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"Turismofobia" en Europa: protestas, prohibiciones, tasas y multas para mantener alejados a los viajeros

Cecilia Rodríguez

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El turismo excesivo crece en Europa y muchos de los destinos más emblemáticos son invadidos por una ola de visitantes.

23 Mayo de 2024 14.00

Binibeca, un pueblito de postal en la popular isla balear de Menorca, en España, tiene todo lo necesario para agradar a los turistas: estrechas calles empedradas, calles serpenteantes, escaleras pintorescas, nombres de calles en azulejos blancos y azules... y todo eso con vistas al azul marino del Mediterráneo.

Aunque la ciudad es, en realidad, una réplica de un auténtico pueblo pesquero y fue construida en la década de 1960, a menudo se la compara con Mykonos, en Grecia, y, al igual que la ultrafamosa isla griega, tiene un grave problema.

Los turistas, muchos miles de ellos, descienden sobre el pequeño pueblo de apenas 1.000 habitantes, especialmente durante el verano, atascando las estrechas calles, haciendo ruido, tirando basura por todas partes, entrando en casas particulares sin permiso, subiendo a terrazas privadas para hacerse fotos y celebrando fiestas en las calles y en las playas.

Ahora Binibeca decidió "rebelarse contra la masificación turística, restringir el acceso a los visitantes y votar el cierre total ante la falta de ayuda de las autoridades para gestionar la saturación estival", explica el diario español El País.

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Binibeca, un pequeño pueblo de pescadores en Menorca.

"El pueblo cierra porque está harto de turistas" informa el diario digital Hoy Aragón. "En lugar de esperar a que actúe el ayuntamiento (el consejo local), los vecinos impusieron nuevas normas a los visitantes".

Para proteger su bienestar, decidieron seguir el ejemplo de otros pueblos y aplicar un horario de visitas, de 11.00 a 20.00 horas, e incluso plantearon la posibilidad de cerrar completamente al turismo si persiste el comportamiento perturbador.

Sin embargo, Binibeca es sólo un ejemplo reciente de los varios destinos desbordados por los turistas que decidieron tomar medidas severas para disuadir a los visitantes.

Residentes hartos

Hartos de la escasez de viviendas, el tráfico, el ruido, la contaminación y la basura, varios de los destinos más emblemáticos de Europa se convirtieron para los residentes locales en lugares invivibles, abarrotados, inseguros e incómodos para los visitantes. La belleza, serenidad y sencillez de muchos de los destinos más idealizados y codiciados de Europa simplemente no pueden sobrevivir a millones de visitas anuales y están cambiando sus campañas turísticas de "vení a nosotros" por estrategias de "los turistas se van a casa".

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Los lugareños protestan contra el "turismo excesivo" y bloquean el túnel de la carretera en la mundialmente conocida ciudad turística de Hallstatt, en Alta Austria. En las pancartas se puede leer: "Límites radicales para el turismo de masas" y "Turismo, Sí. Turismo de masas, No".

"El turismo excesivo está ejerciendo presión sobre los servicios sanitarios, la gestión de residuos, el suministro de agua y la vivienda a costa de los residentes", explica Euronews. "El aumento de la construcción de complejos hoteleros y de viviendas está poniendo en peligro los lugares históricos, la biodiversidad y los recursos naturales".

Por primera vez en la historia del archipiélago, decenas de miles de residentes de las ocho Islas Canarias se unieron el mes pasado para protestar contra el turismo de masas. Sus lemas incluían "Canarias tiene un límite", "Acá vive gente" y "No queremos ver morir nuestra isla". Los manifestantes demandan una ecotasa, límites a la llegada de turistas, una moratoria turística y el control de la construcción de proyectos relacionados con el turismo.

"Las autoridades deben detener inmediatamente este modelo corrupto y destructivo que agota los recursos y hace más precaria la economía", declaró a Reuters Antonio Bullón, uno de los líderes de la protesta.

Turismo insostenible

Las listas de lugares en los que lugareños como los binibecenses protestan contra el turismo excesivo y demandan controles se alarga junto con las de destinos populares como Venecia, Barcelona, Santorini y Dubrovnik, que están reduciendo la llegada de cruceros y añadiendo prohibiciones y multas para controlar el número de turistas y su comportamiento en playas, museos, monumentos y pueblos pintorescos de todo el continente.

Los indicios más recientes de la reacción "antiturística" son literales: una creciente propagación de mensajes en forma de pintadas, carteles y pósteres de los lugareños en los puntos turísticos más frecuentados pidiendo a los visitantes que "se vayan a casa", a veces en términos poco corteses, lo que obligó a los funcionarios locales a abordar el problema.

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Multitud de turistas en la playa de la Barceloneta de Barcelona.

En muchos lugares, los residentes recurrieron a colocar señales falsas de "cerrado" en un intento de disuadir a los turistas de los lugares más populares. Desde los carteles falsos y las pintadas francas hasta las huelgas de hambre, los residentes de los lugares excesivamente turísticos están contraatacando.

Por favor, no nos promocionen

"Aunque los residentes comprenden que el turismo es vital para las economías locales, la paciencia se está agotando y, aunque siempre existieron tensiones entre los lugareños y los visitantes, parece que éstas se convirtieron en algo especialmente pronunciado en los últimos tiempos", escribe el Daily Mail.

Atenas se unió a los muchos lugares de Europa donde los manifestantes muestran su descontento con duros mensajes pintados en las paredes de toda la ciudad, demandando que "¡Los turistas se vayan a casa!", y llamando a "Ni turistas, ni hipsters" y a "Quemar Airbnb". En la isla de Santorini se limitó el número de cruceros que pueden llegar y la Acrópolis de Atenas limitará el número de visitantes al día.

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Un graffiti contra el turismo en Barcelona.

Croacia, uno de los destinos veraniegos más populares de Europa, impuso prohibiciones de circulación en varias de las islas más visitadas. Algunas no aceptan autos ni bicicletas. La situación llegó a tal extremo que los pueblos bonitos y las ciudades pintorescas que carecen de infraestructuras para responder al turismo masivo están pidiendo que se retiren sus nombres de las listas de los destinos "más hermosos" o "mejores".

España tiene un problema

En España, el segundo país más visitado del mundo, el sentimiento antiturístico fue creciendo con especial fuerza. Las islas Canarias se ven especialmente afectadas por el turismo descontrolado y el descontento entre los residentes fue en aumento hasta el punto de que los manifestantes llegaron a hacer huelgas de hambre en Santa Cruz de Tenerife.

En las islas Baleares, las nuevas y estrictas leyes sobre el alcohol pretenden ahogar el turismo de "sol, sexo y sangría" en Ibiza y Mallorca. Las multas por tomar en la calle suben hasta 1.500 euros, se prohíbe a los veraneantes de algunos de los centros turísticos más populares comprar alcohol entre las 21.30 y las 8.00 horas y se impedirá a las embarcaciones de fiesta operar a menos de una milla náutica de determinadas zonas.

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Demostración en Barcelona.

Palma de Mallorca, la capital de las islas, se convirtió en la primera de España en prohibir Airbnb como parte de los esfuerzos de contención del turismo, y medidas similares se aplicaron en otras localidades europeas.

En la península, las protestas también son sonoras: "El centro de Málaga se vio azotado por una oleada de stickers, pegados en paredes y puertas, que dicen a los visitantes lo que los residentes piensan de ellos", escribe Euronews. "Caminá por las calles de Málaga y vas a ver estas pintadas, que van desde las bastante suaves 'esta solía ser mi casa' y 'este solía ser el centro de la ciudad' hasta 'go f*cking home' (a tu puta casa) y 'apestando a turista'".

En la Costa del Sol, una campaña antiturismo se dirigió contra los autos de alquiler y los autos con matrícula del Reino Unido, rajándoles las ruedas y pintándoles grafitis. En Granada, sede de la histórica Alhambra, la ciudad está cobrando entradas y exigiendo reservas. La hermosa ciudad de San Sebastián planea prohibir la construcción de nuevos hoteles y alquileres vacacionales para fomentar un turismo más sostenible.

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Granada, España.

Implantación de límites en todas partes

Algunos países están optando por cobrar tasas para entrar en sus lugares más emblemáticos y aumentar los impuestos turísticos. Italia, que también se encuentra entre los cinco destinos más visitados del mundo, fue aplicando diversas prohibiciones y tasas en los lugares turísticos más solicitados.

En Venecia, los visitantes deben pagar una tasa de 5 euros para entrar algunos fines de semana punta y algunos días entre abril y mediados de julio, según un programa piloto con el que las autoridades intentan disuadir a los visitantes de llegar en los días punta. La ciudad prohibió a los grandes cruceros anclar en su centro histórico después de que la UNESCO amenazara con incluirla en su lista de ciudades en peligro.

Florencia prohibió los alquileres a corto plazo en el centro histórico de la ciudad a través de plataformas como Airbnb, mientras que la famosa Portofino, un conocido destino para influencers y famosos, introdujo una multa de 275 euros por merodear en los lugares donde se toman selfies.

En previsión de los Juegos Olímpicos de 2024, la tasa turística sobre las habitaciones de hotel en París aumentó un 200%, a partir de enero de 2024. Ante la grave escasez de viviendas, las autoridades se disponen a prohibir las cajas de llaves en el exterior de los edificios para disuadir a los propietarios de anunciar sus casas en Airbnb. La medida ya se aplicó en otras ciudades francesas como Niza, Lille y Annecy.

En la región meridional del Algarve, en Portugal, los turistas se arriesgan a multas de entre 200 y 36.000 euros por comportamientos antisociales como poner la música alta o acampar fuera de los campings. La lista de prohibiciones y restricciones en Portugal a las que pueden enfrentarse los viajeros en las playas incluye los juegos de pelota no autorizados, acampar fuera de los campings, pescar en las zonas de baño y el sobrevuelo de aeronaves por debajo de los 300 metros, excepto las destinadas a operaciones de vigilancia o rescate.

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Sobrepoblación turística en Florencia.

La ciudad holandesa más visitada, Ámsterdam, ya no permitirá la construcción de nuevos hoteles, según anunció oficialmente el mes pasado. 2La iniciativa pretende limitar el exceso de turismo y restringir el número de pernoctaciones hoteleras a 20 millones al año", informa Schhengen,news. Ya en 2022 la ciudad lanzó la campaña "Mantenete alejado" para disuadir a los turistas, sobre todo a los jóvenes británicos, de planear fiestas cargadas de alcohol y drogas. 

También limitó el consumo de cannabis al Barrio Rojo y diseñó cafeterías para salvar a los residentes de los turistas que eligen esta ciudad para consumir drogas, entre otras cosas.

En Escocia, los cruceros deberán pagar un nuevo impuesto para hacer frente al "doble desafío" de las emisiones y el exceso de turismo.

La superpoblada ciudad de Dubrovnik, en Croacia, introdujo prohibiciones de dormir en zonas públicas, orinar en espacios públicos, subirse a lo alto de monumentos, comportarse en estado de embriaguez, beber alcohol cerca de espacios públicos protegidos, incluidas las escuelas, y delitos relacionados con las drogas, todo ello castigado con elevadas multas y penas de cárcel.

La turismofobia sigue creciendo

Los gobiernos locales y nacionales de toda Europa se ven presionados para encontrar soluciones al turismo de masas, ya que los residentes locales demandan cada vez más restricciones más estrictas y muchas veces toman sus propias medidas.

El verano pasado, por ejemplo, los activistas subieron falsos carteles de advertencia en las playas de toda Mallorca para mantener alejados a los turistas angloparlantes. Euronews informó de que los carteles advertían de "medusas peligrosas", "rocas que caen" y "agua de mar contaminada con aguas residuales".

Crowds of people on Ermou shopping street in Athens old town, Greece
Multitud de turistas en una calle comercial del casco antiguo de Atenas.

"Otros decían que la playa estaba cerrada con un símbolo de 'prohibido nadar' debajo o advertían que se tarda horas en llegar andando a pesar de que el océano está a menos de 100 metros".

Unas pequeñas líneas de texto en catalán revelaban a los lugareños que las advertencias no eran reales y que "el problema es el turismo de masas" o que la "playa está abierta, excepto para los extranjeros y las medusas".

La Organización Mundial del Turismo predice que a finales de esta década el flujo de turistas internacionales superará la asombrosa cifra de dos mil millones.

*Con información de Forbes US

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