómo se comportan las remesas, con cambios políticos externos en Estados Unidos, qué pasará con los mercados externos y las exportaciones.
¿Riesgos?
Siempre están los riesgos políticos. Hoy se discuten reformas legales en la Asamblea que podrían ser un escenario positivo para corregir el distorsionado sistema de tasas de interés que tenemos en el país que, según estudios locales y extranjeros, ha causado exclusión financiera. Hay que prestarle atención a esta discusión en la Asamblea. Hoy se está construyendo un informe para segundo debate en la Comisión de Régimen Económico y si se cumplen los tiempos legislativos se puede tener un segundo debate en febrero próximo, justo en medio de la campaña política. (I)