Conoció a su esposa cuando estaba en quinto curso, se casaron (muy jóvenes) y tuvieron tres hijos. Construyeron un hogar donde las mascotas son consideradas como la mejor compañía. Su casa cuenta con un patio muy amplio donde vive Mila, una pastor alemán de cuatro años, y Ramona, una husky siberiano de tres años. 

Son hiperactivas, les gusta tener la atención de su “papá”, Mateo Landívar, y de todos los miembros de la familia. Corren y saltan de un lado al otro (fue complicado fotografiarlas juntas). “Son las mejores amigas, pero son muy diferentes. Mila es la líder y es muy activa. Le encanta jugar con palos. Le tiras uno y te lo trae de regreso. Mientras tanto, Ramona corre detrás de ella, mordiendo su cola”.

Anahí, su última hija, escogió los nombres. Mila -en primer lugar- llegó para ser su compañía y Ramona se integró a la familia cuando falleció su perrita yorkshire terrier, hace tres años. “Mi esposa expresó su dolor por redes sociales y nos regalaron a Ramona. Es muy vaga. Nunca puedo salir a correr o caminar porque después de una cuadra se acuesta y no puedo moverla”. Las dos llegaron como cachorros y han crecido junto a este amante de los buenos licores. Él, es el encargado de su bienestar. “Al inicio dormían conmigo porque hacía mucho frío y tenía que acurrucarlas (como sus mamás lo hacían). Además, siempre estoy pendiente de sus vacunas y de llevarlas al veterinario, si se lastiman. Me apersono mucho de la parte médica porque así nos aseguramos de que siempre estén bien”.

*Al día siguiente de la entrevista, las “dos traviesas” iban a ser esterilizadas.

El amor por los animales que tiene Landívar fue inculcado desde muy pequeño por sus padres, ya que creció rodeado de tres o cuatro perros, en su casa de Conocoto. “Tenía de todas las razas, tamaños y colores (dice entre risas)”. Ser padre joven y disfrutar de sus hijos es una de las mayores bendiciones para este ejecutivo. “Mi padre murió hace 20 años y casi no pude disfrutar de él. Con mi familia busco crear grandes momentos y mimar a todos. Yo tengo 3 + 2 hijos, una ecuación perfecta”.

Una ecuación que además es su inspiración. Tiene esa chispa innata que caracteriza a todo buen vendedor. Desde los 20 años construyó una carrera en el mercado del consumo masivo en Ecuador y ahora es gerente general de la Distribuidora Panamericana de Licores, dueña de la marca Ron Abuelo. Su primera experiencia laboral fue en Coca Cola y consistía en recibir el dinero que traían los camiones repartidores. Tiempo después, tocó otras puertas, porque su primer hijo venía en camino y le ofrecieron un puesto como asistente contable en la misma compañía. 

“Recuerdo que mi suegro me dijo: 'Mateo, uno es más que cero y ahorita tienes cero'. El 7 de octubre de 1999 fui a la entrevista y comencé a trabajar cuatro días más tarde. ¡Son fechas que no se olvidan! En cinco años escalé a jefe de canales y supervisor de ventas”.  

La parte comercial fue el eje de su desarrollo profesional y realizó una tecnología en administración de empresas. Ganó experiencia en Tonicorp y Frito Lay hasta que llegó a manejar la subgerencia de Corporación Azende (Zhumir), durante cinco años. “Recibí una llamada desde Panamá para que ocupe la gerencia de ventas de la Distribuidora Panamericana de Licores. En un mes y medio me cambiaron a la gerencia comercial y ahorita llevo seis años al frente de esta compañía”. La misma que tiene presencia en más de 45 países y operaciones en Estados Unidos, China y España. Es una marca panameña que cuenta con más de 2.500 productos y el más popular -en el país- es el Ron Abuelo Añejo.

Entre 2013 y 2014, esta empresa casi cierra sus operaciones por el incremento de impuestos. Una botella de US$ 8 pasó a costar US$ 30. Por lo que, ha centrado su estrategia en mantener un producto de calidad y sobre todo incrementar su portafolio. Comenzaron a importar vinos y esperan darle mayor protagonismo a la botella de Ron Abuelo de siete años. “Queremos que los ecuatorianos ya no beban ron con Coca Cola porque el 'chuchaqui' al día siguiente es terrible. Estamos promoviendo otros cócteles que se pueden realizar con este ron y son mucho mejores”.

Próximo a celebrar sus 45 años de vida, Landívar también destaca el crecimiento que les ha permitido tener un 40 % de la participación de mercado en rones dorados, según sus números. “La competencia, que nos sigue, tiene dos marcas con un 16 % de participación. Nuestras ventas solo con Ron Abuelo rodean los US$ 5 millones anuales y se distribuyen más de 55.000 cajas, a pesar de la competencia que existe con la aparición de nuevos licores. Los precios han bajado porque Ecuador es un mercado de momentos. No es fiel a una línea de productos, pero logramos sostener las ventas en una categoría que decrece”. Su plan de negocio es proteger su volumen de crecimiento e impulsar el consumo por medio de experiencias y campañas de BTL, principalmente, en eventos deportivos, donde gran parte de los competidores es mayor de edad. (I)