Un aeropuerto es un espacio donde el tiempo corre pero la geografía se disuelve. Es un terreno de mero tránsito donde estar lo mínimo y solo como trampolín hacia un verdadero destino.
Bueno, no siempre. Hay algunas estaciones aéreas donde cuesta más estar atento a las pizarras que marcan los horarios de embarque porque todo alrededor es asombroso. Es el caso de iGA, el aeropuerto de Estambul, Turquía, identificado por la sigla IST, que se define como el “punto de encuentro del mundo” y que se caracteriza por la diversidad de sus servicios y el volumen de sus operaciones.
Allí, la calidez local que se percibe al recorrer el aeropuerto entibia los números fríos que acumula desde su apertura: 288 millones de pasajeros en los últimos cinco años, pandemia mundial mediante, y casi 2 millones de vuelos en el mismo período a 315 destinos del mundo; 181 áreas de compras y 1 millón de m2 de estacionamiento son apenas algunas de sus impactantes cifras.
İGA es el proyecto de infraestructura más grande de Turquía y se inauguró tras 42 meses de construcción, aunque sigue expandiéndose. Se prevé que, una vez que estén completadas todas las fases de la obra, reciba hasta 200 millones de pasajeros anuales.
El aeropuerto contiene a toda esa enorme cantidad de gente con servicios de lo más variados. Desde un museo que alberga piezas de otros 29 de todo el país (13 euros la entrada, abierto los 365 días del año), hasta biblioteca, salas para personas con discapacidad, hotel, terrazas para los que no fuman, 13 espacios para los que sí lo hacen, el primer mirador de Turquía para fanáticos de los aviones y mucho más.
Servicios 5 estrellas
El museo del aeropuerto iGA exhibe actualmente 316 piezas con el objetivo de dar a conocer la cultura y la historia turca a los ciudadanos de todo el mundo, en una superficie de 1.000 m2. Contiene desde materiales históricos hasta muestras interactivas acerca del trabajo de los pioneros de las ciencias y la tecnología que garantizan horas de aprendizaje entretenido.
Si no se quiere gastar nada, la biblioteca de la estación aérea cuenta con una colección de aproximadamente 2.000 libros de diversos géneros, ebooks y audiolibros para niños y adultos. Presta los materiales todos los días de 7 a 23, y los ejemplares que se retiren pueden devolverse en cualquier biblioteca pública del país. Y viceversa: de ese modo, el visitante puede disfrutar de la lectura durante toda su estadía en Turquía.
Ya habíamos contado acá los servicios premium del Vip Lounge. Pero hay más en materia de hospitalidad. YOTEL Istanbul Airport es uno de los hoteles de aeropuerto más grandes del mundo y el mayor de Europa, con un total de 451 cabinas (habitaciones) en dos sectores: uno “terrestre” y otro, “aéreo”.
Si bien cualquiera puede reservar un cuarto en el lado terrestre, solo las personas que viajen al extranjero pueden pedir uno en el aéreo. Ambos sectores ofrecen alojamiento cómodo y práctico con cabinas de última generación.
Están equipadas con SmartBeds de ajuste ergonómico, televisores inteligentes compatibles con los dispositivos móviles de los viajeros para ver contenidos personalizados, iluminación ambiental dinámica, duchas de lluvia monzónica y Wi-Fi de alta velocidad gratuito.
Además, en YOTEL hay salas de varios tamaños para reuniones; áreas de descanso; autoservicio de comidas y bebidas, restaurante y gimnasio. Y las estadías mínimas son de apenas 4 horas.
En caso de que se busque un espacio privado para descansar que sea más reducido que un cuarto de hotel, el aeropuerto cuenta con 44 cabinas que se toman por hora a un valor de 10 euros durante el día y 15 por la noche.
Ahora, si el pasajero prefiere apenas una breve siesta, también encuentra donde: hay 6 iGA Napzones, gratuitas y con una capacidad total para 278 personas.
Si la idea no es dormir sino disfrutar de un área de relax, la terminal cuenta con tres zonas para ver televisión, desde cómodos sillones. Y si se desea una ducha, un sector de vestuarios propone refrescarse a cambio de 10 euros.
Para quienes busquen un tratamiento más completo, el spa ofrece paquetes y servicios de masajes, dos peluquerías y manicuría.
Propuestas para todos los públicos
En la gigantesca estación aérea, los interesados en la sostenibilidad tienen una actividad doblemente atractiva, para uno mismo y la comunidad: pedalear en una bicicleta fija por 10 minutos. ¿Qué ganan? Además de quemar 100 calorías en ese lapso, las eco-bikes otorgan como recompensa descuentos exclusivos en locales gastronómicos y en el duty free. Y si 1.000 personas se ejercitan sólo 10 minutos, se genera electricidad suficiente para abastecer a cinco hogares durante un mes.
Los servicios de salud del aeropuerto están integrados por un equipo de 144 personas, incluidos 24 médicos, 95 paramédicos y dentistas, más aparatos de RX y laboratorio clínico. Paralelamente, se ofrecen zonas de comedor designadas específicamente para las personas con discapacidad que prefieran espacios tranquilos. Hay una cafetería accesible para personas sensibles al ruido, mapas táctiles, un quiosco de información digital con servicios de lengua de signos, estaciones de carga de sillas de ruedas eléctricas y dos salas exclusivas para Very Special Guests, con juguetes, zonas de descanso y paredes insonorizadas.
Esos lugares integran un plan que también contempla facilitar los trámites aeroportuarios de las personas con autismo, síndrome de Down, parálisis cerebral, demencia, Parkinson, epilepsia o cualquier otra situación que determine la necesidad de un entorno cuidado.
A su vez, para minimizar los inconvenientes de desplazamiento que pueden tener las personas con discapacidades invisibles, el aeropuerto propone la iniciativa Sunflower Lanyard, un programa de sensibilización que permite al personal identificar a quienes se hayan registrado y brindar apoyo.
Los pasajeros y visitantes del aeropuerto iGA de Estambul también disponen de instalaciones de culto. Hay 44 masjids (mezquitas), 22 de ellas designadas para mujeres y 22 para hombres. Y tres salas de oración abren sus puertas a personas de todas las creencias religiosas.
No queda segmento de viajeros sin atender. Los pasajeros de entre 15 y 30 años pueden disfrutar de la zona Youth Lounge, con juegos digitales y de mesa, proyector, sistema de audio, aperitivos, novelas, cómics, puntos de carga para dispositivos y 4 horas gratis de WIFI.
¿Y los fanáticos de la aviación? Obviamente, son bienvenidos. Tanto que el aeropuerto inauguró el 1° de junio pasado la primera zona oficial Spotter de Turquía para quienes desean sacar fotos y más fotos de aviones. Está abierta los sábados por la tarde, para presenciar en primera fila despegues y aterrizajes con una vista privilegiada de la pista 1 y de la torre de control del tráfico aéreo.
En el otro extremo, a los pasajeros que se sienten estresados por la inminencia de un vuelo, el aeropuerto les ofrece la iniciativa "Therapy Dog Project", por medio de la cual 5 perros de terapia especialmente entrenados interactúan con los visitantes para transmitirles su energía positiva.
Los perros los esperan en la zona de salidas internacionales. En el caso de los pasajeros que viajan con sus propias mascotas, la estación aérea brinda 4 alegres salas de relax, que incluyen desde rascadores para gatos hasta bebederos para perros, comida y espacios para jugar.
Combustible sostenible y materia prima reciclada
Precisamente, el aeropuerto de Estambul fue el lugar elegido por Turkish Airlines para lanzar el 5 de junio pasado su programa de sostenibilidad Tomorrow on Board, en coincidencia con el Día Mundial del Medioambiente y en vísperas de que resulte elegida por tercer año consecutivo como la "Aerolínea de bandera más sostenible" en los Premios World Finance 2024.
La industria de la aviación enfrenta un contexto desafiante: representa del 2% al 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.
En ese sentido, Turkish Airlines se destaca por su compromiso de ser carbono neutral para 2050; su plataforma de compensación de emisiones de carbono llamada CO2mission, el uso de combustible de aviación sostenible (SAF), los kits de productos a bordo (desde cepillos de dientes hasta tapones de oídos, pasando por las pantuflas) hechos a partir de materias primas recicladas y las prácticas de gestión de residuos.
"Incorporamos el uso de combustible de aviación sostenible en 2022, y desde entonces hemos ampliado aún más su uso en nuevas rutas”, detalló el presidente del Consejo de Administración y del Comité Ejecutivo de Turkish Airlines, Ahmet Bolat, en el aeropuerto de Estambul, ante periodistas de Argentina y del resto del mundo.
Como muestra de su compromiso activo, la aerolínea presentó allí una exhibición protagonizada por cuatro artistas que crearon instalaciones, pinturas y esculturas a partir de componentes de un Boeing 737 retirado del servicio, uniformes de tripulación, maletas en desuso, alfombras de cabina y telas de asientos.
Puertas adentro, en Turkish reutilizaron bolsos de miembros de cabina hasta convertirlos en calzado infantil. A los niños a bordo, les entregan juguetes de madera elaborados con productos forestales certificados y con tejidos naturales en lugar de plástico.
Sólo en la fabricación de las pantuflas (a partir de algodón y poliéster reciclado) que ofrecen en business la compañía ahorra 400.000 m3 de agua al año. Las toallitas húmedas que se entregan a los pasajeros son biodegradables y sus envases están diseñados con un 70% de plástico reciclado, lo que involucra unas 300.000 botellas al mes.
Al sustituir el agitador de plástico que se sirve con el café en las cabinas por otro de madera se evita el consumo de 18 toneladas anuales de plástico. Y al cambiar el de los tragos de business por uno derivado de la caña de azúcar, otras 20.
Fundada en 1933 con una flota de cinco aviones, Turkish Airlines cuenta actualmente con 439 aeronaves, que vuelan a 345 destinos en todo el mundo, en 129 países.
Con un crecimiento de 60% en el número de pasajeros este año con respecto a 2023, la compañía posee actualmente ingresos totales por US$ 18.400 millones, con un alza interanual del 72%.
En su plan estratégico de negocios hasta el 2033, Turkish Airlines prevé aumentar su flota hasta superar los 800 aviones, con un 95% como mínimo de nueva generación. Estas aeronaves (como el Airbus A321neo y el Boeing 737-9) reducen las emisiones de carbono entre un 15 y un 20% en comparación con las de generaciones anteriores.