Miguel Ángel González siempre tiene una perspectiva positiva para todo. Siempre veo el vaso medio lleno, es la esencia del sector productivo, un negativo no puede ser emprendedor, dice el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG). Desde esa visión, el gremio mantiene altas expectativas, sin pensar en la línea política de la nueva administración municipal en el Puerto Principal, del alcalde Aquiles Álvarez. Luego de 31 años del liderazgo del Partido Social Cristiano (PSC), la ciudad comenzó este 14 de mayo de 2023 una nueva era. El sector está dispuesto a aportar, sumar, proponer y ayudar en una agenda común para convertir a la urbe en un destino atractivo para las inversiones, moderna, de vanguardia e inteligente.
La prioridad de la ciudad es atender el tema de inseguridad, dice. Para eso, los gremios productivos han creado un comité de emergencia por la seguridad, donde se integrarán otros sectores de la sociedad civil, como la academia, que articulará propuestas para las autoridades. Otros temas clave son la eficiencia en la gestión, formar talento humano y generar incentivos locales. Pero también considera que, en temas nacionales, como la inversión y el empleo, debe existir un consenso país, y explica que el sector productivo trabaja para llevar ese liderazgo y convertirse en el articulador de propuestas y del diálogo para lograr acuerdos nacionales y locales.
González, de 43 años, también es presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, empresario del sector ferretero e industrial. Se graduó de economista en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). Tiene un máster en Administración de Empresas, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra; otro en Estrategia Comercial, por la U. Autónoma de Barcelona; y, uno en Programación Neurolingüística.
Guayaquil comienza un cambio de era, luego de 31 años de administración socialcristiana, la nueva autoridad municipal es de una línea política distinta, ¿cuál son las expectativas del sector comercial que el motor económico de la ciudad?
Siempre tenemos altas y buenas expectativas de las autoridades electas en las urnas, siempre decimos que nuestra lealtad es con la ciudad, el país, y el bienestar de todos, y no con un partido político en particular. Desde la perspectiva gremial, apoyamos a la autoridad y no al político, e intentamos trabajar con las autoridades buscando apoyarlas, para que les vaya bien, porque el éxito de la autoridad es el éxito de la ciudad.
Pero no se puede desconocer que el alcalde Aquiles Álvarez es de una línea política distinta a la socialcristiana.
Sí, es distinta, pero aspiramos que venga con las intenciones de mejorar la ciudad y agregarle valor. Nuestro rol es ayudarle a que trabaje por el bien de la ciudad y, si en algún momento hay que levantar la voz, lo vamos a hacer, sin embargo, aspiramos a que las autoridades pongan primero a la ciudad por encima de los intereses políticos.
¿Por dónde arrancarían, se necesita una agenda común?
Con todas las autoridades primero damos un paso para acercarnos, para tender puentes, y decir: 'aquí estamos como gremios productivos a disposición de lo que sea necesario, para sumar y agregar valor'. No somos ni partidistas ni políticos, representamos al sector que quiere que le vaya bien al país.
¿Cuál es la propuesta?
Los distintos gremios de la ciudad hemos creado un comité de emergencia por la seguridad, donde estamos uniendo a otros sectores de la sociedad civil, como la academia, para dar soluciones. Este tema es complejo, urgente y una de las ideas centrales, después de haber hablado con expertos de México y Colombia, es que al crimen organizado se combate de manera organizada. Tenemos que unirnos para tener un plan hecho por expertos, liderados por las autoridades que tienen las competencias, y decirle a cada actor de la sociedad civil cuál es su rol en esta misión común.
Pero ese es el deber ser, en la práctica ¿cómo se traduce?
Lo primero es generar este compromiso de los distintos actores. Parece sencillo, pero en Ecuador hemos estado acostumbrados a jalar cada uno para su lado y defender su metro cuadrado, es algo que debemos vencer, aprender a trabajar juntos. Estamos dando pasos. En el tema de seguridad hay una Corporación de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, donde los gremios somos parte del Directorio, y hemos solicitado que haya una primera reunión para conocer el plan, para nutrir y aportar, y preguntar ¿qué necesitan del sector privado?
¿Han encontrado esa sinergia con las nuevas autoridades, después de una época municipal cercana al sector empresarial?
Sí, tenemos que ver qué es lo que nos van a plantear, por eso estamos dando un voto de confianza y tenemos una actitud dispuesta a sumar, apoyar, sugerir. Es una línea política diferente, pero al final los gobiernos seccionales son más administrativos que políticos y tienen funciones muy prácticas para una ciudad que requiere eficiencia en la gestión, administrar bien los recursos y solucionar bien los problemas.
La gestión de las políticas locales, vía ordenanzas y manejo de recursos públicos, ¿es clave para producir?
Exactamente, es la gestión del tránsito, la recolección de basura, poner orden, y los servicios públicos que son de la vida diaria de una ciudad para que funcione bien. Hay un tema que requiere atención prioritaria, la seguridad, y es ahí donde nos vamos a concentrar todos, si bien somos el Puerto Principal, ahora estamos siendo atacados con vacunaciones, extorsiones, si se golpea al comercio se golpea al empleo y al motor económico del país. Pero aún, a pesar de todas esas dificultades, el comercio sigue avanzando, nunca se rinde, nos gusta ver el vaso medio lleno y las ventas siguen creciendo.
Jaime Nebot impulsó temas como el dragado del canal de acceso a los puertos, sitios turísticos, obras públicas, que contribuyeron al movimiento económico, ¿cuáles son ahora las prioridades?
Hemos venido planteando la necesidad de construir el 'quinto puente', que es sumamente importante para la ciudad y el país porque conectará con los puertos, ahorrará costos, tiempo, generará empleos, impulsará el comercio, son obras grandes que están detenidas. Hemos escuchado al Alcalde sus propuestas, hay que explorarlas, porque Guayaquil debe tender a ser una ciudad inteligente, moderna, de vanguardia, del Primer Mundo. El Municipio tiene Épico que es la empresa para impulsar la innovación y el emprendimiento.
Aparte de la seguridad, ¿cuáles serían las otras tres prioridades para tener las cuatro patas de una ciudad?
Hay cosas que no dependen de una ciudad sino de políticas nacionales, como las laborales y tributarias, pero desde la ciudad sí se puede trabajar en ciertos atractivos tributarios, en formar y capacitar talento humano, en tener una urbe ordenada, donde las cosas fluyan, y que las políticas sean claras, y que la inversión pública sea muy bien enfocada.
Usted mencionaba que las pérdidas en el comercio de Guayaquil pueden llegar a US$ 1,000 millones al año por inseguridad, ¿es así?
No hay un cálculo nacional, hay generales internacionales, se dice que un país pierde por delincuencia hasta el 3,5 % de su Producto Interno Bruto (PIB). Si eso lo trasladamos a Ecuador, podemos hablar de US$ 3.000 a 3.500 millones que se podrían perder. Es necesario enfocarnos en hacer de Guayaquil una ciudad segura y luego que tienda hacia la modernidad para que atraiga turismo, inversiones, miles de emprendimientos.
Una ciudad moderna, necesita fluidez en el tránsito, pero Guayaquil y su zona conurbana está estrangulada, ¿qué hay que hacer?
La movilidad es muy importante, la actividad comercial se nutre de las condiciones que una ciudad genera para el emprendimiento y para la inversión. Recordemos que, para que se desarrolle y haya empleo, debe haber actividades productivas, solo así se genera empleo. Tenemos que crear las condiciones en una ciudad o país para que sea atractivo a la inversión nacional o extranjera.
El Gobierno acaba de presentar una reforma tributaria, ¿cuáles son las propuestas del gremio?
Lo primero es que estas propuestas sean hechas y conversadas con el sector productivo. Por esencia, cuando se necesita impulsar la economía es bueno reducir impuestos porque deja más circulante en manos de la gente, del emprendedor, de los empresarios, la única manera de crecer es generar actividad productiva. Pero no se termina de entender en el país. Así como debe haber un consenso nacional por la seguridad, también debemos tenerlo por la inversión y el empleo, cuando hablan de empleo no podemos dejar de hablar de inversión. Pero hay que preguntarle a un político cuando dice que va a generar empleo, cuánto va a generar en inversión para tener más empleo.
Pero también hay que ponerse de acuerdo con los trabajadores.
Desde el sector productivo creemos que es necesario ponernos de acuerdo entre los distintos actores de la sociedad. Si vivimos en democracia, la única manera de salir adelante es teniendo la capacidad de lograr acuerdos, las confrontaciones no nos han sacado del subdesarrollo, lo que la ciudadanía exige de los líderes es que tengan la capacidad de lograr acuerdos y solucionar los problemas. El tema laboral está muy hablado, nuestra propuesta es ponernos de acuerdo entre trabajadores y empleadores. Entrar a un proceso de diálogo y negociación que permita humo blanco, con una metodología profesional, técnica, imparcial, con facilitador externo, un tercero, nacional o internacional, y que nos sentemos en varias rondas. Y al final resulte un documento.
¿Quién va a llevar el liderazgo?
Ya lo estamos llevando, personalmente, como presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), estoy conversando con la contraparte que es el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), que tiene también la buena disposición. Vemos con optimismo y nos va a tocar ceder a ambas partes. Un acuerdo no puede ser todo para mí, nada para ti, ni puede ser yo gano, tú pierdes. Tenemos que ceder.
¿Hay oportunidad para ese acuerdo, en un escenario convulso, como la actual crisis política?
La inestabilidad política también es enemiga de la prosperidad económica. Nosotros decimos a manera de metáfora: 'Cuando la incertidumbre entra por la puerta, la inversión sale por la ventana, y lo que termina quedándose es el desempleo. Y es la triste realidad del Ecuador, si lo que más se requiere es inversión debemos darle la bienvenida. Por eso, 138 gremios hicimos un comunicado, rechazando las actitudes políticas de confrontación, cuando se debe trabajar en los temas urgentes que necesita el país. Hoy hay que unirse por el tema de seguridad, y luego por el empleo y la inversión que son las otras prioridades. Como sector productivo estamos conscientes y una de las resoluciones del consenso empresarial de Manta es que debemos tener un trabajo más intenso para reducir las desigualdades y brechas sociales. Nuestro compromiso social tiene que ser mucho más de lo que hemos hecho.
¿El sector productivo también se puede convertir en el tercer actor en temas polémicos entre Gobierno Nacional y gobiernos locales, que han sido evidentes en los últimos tiempos?
Sí y es otra de las definiciones de Manta, tenemos que participar activamente en asuntos de interés público, porque la sociedad civil tiene que presionar para que la política haga su trabajo. La realidad es que la clase política toma las decisiones para el país, pero si vemos que está apuntando para otro lado, tenemos que presionar y levantar la voz, y es momento de que la sociedad civil reclame, exija, y pida a los políticos que trabajen por resolver los problemas del país, no queremos confrontación, queremos cooperación entre ellos.
¿Cómo se evita que esa sociedad civil no se convierta en 'fuerza de vivos', como se denominó en épocas pasadas, sobre todo en Guayaquil?
Tenemos que confiar en la institucionalidad, hoy en el sector productivo hay líderes muy confiables, sí como en la academia, y tenemos que juntarnos ente quienes nos preocupa el país, para construir visión país. No es lo que a mí me conviene, sino al Ecuador. Y sí se puede salir del subdesarrollo, como Singapur lo hizo en 20 años, solo hay que hacer lo correcto y que la ciudadanía empiece a ser más activa, presionando a la clase política de lo que debe hacer, proponer soluciones, trabajar juntos.
Las ventas crecen a menor ritmo, en febrero crecieron 2 % con respecto al mismo mes que 2022, ¿qué ocurre con el consumo?
A mí me gusta resaltar ese espíritu del empresario, del emprendedor, del que sale a trabajar día a día, y que no se detiene. El crecimiento lo puede ver desde el lado optimista o pesimista, yo siempre veo el vaso medio lleno, esa es la esencia del sector productivo, alguien negativo no puede ser emprendedor. Estamos creciendo no al nivel que desearíamos. Para que un país salga del Tercer Mundo debe crecer 7, 8, 9, 10 %, China creció 12 %, y ya es la segunda potencia, crecer al 1,5 %, 2 % no nos va a alcanzar, por eso retornamos al tema de cómo hacemos que Ecuador sea más competitivo y atractivo a la inversión. Entre todo lo negativo también hay cosas positivas, como el acuerdo con la Unión Europea (UE), más de 250 productos ecuatorianos han entrado por primera vez a ese mercado.
Y el acuerdo con China, ¿puede afectar a los comerciantes?
Rescato la capacidad del sector productivo de haber podido ponerse de acuerdo, ya que China era un país que generaba temor porque dicen que es una competencia desigual, desde el sector productivo formamos el llamado cuarto adjunto, que es ese grupo del sector privado que ayuda al equipo negociador del sector púbico. Hubo un buen trabajo para conseguir lo mejor para el país
¿Nos van a invadir o no de productos chinos?
El país debe hacer un serio trabajo de competitividad, hay que ver el tema laboral, tributario, las condiciones para inversión, tramitología, y es un requisito sine qua non para entrar a los acuerdos comerciales. ¿Vamos a ser inundados? Ya lo estamos. Pero veamos la otra parte, hay que trabajar en el orgullo de los productos nacionales, las importaciones se hacen más baratas y significa que los consumidores tendremos más acceso, y la industria gana porque puede comprar la materia prima e insumos más barato. Tenemos que ver cómo hacemos para que Ecuador sea ganador en su capacidad productiva. (I)